Opinión

De la barbarie y expolio de nuestras murallas

A la vista de una antigua fotografía, expuesta en «Ceuta, nuestra gente, nuestra tierra…» -un grupo ceutí en Facebook, que maravilla con sus antiguas y nuevas imágenes de nuestra ciudad-, apuntaremos la barbarie de construir la sede social y un restaurante sobre el lienzo de las murallas de la coraza baja, de las murallas del foso... Y, hemos de decir, que de tantos verlos a partir de los años 60, nos parece normal, cuando es uno de los mayores atropellos ocasionados al pueblo de Ceuta, por un club privado, que para mayor «inri», se denomina: CABALLAS…

Caprichos tiene la sed, como decía don Antonio. Se me aviene a la memoria, como aquellos niños pobres de los cuentos de Navidad, que miraban las gozosas confituras y tartas de manzana con la cara pegada a los cristales de los escaparates, la piscina -la única de Ceuta durante muchos años- del club Caballa, que tras salir al mediodía del Instituto nos quedábamos extasiados, columbrando los juegos de zambullidas de aquellos otros niños que tenían la fortuna de disfrutarla, sin entender nunca, por qué los niños del «Callejón del Asilo», y otras barriadas proletarias de Ceuta, no les estaba permitido bañarse y jugar como aquellos otros chiquillos, que sí podían disfrutar de la tan aristocrática piscina, cuantas veces quisieran o les viniesen en gana…

Más tarde, tuvo que llegar la primera juventud, para entender que el mundo no era libre, que algunos desde la cuna ya nacen llenos de lisonja, y a los otros -los más- la vida les depara un camino lleno de dificultades, si tienen la intención de un día zambullirse en las aguas prohibidas de la piscina de cualquier club; y, que en el caso que nos ocupa, nos referimos a las aguas prohibidas de la piscina del «Club Caballa», que es claro, que siempre fueron los elegidos para la gloria…

Y, también comprendí, el «robo» -no se puede llamar de otra manera de forma eufemística- a una ciudadanía, que además de tener que soportar lo que hemos relatado; también se le impidiera el acceso a pasear por las murallas del espigón del Foso, que dan a la vista increíble del mar de la Bahía Sur. Sin embargo, esto es ya otra historia pendiente de las concesiones que de manera arbitraria nuestro Ayuntamiento otorga de manera graciosa, a la elitista sociedad de nuestra ciudad, hurtándonos -no tiene otro nombre- nuestro patrimonio cultural de siglos, y la contemplación de los magníficos azules paisajes de la bahía azul, que desde que nacimos quedaron para siempre impresionados en las retinas de nuestros ojos...

Si bien -no se equivoquen- nuestra crítica** no va dirigida contra la piscina -que nunca pudimos disfrutar, ni nos hizo nunca falta-, porque ya antes de su construcción, siempre existieron la Ribera y el Chorrillo para disfrutar sus nobles aguas; sino contra qué el club social y el restaurante se construyesen encima de la «Coraza» sobre los lienzos del espigón de las Murallas Reales. Y, no es de recibo, ni se atiene a razón alguna, más bien todo lo contario: a la sinrazón, que el Ayuntamiento, en su día cometiera, concediendo al club vía libre a que procediera a tal construcción sobre las murallas, que a todas luces repele al más mínimo sentido común urbanístico, y es la mayor barbaridad que se mantiene en el tiempo -con una nueva concesión- sobre muestra ciudad.

No deben quedar estas concesiones arbitrarias contra nuestro legado cultural y paisajístico, impunes; pues sobre sus cabezas recaerá la responsabilidad de la barbarie que han cometido y continúan cometido al ampliarse las concesiones por más años.

Pueden que escapen a la cita con la justicia por el atentado contra nuestro patrimonio cultural y paisajístico; sin embargo, no escaparan a la memoria de los ceutíes, que recordaran en un tiempo sin termino, el desguace de su más bello y extraordinario patrimonio…

*) Las Murallas Reales

La Muralla Real, el foso, los baluartes de la Coraza, la Bandera, el baluarte de los mallorquines y la prolongación del Espigón de la Ribera, constituyen el primer núcleo de fortificaciones de las Murallas Reales del frente de tierra.

Son de época renacentista y las únicas de origen portugués. Fueron construidas entre 1541 y 1549, reinando el monarca Juan III de Portugal, bajo la dirección del arquitecto español Miguel Arruda (maestro en el arte de fortificar)

En el mismo lugar se alzaban las murallas medievales construidas de 957 a 962 por los árabes.

(**) Espigón de la Ribera:

Es un ancho muro de piedra de casi 100 metros de longitud en sentido sur, que se adentra en las aguas de la Bahía Sur, a nivel de la playa de la Ribera.

En la época del reino de Fez, hybo en este lugar una muralla y una torre llamada: Bury El-Má (El castillo del agua), que los portugueses ampliaron e 1776 para darle más anchura y poder instalar una batería de artillería de costa. Estaba unido al baluarte de la coraza alta por un lienzo de muralla denominado: Coraza Baja.

En este espigón -como decimos- se sitúa, impropiamente, y afeando el entorno histórico, el club Natación Caballa, y puede verse un escudo de piedra con los blasones de la Corona de España y la leyenda: “Felipe V, rei de las Españas”.

(**) Diálogo mantenido entre Pepe Fortes, y Yamaldín Cherguí, acerca de la barbarie cometida, por la construcción de la sede social y el restaurante del club Caballa, sobre la muralla de la Coraza del espigón.

Pepe Fortes:

- Fue un lugar emblemático en mi niñez y juventud, y para todos los niños de la plaza de África. Es una barbaridad que un espigón tan lleno de historia se halle en poder de una sociedad sociedad privada. Con la imagen de un restaurante sobre un trozo de muralla y que permiten nuestras autoridades. Es destruir el paisaje y privar al pueblo de Ceuta de un lugar de paseo o recreo, que les pertenece. Es una verdadera vergüenza, que no deberíamos consentir…

Yamaldín Chergui:

-Por sentido común, la Ciudad tenía que haber luchado por una justa devolución de este resto histórico l patrimonio de Ceuta. No hay razón alguna para mantener semejante privilegio en estos tiempos. No se trata de un club privado en un terreno privado. Y, si pertenece a alguien, ¿quién es e el responsable de estas concesiones? ¿Acaso pertenece al conjunto de la defensa de la ciudad? ¿Pertenece, entonces, a la ciudadanía? Siempre me llamo la atención este tema y nunca lo he comprendido…

En el caso de las Murallas Meriníes el Estado aportó dinero para recuperar partes del conjunto. Lo hizo la Dirección General de Bellas Artes, a través del Instituto de Patrimonio Cultural. En este sentido: ¿Tiene algo que ver el Estado? ¿Ha estudiado la ciudad este tema?

Pepe Fortes:

-Desgraciadamente, depende de la Asamblea de Ceuta -el equipo actual-; y, sólo hace unos tres años, se le prorrogó la concesión al club, por veinte o treinta años más. Una vergüenza…

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