Carga, emprende la ruta del Estrecho y deja a gran cantidad de inmigrantes en las costas peninsulares. Lleva varias semanas haciendo el negocio del siglo a costa de traficar con personas, la esclavitud del siglo XXI. Se ha detectado su presencia también en Ceuta pero, de momento, no se ha podido ‘echar el guante’ a un piloto cuya embarcación es un auténtico ‘bicho’ con una potencia imposible de superar por las patrulleras del Servicio Marítimo de la
Guardia Civil.
Las persecuciones ya han sido varias, pero el resultado traducido en una detención sin riesgos ha sido imposible. Una grabación de la semirrígida llegando a Estepona demuestra la cantidad de personas -más de una treintena- que puede llegar a colar en la Península en un solo pase. Quien la pilotó es despreciativo con las vidas que lleva a bordo, adoptando velocidades que pueden ser trágicas para sus ocupantes.
A pesar de que el Instituto Armado lleva a cabo vigilancias permanentes y ha procedido a intervenciones, reconoce la existencia de cargas de personas en puntos dispares de Ceuta que no han sido abortados. Los elegidos son todos magrebíes, la mayoría de
Marruecos, dispuestos a ocupar plaza para alcanzar, por la vía marítima, la Península.
La entrada de estos inmigrantes, con su pasaporte, es posible por la frontera del Tarajal. Después son ocultados en Ceuta hasta su preparación para el embarque en playas como la del Sarchal, Calamocarro o la ruta San Amaro-Santa Catalina. No se para, es una continua salida de personas reflejo de la huida de jóvenes, muchos de ellos por no cumplir con el servicio militar y otros por, sencillamente, no encontrar futuro en el vecino país.
Hace unas semanas la Guardia Civil detectó la salida de una embarcación potente que pudo escapar de la persecución del Servicio Marítimo. Se apuntó a la posibilidad de que fuera cargada de personas, pero oficialmente no se confirma este extremo puntualizando que podría tratarse de una carga de petacas de combustible en la zona principal de abastecimiento: la playa del Sarchal.
Los seguimientos y controles permanentes que llevan a cabo los agentes del Instituto Armado demuestran el movimiento que está teniendo esta potente semirrígida, sacando personas como si se tratara de pura mercancía, directamente de las costas marroquíes o, como se ha sospechado, también de Ceuta.
La presión migratoria por mar no cesa. La madrugada del viernes la Guardia Civil interceptaba a
tres marroquíes que pretendían salir de la zona de Calamocarro en un kayak para, de esta manera, alcanzar la Península. Los agentes del Instituto Armado detectaron la salida, una más de tantas que se están produciendo de magrebíes que usan kayak como medio de transporte para alcanzar Algeciras desde Ceuta. Una temeridad que ya ha provocado varias desgracias.
La interceptación de los tres inmigrantes no terminó el servicio de los agentes en esta pasada madrugada, ya que, en la misma zona, detectaron la presencia de un individuo a bordo de una lancha. Al ver a las patrullas de la Benemérita, emprendió la huida sin poder ser alcanzado embarrancando la lancha dotada con motor en la propia playa.