Esta semana se ha presentado el Libro Blanco y Negro del Terrorismo en Europa. En estos últimos 16 años fueron asesinadas 658 personas en acciones terroristas en territorio de la Unión Europea (UE) de 2000 a 2016, de ellas 253 en España, lo que nos sitúa, tristemente, a la cabeza de esta lista negra. Y aunque ahora golpea con más fuerza el terrorismo Yihadista, como inciden en el Libro Blanco y Negro del Terrorismo en Europa “cualitativamente es muy relevante el terrorismo nacionalista, que asesinó el 13,8 por ciento de las víctimas y generó una gigantesca estructura de acoso social”. En concreto, “entre 2000 y 2016 la banda terrorista ETA asesinó a 58 personas de un total de 74 víctimas mortales por atentado nacionalista, mientras que la extrema derecha asesinó a doce personas y la extrema izquierda a nueve”.
Por eso lo ocurrido hace unas semanas en Bayona ha sido y es sólo la escenificación de una Mentira, porque ETA no ha cedido en nada, no mostró ni ha mostrado ningún arrepentimiento. Por lo tanto, que nadie se lleve a engaño... A ETA la han derrotado los hombres y mujeres de las FCSE. Los terroristas y sus acólitos ni han ganado batallas, ni han dado muestras de ningún tipo de arrepentimiento. Solo basta escuchar al Carnicero de Mondragón, uno de los más sangrientos acólitos de ETA, que con 17 muertos sobre su conciencia no tiene ningún pudo en reconocer que ni le impiden dormir y por su puesto por los que no tiene intención de pedir perdón. Y este “carnicero” que se hace llamar “artesano de la paz” es uno de los mediadores del supuesto desarme de los terroristas. El lobo al cuidado del rebaño.
Pero sí, claro que estamos asistiendo a un hecho histórico... La derrota de ETA y de sus vasallos, porque lo escenificado en Bayona ha sido el fruto de la lucha antiterrorista y del deseo de toda la sociedad de poner punto y final a décadas de terror y sangre. En las que asesinos, como el Carnicero de Mondragón, trataron de imponer a golpe de pistola y coches bomba sus ideas. Porque esta ha sido siempre su visión de la democracia.
En la obra teatral de Bayona Otegui afirmó que aquel acto ponía fin a "una fase pero hay que poner encima de la mesa, decía, los graves problemas que tenemos. Desde mañana tenemos que seguir trabajando por las cuestiones de los presos, las víctimas y la desmilitarización del país". Efectivamente, las víctimas en primer lugar, pero no las que ellos señalan con su dedo de apretar el gatillo, sino esas a las que no piden perdón, esas a las que ignoran como si nunca hubieran puesto un coche bomba o pegado un tiro en la nuca por la espalda, esas víctimas asesinadas en atentados indiscriminados que no respetaban a nadie, ni tan siguiera el inmenso número de niños inocentes, que el único delito que habían cometido era el ser hijo de UN GUARDIA CIVIL, POLICIA o MILITAR. Para que se entienda mejor, hijos de TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DE LA GUARDIA CIVIL, como le gusta decir con la boca bien grande a cierto diputado de uno de los partidos emergentes y que pretende ahora defender a los Guardias Civiles como trabajadores (que en efecto lo somos), pero que es incapaz de levantar la voz en su partido cuando no condena al terrorismo, ni participar en ningún tipo de homenaje a esas familias destrozadas, a esos NIÑOS HUÉRFANOS, por los atentados salvajes de ETA.
Y si, señor Otegui, los guardias civiles de AEGC también pensamos que "se abren nuevas oportunidades y que tenemos que ser lo suficientemente responsables para contemplar este escenario de paz justa y duradera". Justa, si, pero con sus víctimas. Porque ustedes se olvidan de lo principal LAS VICTIMAS. Las que ustedes han ido dejando por todo el territorio español. Y sí, señor Otegui, se puede decir que esta es una buena noticia para los que hemos buscado la paz, pero será un día más feliz cuando todos los que han formado parte de su banda criminal cumplan con la justicia.
En cuanto a las palabras de su compañero Arzuaga, solo decirle que para sentirse militarizado por un Estado no duda en recoger el sobre con el buen sueldo de diputado, por eso desde AEGC le recordamos que no hay nada que resolver sobre los presos y que Euskadi, por mucho que lo bocee, no está militarizada.
Sobre a la aplaudida entrega de las 300 armas y las tres toneladas de explosivos por ustedes y sus acólitos sólo decirle que como acto teatral han tenido un buen éxito, fueron portada en los medios, pero es sólo eso un montaje escénico, uno más de los muchos a los que nos han tenido acostumbrados. Porque ustedes sólo han causado sangre y dolor.
Una pantomima en Bayona y en nuestro país continúan menospreciando a las Víctimas
Acuden tanto a los recursos teatrales que no han tenido empacho alguno en utilizar a menores para reclamar el acercamiento de presos. Como hicieron en el video Mochilaren Umea, o si lo prefieren La niña de la mochila, con el que trataron de chantajear a la sociedad española y al Estado para que se doblegue ante ustedes y acerque los presos etarras a Euskadi.
Una petición política para la que no han dudado en utilizar la imagen de una menor que para ver a su padre o madre en prisión por pertenecer a ETA tiene que hacer cientos de kilómetros por encontrarse en cárceles fuera de Euskadi. En video que en AEGC hemos considerado un claro ejemplo de la bajeza moral del entorno etarra y que aún esperamos que el Defensor del Pueblo, que entre sus cometidos tiene el velar por los derechos de los menores, valore si con el se han vulnerado los derechos de una menor.
Nosotros a los autores de este despropósito visual queremos recordarles que por mucho que nos empeñemos en contar la historia a nuestra manera, esta tiene en la actualidad unas cosas que se llaman hemerotecas e internet donde la realidad es muy tozuda. Porque por mucho que quieran santificar a esos entregados padres a cuyos hijos utilizan para remover las conciencias de nuestros políticos y de la sociedad, recuerden que están en prisión no por robar una gallina, sino por asesinar. Si están en la cárcel es porque durante años han estado sembrando el terror entre esa sociedad, a la que ahora exigen generosidad, asesinando a servidores púbicos –guardias civiles y policías- a políticos y ciudadanos anónimos. Entre esos muertos había padres y madres que dejaron huérfanos, y también niños, en concreto 23 menores, a los que asesinaron por ser hijos de miembros de las FCSE. A estos huérfanos se les ha privado del derecho a vivir y disfrutar de la compañía de su progenitor. Porque mientras su niña de la mochila, después de hacer unos cientos de kilómetros, puede abrazar y besar a su padre o madre, los centenares de hijos de guardias civiles y policías lo único que pueden besar es una lápida fría de mármol.
En AEGC, a diferencia del entorno abertzale, si lamentamos que esos niños tengan que pagar por las culpas de sus padres. Pero no hay mayor injusticia que la que han sufrido y sufren las familias de los más de 900 asesinados por los miembros de ETA. Probablemente alguno de ellos perpetrado por uno de esos padres a los que van a ver a prisión.
Ante este chantaje emocional al que pretenden someter a la sociedad desde el entorno etarra el Estado español no puede ceder. El paripé montado en Bayona, Francia, con la supuesta entrega del arsenal de ETA, solo supervisado por su entorno y unos “supuestos” observadores independientes, no es suficiente para que se les haga concesiones, porque ni se han pedido perdón a las víctimas, ni se ha anunciado la disolución de la banda terrorista. Que empiecen por hacer justicia con esos cientos de niños su infancia y juventud por asesinar a sus padres, que colaboren con la justicia para que se esclarezcan los más de 300 crímenes sin resolver y por su puesto que respeten los derechos de los menores y no se sirvan políticamente de ellos para saltarse la ley.