Buscar una explicación a lo que está ocurriendo en las costas marroquíes es complicado. No hay una única razón que fundamente las fugas de los ciudadanos de Marruecos, quizá es la combinación de varios factores lo que esté llevando a que se registren momentos históricos en las fugas de los súbditos del reino de Mohamed VI.
El pasado fin de semana cientos de jóvenes se concentraban en Martil para
subirse a una semirrígida que se aproximaba a cargar a los que quisieran. Días atrás sucedía la
misma escena en Castillejos y antes en Beliones. Es una inmigración gratuita. Según los propios marroquíes, siempre es la misma lancha ocupada por unas personas que visten chalecos rojos. Se aproximan a la playa y llaman a la población a subirse para ser trasladados hasta las costas españolas.
Las imágenes de marroquíes a bordos de embarcaciones rumbo a la península se viralizan a través de las redes
Los vídeos de estas fugas
se están viralizando en internet, como también las críticas, más o menos evidentes, hacia la falta de vigilancia habida en las costas para detener a la misteriosa lancha.
Los medios oficiales marroquíes no están informando de lo que sucede, más bien son los digitales y los periodistas esporádicos que controlan perfiles en Facebook los que difunden este tipo de contenidos.
En Ceuta las fuerzas de seguridad están también a la expectativa. Tampoco se atreven a equiparar esta situación con los efectos del anuncio de imposición de la mili, confían en encontrar una explicación a lo que sucede.
La crisis y la falta de aspiración para la juventud marroquí es un grave problema y es lo que ha provocado una sangría en muchos barrios del norte de Marruecos que continúa ahora, con la misteriosa lancha de los chalecos rojos.