Llegó a la Protectora de Animales siendo un cachorro y ya es un joven perro de cuatro años noble y cariñoso
Barry compone otra de tantas y tantas historias que se esconden detrás de las jaulas de la Protectora de Animales de Ceuta. Nadie recuerda con certeza qué le ocurrió, pero lo que sí es cierto es que todos saben que lleva ahí toda su vida y eso son cuatro años, porque este perro apareció en estas dependencias siendo un cachorro, tal vez abandonado tras ser fruto de una camada indeseada, quizá recuperado de la Perrera o probablemente encontrado en la calle.
Siendo un cachorro de pocos meses nadie se fijó en él para darle un hogar. Tal vez la enfermedad que padece, leishmaniasis, una grave dolencia que, a pesar de ser incurable mejora con un tratamiento, fue el mayor impedimento de Barry a la hora de encontrar un hogar.
Quizá el no ser un perro de raza fue otro de los hándicaps a los que se enfrentó, pese a que Barry es un perro que no necesita llevar marcado en su cartilla una palabra que le otorgue un linaje. Porque él es un animal tan especial que sabe ganarse a todo el que le conoce. “Es muy sociable y cariñoso. En cuanto abrimos la jaula es el primero en salir para que lo acariciemos”, explica Priscila López, una de las vocales de la junta directiva de la Protectora.
Pero Barry no es sólo un perro que busque una caricia. Él va más allá y quiere, literalmente, un verdadero abrazo con el humano. “Se levanta y pone las dos patas sobre cualquiera y después le abraza y le besa”.
Tal vez ahora este noble animal tenga una oportunidad de encontrar un hogar y viaje a Francia con el resto de perros y gatos que han sido adoptados en el país vecino, tal y como viene siendo habitual cada año. “En la última analítica los valores de la enfermedad estaban en el límite, muy bajos o sea que lo mismo tiene suerte y lo adoptan. Es una pena que por la edad que tiene y por su enfermedad no tenga las mismas oportunidades de ser adoptado que el resto de los perros de la Protectora porque Barry realmente se merece tener un hogar donde lo mimen y lo quieran”, asevera López.