Barricadas contra la Policía en el Príncipe

Nueva tangana en el Príncipe Alfonso con los mismos actores. Policías nacionales que son objeto del lanzamiento de ladrillos, piedras, botellas y vasos; emboscadas organizadas por determinados individuos para provocar el caos; Bomberos que tienen que verse escoltados para apagar el incendio en contenedores

y trabajadores de la guardería San Ildefonso que pasan otra noche intentando controlar el miedo de los niños allí acogidos. Este fue el episodio registrado en la noche del lunes al martes y que terminó pasadas las dos de la madrugada, poniéndose otra vez en evidencia una problemática que no termina de ser controlada.
La alerta recibida por la Policía Nacional a través del 112 apuntaba a la presencia de varios individuos encapuchados que estaban formando una barricada con contenedores ardiendo en la explanada frente al colegio Reina Sofía. Conocida la información se puso en marcha el protocolo –esta vez sin fallo alguno para olvidar otros precedentes– ordenándose que los agentes del SEIS fueran escoltados por varias unidades de la Policía Nacional.
Tal y como han confirmado fuentes de la Jefatura Superior a El Faro, los policías se toparon con una barricada de contenedores ardiendo y encapuchados esperando para recibirles con el lanzamiento de todo tipo de objetos. Para garantizar la integridad de los bomberos, los agentes accedieron al lugar debiendo hacer uso de abundante material antidisturbio para frenar la auténtica lluvia de piedras, ladrillos, botellas y objetos varios que les iban lanzando los que, con los rostros tapados, arremetían contra las fuerzas de seguridad.
Una vez dispersa esta pequeña masa mientras la Policía avanzaba, los agentes fueron objeto del lanzamiento de todo tipo de enseres domésticos como vasos y platos desde algunos pisos situados en Poblado Legionario.
Controlada la situación se pudo permitir la actuación de los Bomberos que se encargaron de sofocar las llamas que terminaron por calcinar hasta cuatro contenedores. Ayer mismo operarios de la empresa de limpieza colocaban depósitos nuevos en sustitución de los quemados, llevando a cabo exactamente la misma labor que habían llevado a cabo el lunes, después de otra quema de contenedores provocada en la noche del pasado domingo.
El resultado de esta nueva historia de enfrentamiento policial es el dominante en el 90% de los servicios: ningún detenido. Se sospecha que quienes provocaron este último altercado sean los mismos de las semanas anteriores ya que el modo de actuar es similar y por su apariencia física se trata de adultos y no menores.
El Sindicato Unificado de la Policía (SIPE) ya denunció tras la última emboscada a la Policía que resulta necesaria la adopción de medidas más contundentes para que los agentes se sientan respaldados y puedan intervenir ante agresiones de este tipo. Los propios vecinos del Príncipe han denunciado hasta la saciedad que ellos mismos son también víctimas de este tipo de situaciones por cuanto con actos de este tipo, que son organizados por unos grupos concretos, se termina criminalizando a toda la barriada y, además, se hacen más evidentes los conflictos con las fuerzas de seguridad.

Lo que manda el protocolo en estas situaciones

La orden de servicio que debe primar en sucesos como los sucedidos en la noche-madrugada del lunes al martes establece que antes de que Bomberos acuda al barrio, la llamada de emergencia recibida debe ser cotejada por la Policía Nacional. De ser real, los agentes deben tomar las partes altas de la barriada estableciendo un despliegue de seguridad sobre las cercanías más idóneas. El CNP es el que debe dar paso a los agentes de Bomberos y, de estar disponibles, a la Policía Local. Cuando todo esté asegurado, es cuando los agentes del SEIS podrán intervenir y entrar en el foco en cuestión.