Los novios del convite del Sarao: Ambos apoyan a la expareja de ella, a quien un bulo le acusó del incendio
El sábado pasado fue su gran día. Rafael García y Patricia Guerrero contrajeron matrimonio en la Parroquia de Nuestra Señora de África, arropados por sus familiares y amigos. El inicio de una nueva etapa llena de felicidad. El banquete iba a ser en los Jardines del Sarao, en la carretera del Embalse del Infierno, pero las llamas acabaron interrumpiendo el evento en el que tanto tiempo, esfuerzo e ilusiones invirtieron.
“No nos lo creíamos, pensábamos que estábamos en una película. Fue un momento de shock”, indicó García. Cuando llegaron al establecimiento del banquete, sobre las 14.00 horas, ya observaron una columna de humo a la que tampoco dieron mayor importancia. Era un día para disfrutar y centrarse en ellos. Cuando les fotografiaron en un apartado chillout, volvieron a reparar en el humo. García recuerda que el dueño del Sarao les informó de que había hablado con la Policía y que estaba todo controlado, aunque para él aquel nubarrón era sospechoso.
Cuando los invitados esperaban a que los novios hiciesen acto de presencia y abrir así la recepción con los entrantes, apareció la Policía y les dijo que había que desalojar el lugar. “Duramos cinco minutos en la recepción. Yo no me lo creía”, confesó.
El dueño del Sarao, rememoró García, les facilitó el traslado a El Cielo, sin embargo, allí no había comida para una boda ni tampoco pudieron enviar el convite al establecimiento situado en el Parque del Mediterráneo. García propuso que, del dinero adelantado, destinase parte aunque fuese a pagar la barra libre. “Ellos me decían que en dos o tres horas podíamos subir, pero al final no nos fuimos”, señaló García. Con ingenio y el cariño de los invitados, compraron más de 36 pizzas familiares con las que cenaron y los novios fueron quienes costearon los gastos de ese día inolvidable que lo fue también por el incendio.
“Peculiar”, no “desastroso”
Fue una boda “peculiar”, como la definió García, aunque “todo el mundo se lo pasó muy bien, en todo caso quien lo pasó peor fue la novia”. Para ambos, pero especialmente para Guerrero fue “duro” después de “un año trabajando en los adornos, la decoración, los ahorros...” . Pero, aclaró el ahora marido, “tampoco fue tan desastroso” porque los familiares y amigos disfrutaron de la celebración. Visto con perspectiva, será una anécdota digna de contar y, por delante, les quedan bodas de plata y oro que celebrar.
El matrimonio quiso desmentir el bulo que circuló por teléfonos móviles ceutíes en forma de nota de voz en el que alguien acusa a la expareja de Guerrero de ser el autor del incendio. “Él no molesta para nada a la que fue su pareja, que es ahora mi mujer, y con la niña que tuvieron es una bellísima persona, un pedazo de padre”. La expareja de Guerrero cuenta con el apoyo de ambos y muestra de ello es que él mismo les dio la enhorabuena por el enlace.
Ahora solo tienen que ser felices y comer perdices porque el banquete no deja de ser algo material.
Una despedida de soltera con bomberos de verdad: Los participantes de este evento en las cabañas de Miguel de Luque se sienten “afortunados” por salir ilesos pero “impotentes” al ver los estragos del fuego
Nada hacía presagiar que el sábado pasado se desataría el incendio más grave de los últimos años en Ceuta. Y los que menos se lo podían imaginar eran quienes disfrutaban de un gran día en los alrededores del foco, como es el caso de los participantes en la despedida de soltera que se celebraba en las cabañas de Miguel de Luque. Sin buscarlo, vieron la fiesta interrumpida por bomberos... Pero de los de verdad.
“A mí lo primero que se me pasó por la cabeza, porque pienso que el humano es muy egoísta, fue: ¡Qué mala suerte! ¡Tanto preparar y ahora esto –un incendio–! Después te das cuenta que no, que hemos sido afortunados porque ha sido una catástrofe enorme que nos provoca a todos una gran impotencia”, reflexionó Marisa, una de las organizadoras.
El evento iba a durar dos días, y aunque el domingo siguieron la celebración, las 17 personas –entre familiares y amigas– tuvieron que ser evacuadas del complejo turístico aquel sábado a mediodía. “Cuando vimos el incendio estábamos en la piscina. De repente vimos una columna de humo y, de esto como que no le prestas atención, porque parecía que había más humo, luego menos... Hasta que fuimos a comer y me telefoneó mi hermana que, como tiene una nena lactante, iba a darle el pecho y no le dejaban subir. Fue ella quien nos dijo: ‘la Policía se dirige a donde estáis vosotras; os van a desalojar’. Ahí fue cuando nos entró un poco de miedo”, confesó Marta de Torres, con una risa nerviosa al rememorar cómo se sucedieron los hechos.
El humo provocado por el incendio les obligó a abandonar el lugar por precaución. En ningún momento temieron por su seguridad porque eran conscientes de que, si perdían los nervios, todo podía ir peor. Las fuerzas de seguridad llegaron al complejo turístico donde comunicaron a los hospedados que tenían que abandonar la zona sin recoger nada, reconstruyó Paqui Muñoz los hechos de aquella tarde, “de modo que solo pudimos llevarnos con nosotros cosas pequeñas”. La Policía tomó el control a la salida, prosiguió Muñoz su relato, y, por tanto, en ningún momento sintió que corriesen peligro alguno.
A pesar de la cantidad de humo que veían, Marisa aclaró que ellas no llegaron a ver el fuego directamente. No obstante, al ser un grupo considerable el que las autoridades evacuó de las cabañas, “hubo cierto desorden” porque, en su caso, “llegué con mi hermana y, como me me fuí en otro coche, ella se asustó porque se quedó buscándome. Los nervios te traicionan y no reaccionas de la misma manera que en una situación de normalidad”, confesó Marisa. A Daniel Morales, otro de los participantes en la despedida de soltera, le impactó que no hubo ningún momento de pánico y, a sus ojos, “parecía más un simulacro que un desalojo real”.
Todos coincidieron en el buen trato recibido por la empresa de este alojamiento rural porque les facilitó que volviesen por la noche, continuasen del domingo y este fin de semana recuperarán la jornada perdida. “En realidad no sabíamos si íbamos a poder volver o no, así que buscamos un sitio para comer, luego hicimos tiempo de un sitio a otro hasta que contactamos con la chica de las cabañas y nos dijo que podíamos subir”, comentó Elena Gómez.
Para subir los ánimos a la novia, decaída porque su esperada despedida de soltera se había visto interrumpida por el fuego, le gastaron una broma aprovechando que iba disfrazada de la Madre de Dragones, el personaje de Juego de Tronos. “Si no te lo tomas con humor, apaga y vámonos”, dijeron en tono distendido y sin restar un ápice de gravedad al incendio. “La anécdota es que disfrazamos a la novia de Daenerys y llevaba un muñeco de un dragón chiquitito en el hombro. Entonces, la coña que teníamos ya nosotros era: ‘vaya tela la que ha liado el dragón’. Eso fue lo que hizo que la despedida siguiera a pesar de lo que estábamos viendo porque, una vez en el Centro, es verdad que sí que vimos las dimensiones” del incendio, concluyó De Torres cambiando el registro de la broma a la seriedad.
Que pena de vegetacion, aninales quemados que pena de quemar un monte que pena de verdad al responsable como minimo carcel porque no es ni persona al poder haver echo eao que pena de verdad no tengo palabras para expresarme al responsable que pague por aus actos y que esa persona se mentalice y piense de que no vale nada