Es una de las insignias más famosas y conocidas de la ciudad y que anuncia la llegada a la barriada de Avenida España. Situada en el cruce de las Avenidas de Otero y España, frente a la Casa de la Venerable Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado (Medinaceli) y María Santísima de los Dolores, se encuentran las Manos Cautivas del Medinaceli. Una escultura de los hermanos Pedrajas que ejerce como frontera con las barriadas de Puertas del Campo y Otero. Es el inicio, o final, de una barriada que se extiende hasta la rotonda del Sardinero.
Son alrededor de 400 las viviendas que conforman una de las principales y más concurridas arterias de la ciudad. Por ella circulan a diario miles de vehículos y transita un importante número de ciudadanos que, o bien viven en esta barriada, o trabajan en alguno de los numerosos negocios ubicados en la avenida.
El presidente del barrio, Juan Jiménez, afirma que se encuentran “en medio de la ciudad”, una situación que también desencadena algunos episodios conflictivos en cuanto a la acumulación y masificación de tráfico en las horas punta. “Aquí se forman unos atascos impresionantes y se dificulta mucho el tránsito de coches.
Una cosa es la permisividad de los agentes para llevar los niños al colegio y otra es la de los conductores que parece que quieren meter el coche hasta en el aula y estacionan lo más cerca posible del colegio generando hasta tres filas de vehículos”, denuncia el presidente.
Sin embargo, antes de convertirse en esta vía de unión entre las diferentes barrios de la urbe, Avenida España era una extensa zona de campos. Surgió como un arrabal de la ciudad propiamente dicha hasta su emplazamiento más allá de las murallas, como una zona de descongestión.
Sin embargo, la gran evolución sufrida en los últimos veinticinco años, las facilidades de comunicación, el incremento demográfico y su carácter residencial, la han convertido en una gran área urbana que, en parte, ha superado su condición de suburbio.
El barrio vivió su edad de oro durante la segunda mitad del siglo pasado. Bebió de las glorias de los militares que hacían brillar a toda Ceuta pero, además, esta vía vibraba a ritmo castrense.
Era el vial de conexión entre los diferentes cuarteles y el centro de la ciudad y cuando caía la tarde en la avenida se vivían “auténticos desfiles militares”, comentan sus vecinos.
Por y para ellos surgieron establecimientos como lavanderías, bocaterías o locales de hostelería como ‘Casa Pepe’, “dedicado exclusivamente a personal de los cuarteles”. Ahora tan solo quedan los últimos cimientos sobre los que se asientan nuevos negocios acordes a la evolución que ha experimentado la zona, convertida en un barrio residencial.
La panificadora Septi, ubicada junto al colegio San Daniel, es uno de los lugares que sobreviven de la antigua Avenida España. Sus inicios se remontan a la década de los 60 del siglo pasado cuando sus propietarios se trasladaron desde la panificadora ‘La Macarena’, que frecuentaban en el barrio del Príncipe, a este edificio histórico que por entonces acaba de abandonar la cooperativa UFAPANCE (Unión de fabricantes de la de Ceuta).
Septi, que ya había sido creador de uno de los caramelos más famosos y conocidos de la ciudad, ‘los Popis’, arrancó con un negocio que a día de hoy intenta sobrevivir en una industria que se está desmoronando en la ciudad.
“Hace 15 años éramos unas catorce o quince panaderías, hoy solo quedamos cuatro”, apunta su actual dueño, José Manuel Ruiz, segunda generación que está al frente del negocio. La industria del pan en Ceuta lucha desde hace años por sobrevivir.
Debe pugnar contra el comercio desleal que accede a través de Marruecos y las grandes superficies que venden este alimento a precios muchos más bajos. El edificio El edificio data de los años 40, época en las que se construyó el Puerto. Fue diseñado por su ingeniero, José Arango, quien estableció allí su residencia y del que tomó el nombre por el que fue conocido, ‘El chalet Arango’.
Pepe Fernández se encuentra al frente de ‘Tobogán 2000’ tres décadas. Un breve período de tiempo pero que para su negocio ha supuesto un cambio de filosofía o, más bien, de clientela.
Era una de las tantas lavanderías ubicadas a lo largo de la avenida cuyos servicios estaban destinados exclusivamente a la población militar. “Se enfocó como un servicio junto a los cuarteles, el Rámix, Regulares... porque allí solo les lavaban la ropa de cama”, explica.
Pepe asegura con rotundidad que atendía diariamente a trescientos militares. Enseña una cuña de tickets. “Agotaba tres como estos cada día”. Esta lavandería es la única que sobrevive y sus servicios se ofrecen ahora a la ciudadanía en general.
La residencia Nuestra Señora de los Ángeles de los hermanos franciscanos de Cruz Blanca lleva instalada en la barriada desde los años 90, cuando la Ciudad cedió las instalaciones de la antigua clínica del doctor Ballesteros, toda una institución médica en Ceuta.
En el año 2009, gracias a las modificaciones del 0,7 del IRPF, se hizo una gran reforma y se transformó la antigua instalación en desuso en un centro sociosanitario que, junto con Gerón, es el único acreditado para atender a personas dependientes en el ámbito residencial.
La labor social que ha desempeñado Cruz Blanca en Ceuta se remonta a 1970, y esa filosofía fue con la que comenzó la Residencia de Avenida España, en un principio destinada a albergue, con atención especializada en el colectivo migrante a partir de la década del 2000. “Recuerdo cuando el comedor social atendía diariamente a más de dos mil personas porque el CETI carecía de la suficiente infraestructura”, comenta el gerente de la residencia, Pablo Núñez. Desde el año 2014 sus servicios se centran en atender a personas dependientes o con discapacidad.
José Manuel Ruiz, más conocido en el barrio como Hugo, llegó a Avenida España con diez años. Ha transcurrido casi medio siglo desde entonces, a lo largo del que ha vivido cómo ha cambiado y evolucionado el barrio. “La estructura apenas ha variado, los edificios militares ya existían y comenzaban a construir los bloques de edificios, sin embargo el ambiente que se vivía pertenece a otro lugar”.
Recuerda, entre la añoranza de esos tiempos pasados, cómo la vida de los niños del barrio se encontraba en la calle. “Todavía había muchas zonas sin construir, y todo eran grandes extensiones de terreno, de campo. Llegábamos a jugar hasta los cañaverales que se encuentran junto al cuartel de la Guardia Civil”. Aún así, si algo no ha cambiado es su tranquilidad y “lo bien que se vive”.
Juan Jiménez, presidente de Avenida España, pasea por la barriada rescatando entre el recuerdo importantes lugares para los que hay que recurrir a las fotografías. Han sido devastados y sobre ellos emergen modernas edificaciones acordes en los nuevos tiempos.
Justo en el límite con el Sardinero, frente a la rotonda, señala a un concesionario de automóviles. “Ahí se encontraba la estación de autobuses Benítez-Benzú, conocidos como ‘los Rojos’ en alusión a su color”. También recuerda a Descocesa o el Depósito Franco donde próximamente abrirá Mercadona.
Un año más, el Centro Penitenciario se convirtió en el escenario del ‘Torneo de Navidad’…
La Selección de Ceuta Sub-12 femenina de fútbol sala ya ha comenzado a preparase de…
El fin de semana ha dejado cifras importantes de tránsito por la frontera del Tarajal…
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha valorado la aprobación, hoy, en el Consejo…
Salud para la familia, algo de dinero o ropa son algunos de los deseos que…
El Consejo de Ministros ha aprobado este lunes un real decreto ley que acuerda aportar…