De la Batalla del Barro a los Combates del Sáhara

Sobre la campaña de Ifni-Sáhara, lo mismo en libros que en prensa, cuando se narran hechos se resaltan las operaciones de unidades como La Legión, Tiradores o Paracaidistas. Sin embargo, poco o casi nada se citan a otras unidades, como en este caso al Batallón de Infantería San Fernando 11 de Alicante, cuyo comportamiento queda acreditado en los diarios de operaciones, saliendo al desierto en orden de combate en varias ocasiones, y no de excursión.

Ese tesoro llamado compañerismo

El teniente coronel de aviación German Rodríguez González en su libro sobre moral militar explica con claridad esto: “de todas las virtudes militares, la del compañerismo es sin duda una de la más invocada, no siempre bien entendida”. Según el Diccionario de la Lengua Española compañerismo significa armonía entre compañeros entre los cuales corre la misma suerte o fortuna que otros.

El ejemplo más palpable es el de mi buen amigo y compañero Jose Sierra Sempere, soldado del Batallón San Fernando 11 en tierras de Villa Bens en 1957/1958. He comprobado que Jose Sierra Sempere es un excelente compañero, dispuesto siempre a servir a los demás, sin esperar nada a cambio. El corazón de él es tan grande como una montaña. Lo demuestra en uno de sus muchos actos, como en noviembre de 1957, cuando el Batallón San Fernando 11 fue destinado a Valencia para, junto con otras unidades, limpiar los millones de toneladas de barro, animales muertos y cuerpos de personas en la llamada Batalla contra el Barro, donde, según los expertos afirmaron al entonces jefe del Estado, con los más de 3.000 soldados y voluntarios aquella tarea tardaría unos seis meses. Entonces el jefe del Estado dijo que: “los valencianos las Navidades tienen que pasarlas con la ciudad totalmente limpia”. Finalmente, aquello quedó limpio y en perfecto orden en tan solo seis semanas.

En uno de los viajes que realizaba un camión militar trasladando a un grupo de soldados al acuartelamiento, conducido por el cabo Gaspar González Cerdá, se sale de la calzada, consecuencia de la rotura de una pieza, volcando y resultando muerto este cabo y heridos varios soldados. Los restos reposan junto a sus padres en el Cementerio de Alicante. En cada visita que Jose Sierra Sempere realiza a dicho cementerio a la tumba de sus padres, también se acerca hasta el nicho donde reposan los restos de su compañero y le deja una oración por el descanso eterno. Es por esto por lo que el compañerismo se traduce en que, al encontrarse un compañero con otro, los cuales vivieron juntos los meses del servicio militar, se les verá fundirse en un cariñoso abrazo y hasta incluso puede que por sus mejillas resbalen unas lágrimas. Lo mismo puede ser que hayan pasado meses como años, la fraternidad y el compañerismo permanecerá de por vida allá donde se encuentren.

La última campaña del Batallón San Fernando 11

Mi buen amigo Luis Capdepón en su libro “El Regimiento de San Fernando. Su última campaña”, cargado de toda la razón afirma que mucho se habla de que este batallón en su última campaña no entró en combate, o se dicen verdades a medias o mentiras totales. Sin embargo, en el diario de operaciones de este batallón consta que sale en orden de combate no una, sino varias veces. Destaca especialmente una operación con estancia en Villa Bens, donde la única baja fue la del soldado Francisco Montoya Martínez, fallecido en un desgraciado accidente a consecuencia de las heridas causadas por un camión que, mientras limpiaba la pista del aeródromo, lo arrolló dando marcha atrás. Debido a las graves heridas falleció en el botiquín de Villa Bens. Los restos de este soldado hoy en día, y a pesar de mis investigaciones, se ignoran donde reposan.

En un relato de sus recuerdos Jose Sierra Sempere, que pertenecía a la 2ª Compañía del Batallón San Fernando 11, afirma que el 8 de febrero de 1958 relevaron a una Compañía de Infantería del Canarias 50.

Cuando empezaron las operaciones con los franceses en la Operación Teide se encontraba en el primer turno de guardia, y a media mañana dieron la alarma de que a lo lejos se divisaban unos bultos que podían ser el enemigo. Nada más cierto, puesto que cuando se aproximaron a dicho enemigo resultó ser una manada de avestruces.

De improviso quedaron cortadas las comunicaciones telefónicas de Villa Bens. Una vez investigados dichos cortes, se comprobó que habían sido los carros de combate que, al pisar con las cadenas el tendido, cortaron el cableado, por lo que se descartó lo que al principio parecía que había sido un sabotaje del enemigo.

En la mencionada Operación Teide, la 2ª Compañía donde iba el soldado Jose Sierra Sempere participó en la columna de tropas españolas. Este recuerda que desde los jeeps se salían de la columna buscando enemigos sin observar su presencia, llegando a Daora con la misión cumplida en orden de combate.

Recuerda Jose Sierra Sempere que cuando llegó la columna marroquí para hacerse cargo de Villa Bens, la opinión pública afirmaba que los marroquíes no bebían alcohol. Sin embargo, entre los soldados del San Fernando 11 se hacían intercambios de coñac, whisky y otras cosas con los marroquíes, los cuales les intercambiaban carteras de piel y otras baratijas. Este líquido bajaba por las gargantas de los marroquíes con alegría.

El inmenso orgullo de aquellos soldados del San Fernando 11 lo sienten en sus corazones, ya que de su ejemplar comportamiento le constan no una, sino hasta tres felicitaciones, desde su coronal-jefe hasta el gobernador militar de Alicante y del capitán general de la III Región Militar de Valencia.

El mejor homenaje al desaparecido Regimiento San Fernando 11, viene de la pluma de mi buen amigo Luis Capdepón, que así dice: “un respetuoso recuerdo para aquellos españoles que a lo largo de la historia juraron fidelidad a la Patria bajo los honrosos pliegues de la bandera del Regimiento San Fernando, y de forma muy especial para todos y cada uno de los componentes de aquel silenciado y olvidado batallón expedicionario en tierra de Villa Bens (hoy Tarfaya) que aún hoy, al cabo de tantos años, intento sacar de su incomprensible letargo para hacer imperecedero su bien ganado glorioso recuerdo”.