Los enfermos de cáncer en Ceuta se ven doblemente castigados: a la falta de una unidad de radioterapia en la ciudad, porque se llegó a decir de manera deshonrosa que no era rentable, se suma el hecho de tener que desplazarse a la Península para recibir ese tratamiento como única alternativa. En el caso de afectados que son beneficiarios del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) hay otra carga más: el desamparo que sufren por parte de esta delegación que no ha dado un paso por evitar lo que ahora sucede, que tengan que seguir desplazándose en barco para recibir los tratamientos oncológicos al no haberse realizado gestión alguna para que puedan usar el helicóptero.
En el mundo todavía quedan algunos David que no temen al particular Goliat encarnado en instituciones y llevan su denuncia ante injusticias como esta a las más altas instancias, buscando esa respuesta que, en un tema como este que afecta a la salud de muchos, resulta prioritario.
Un teniente coronel en la reserva, que está viviendo en primera persona lo que es que una familiar directa padezca cáncer y tenga que someterse a estas travesías inhumanas, ha presentado ante el comandante general parte disciplinario por falta grave, conforme al artículo 42 de la Ley Orgánica 8/2014, de 4 de diciembre, de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas ante la falta de gestión llevada a cabo por la Delegación del ISFAS para solventar esta situación y garantizar una mejor atención a una población que representa más del 10% del total.
En su exposición, argumenta que los beneficiarios del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) residentes en Ceuta que precisan de este tratamiento oncológico no disfrutan de la posibilidad de trasladarse a la Península en medio aéreo. “A la quiebra en su salud que provoca este tratamiento, se añade el quebranto producido por dos travesías diarias del Estrecho de Gibraltar, aún en momentos de condiciones marítimas adversas debido a la perentoria necesidad de continuidad de este tipo de tratamientos”, detalla el afectado en un parte a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico.
En 2020 se publicó el concierto del Instituto Social de las Fuerzas Armadas con entidades de seguro para atender a los beneficiarios de ISFAS durante ese año y el actual, 2021. En uno de sus puntos se consideró como transporte en medios ordinarios, en los casos de provincias insulares o las ciudades de Ceuta o Melilla, el barco o avión, en palabras textuales de este concierto. “De las muchas interpretaciones que podían ser adoptadas del término avión, el ISFAS adoptó la más restrictiva para el derecho a la integridad física y la salud de sus titulares y beneficiarios, interpretación que de difícil forma encaja con un Instituto cuya primera clasificación es la de ‘Social’. De esta forma, al ser un helicóptero el que enlaza Ceuta con Algeciras no se incluyó este medio dentro de los ordinarios con lo que aquellos titulares y beneficiarios sometidos a estos tratamientos de radioterapia oncológica debieron, y deben, hacer sus traslados diarios por vía marítima o sufragar ellos mismos estos traslados en helicóptero”, se recoge en dicho parte.
Nada se ha hecho por mejorar la situación de discriminación que sufren los afectados por cáncer. No es algo temporal, se lleva arrastrando años sin que se haya tenido constancia de que por parte de la Delegación Especial del ISFAS se haya hecho algo por enmendar esta situación y aliviar, en algo, a quienes reciben radioterapia y tienen que cruzar el Estrecho de manera obligatoria en barco.
Los titulares y beneficiarios de Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE) se encuentran en idéntica situación de los del ISFAS, sin que nadie responda o actúe para evitar esta situación que deja desamparados a un buen número de personas. En el mes de octubre de 2018 comenzó a formalizarse un convenio entre el Gobierno, Ingesa y Hélity dedicado a facilitar transporte por vía aérea a los afectados por cáncer sin que se haya solucionado esta discriminación.
Las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas recogen los cometidos de los delegados del ISFAS, incluyendo entre sus funciones la de hacer a la Gerencia propuestas para el mejor funcionamiento de la delegación. En ese marco cabría la propuesta de empleo de helicóptero para beneficiarios con cáncer, ya que terminaría con la desigualdad existente y supondría mejorar el funcionamiento de la delegación al evitar un deterioro de la salud de quienes son sometidos a los mismos y tienen que partir, sí o sí, sea cual sea la situación, en barco. Otra de sus funciones es la de sugerir ideas propias, de asegurados o beneficiarios. Más de uno, entre 2018 y 2021, ha hecho saber esta discriminación proponiendo la idea de usar la vía aérea. ¿El resultado? a la vista está: no se ha atendido la petición de mejora en unos casos tan especiales y dramáticos como los que viven afectados.
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