Con un ligero retraso, las jornadas sobre el yacimiento de la cueva y abrigo de Benzú comenzaban. El primer ponente, Darío Bernal, profesor titular de Arqueología en la Universidad de Cádiz fue el encargado de situar Benzú en su contexto.
En estas jornadas organizadas por la Consejería de Educación, Cultura y Mujer en colaboración con el centro universitario gaditano, el profesor Bernal quiso comenzar alabando la “apuesta de Ceuta por un proyecto que no garantizaba ningún resultado”.
“¿Quién apoya un proyecto de estas características, en la que no se sabe cuáles van a ser los frutos?”, se preguntó. Bernal, que aseguró sentirse “de Ceuta”, porque ha vivido muchos años de su vida en la ciudad, destacó la importancia del yacimiento “que al principio llamamos la Cabililla, y luego pasó a llamarse abrigo y cueva de Benzú”. Hablaba de la carta arqueológica que se hizo en el año 2001: “Los arqueólogos no somos videntes, y no sabemos qué vamos a encontrar exactamente. Llama la atención, sin embargo, que hasta ahora las excavaciones se habían centrado en el centro histórico de Ceuta”. Bernal también quiso reseñar el convenio entre la ciudad y la UCA que permite continuar, diez años después, la investigación.
Entre otros motivos, además de la antigüedad (250.000 años con un error de más menos 17.000) lo sitúa en uno de los que más atrás viajan en el tiempo de los descubiertos en el “Círculo del Estrecho”. Bernal también subrayó esta denominación: “Se ha demostrado que, al menos desde que llegaron los fenicios, ha habido comunicación entre las dos orillas. Por ejemplo, tenemos noticias de un legionario romano que desarrolló su vida militar en la Tingitana y se jubiló en un lugar tan lejano como Bolonia”.
Uno de los puntos principales que dan relevancia al yacimiento es que todo está petrificado, de una manera que se encuentra muy compacto y “todo se ha quedado donde estaba, sin diseminarse”. En el entorno del norte de África, destacó que “en Marruecos, las investigaciones no están tan avanzadas como en España, de modo que es el yacimiento del Paleolítico Medio más importante de la región. No del mundo, porque hay en otros lugares, pero sí de la región”.
Como ejemplo de su tesis, reservó para el final una foto de la escritora Jean M. Auel, que visitó el año pasado el yacimiento para inspirarse en su próxima novela de su conocida saga iniciada con ‘El Clan del Oso Cavernario’.