Bendición y presentación de un cuadro de la Virgen de Africa

Hoy día 10 de noviembre, con motivo de la celebración  del LXVIII Aniversario de la Coronación Canónica de Santa María de África Coronada, en el Santuario de su nombre a las 20`00 horas, en dicha celebración tendrá lugar la Bendición y presentación de una pintura de la Santísima Virgen, con su hijo en brazos, con manto de tisú blanco bordado en oro y corona de su Coronación Canónica, sobre peana de plata y cartela en

oro con el nombre de esta Purísima Señora.
El autor de la obra en lienzo es D. Clemente Jesús Rivas Jiménez, natural de la Villa de Puente Genil. Las medidas del lienzo son de 162x130 cm., que una vez enmarcada corresponden a 195x165 cm.
Quiero aprovechas la ocasión para hacer una reflexión ante el reto que va a suponer para esta Hermandad, (nada fácil), el montaje de una Exposición permanente de nuestra Excelsa Patrona.
No cabe duda que son muchas las ocasiones en que, desde el entorno de las Cofradías y hermandades, en los diversos puntos de nuestra geografía, se ha reclamado con interés la exhibición constante de su patrimonio artístico. Ello no es extraño si tomamos en consideración que el ámbito cofrade es quizás el hecho cultural de mayor arraigo en nuestra sociedad, aunque  hay que decir que en unos lugares esta actitud son mayores que en otros. /Andalucía), constituyendo un continuo catalizador de artistas y artesanos que difícilmente podrís observarse en otros espectros de nuestro devenir cultural.
    Ningún fenómeno como el de las hermandades  sostiene a través del tiempo la transmisión de los respectivos oficios mediante procedimientos que bien pudieran recordar a las estructuras gremiales. Sumemos a ello la circunstancias de que el presente parece vivir un momento dulce para determinados campos de labor, tales como el bordado en oro, la imaginería, con nuevos y muy prometedores nombres, o la talla en madera. El aumento constante de la nómina de piezas artísticas de primer nivel  y la progresiva preocupación por las tareas de preservación y restauración  dan lugar a un ingente conjunto patrimonial que, son las correspondientes herramientas de estudio y divulgación, quedarían  restringidas a su muy limitado uso litúrgico.
Estas premisas dan lugar a que los museos cofrades sean entidades muy distintas de la mayoría de los museos tradicionales. Pensemos que lo común en un museo es que los objetos expuestos en él sean los que dejaron  de cumplir la función para la que fueron hechos, y alguien decidió reutilizarlos agrupándolos en un lugar donde mostrasen la capacidad que tenía su nuevo poseedor.
Particularmente, las hermandades son las comitentes y propietarias de esas piezas  -periódicamente, en sus cultos internos o externos-, sino que con frecuencia intervienen en las mismas restaurándolas, reformándolas, cambiando su aspecto primigenio o sustituyéndolas.
Además, como entidades propietarias de piezas que en ocasiones atesoran un importante valor histórico-artístico, son responsables de su conservación. En la mayoría de los casos, la musealización de los conjuntos patrimoniales de las cofradías surge de una necesidad imperiosa de preservar las piezas del deterioro natural. Casi siempre, recurriendo a muebles cerrados acristalados –vitrinas- que impiden la acción del polvo y alejan las piezas del contacto físico, lo que suele ser la principal razón de su degradación. Problema que tiene esta cofradía en este tema, como es la gran humedad que puede acabar con parte de nuestro patrimonio. Otros factores a tener en cuenta (la posición del objeto, la iluminación, la temperatura, la humedad, el aislamiento), que con frecuencia se olvidan o se dejan en segundo plano porque requieran una inversión elevada.
A diferencia del museo convencional, los museos cofrades ven incrementados sus fondos paulatinamente por la propia iniciativa de generar nuevas piezas. La hermandad no suele establecer  un límite en la expansión de su patrimonio. Por lo que resulta casi inagotable.
Se considera en algunas ocasiones que en los museos cofrades se suele descuidar uno de los más saludables hábitos  museográficos: Poner al público en contacto con los objetos y en situación de poder asimilar los mensajes contenidos en los objetos, sus significados y la trascendencia de los mismos.
En todas las colecciones de enseres cofrades hay objetos singulares, bien por la troscendencia de sus diseñadores o artífices, bien por la singularidad de su forma o función. Se aconseja  no destacar una pieza emblemática entre otras muchas piezas  de segunda fila la acaba relegando al desconocimiento. Y no olvidemos que conservamos para disfrutar.
No obstante, y siguiendo un correcto aparato museográfico, de nada servirá si no existe  un adecuado plan museístico. A diferencia del primero , que define físicamente la disposición de las piezas y los recursos pedagógicos que las complementan, la museología debiera plantear, entre otros , los siguientes interrogantes. ¿Cuál es el público objetivo del museo cofrade?  ¿Y su público potencial? ¿A quién puede interesar la visita, con qué estrategias se le atraerá? ¿ Cómo se asegurará el museo un contacto estable con el público al que va dirigido?.
Como  hemos dicho al principio nuestra cofradía tiene un reto muy importante por lo complejo en el desarrollo que yo la llamaría Exposición. Esta cofradía solo se plantea unas instalaciones como servicio al ciudadano y, en todo caso, como manifestación  pública de nuestro sentido y razón de ser.
No aparcamos, el derecho a nuestra Casa-Museo, concebida al mismo tiempo como sede social y como lugar expositivo permanente. Queremos establecer una primera causa  en la necesidad, cada vez más imperiosa por parte de esta hermandad, de concebir espacios suficientemente diáfanos para la custodia de nuestro patrimonio y trono procesional.
 Nuestro deseo como siempre, es ponernos en manos de nuestra Santísima Virgen, con el ánimo de que este próximo año 2.015, tan emblemático para la ciudad, vea la luz nuestra “Exposición permanente”, y que el año 2.018, conmemorando los seiscientos años de la llegada de la Virgen a nuestra Ceuta, sea una realidad nuestra “Casa-Museo. Que así sea.
Desde luego, no perdemos la esperanza.