Colaboraciones

Bajo tu verde mirada

A lo largo del año, la celebración del centenario de la Hermandad de La Pollinica se ha enriquecido con varios elementos significativos. Uno de ellos sería el libro de Marcos Muñoz Valente, La Pollinica de Ceuta. Una Hermandad Centenaria, disponible en la Casa de Hermandad, cuya documentación proviene en su mayoría del archivo de la cofradía, complementada con los testimonios de José Gallardo y Francisco Márquez, junto con la información histórica aportada por José Luis Gómez Barceló. Gracias a esta publicación, se ha contribuido a poder preservar la historia de la Hermandad.

Reconocimiento por su cariño y valores

Ceuta, por lo general (con no muchas excepciones) es una ciudad, digamos, «complicada» en lo musical. Como compositor, no hay muchos momentos en los que uno se pueda sentir agradecido, pero este es uno de ellos. Hoy quisiera expresar mi sincero reconocimiento a la Hermandad de la Pollinica por la gratitud y el cariño con los que han recibido mi música. No solo han mostrado un aprecio genuino por las composiciones que he tenido el honor de dedicarles, sino que también han demostrado una serie de valores que rara vez se encuentran en su conjunto: sentido crítico, humildad, empatía hacia los demás y algo que es bastante difícil de encontrar hoy…, la capacidad de perdonar. ¿Qué puede haber más bonito y más cristiano que el acto de perdonar? Para mí, la Hermandad de la Pollinica se ha convertido en un referente no solo por su devoción, sino por su forma de trabajar y lo abiertos que son hacia todos, haciendo sentir a cualquiera que se acerca a ellos como parte de su familia.

El incesante apoyo de Eusebio Belmonte

En cuanto a su valoración del patrimonio musical, puedo decir con total seguridad que son una de las Hermandades que más lo aprecia y cuida en cuanto a música cofrade se refiere. Cabe resaltar en ese sentido el encargo a Alejandro Blanco Hernández de la pieza Triunfante (2024), estrenada en la salida extraordinaria del Dulce Nombre de Jesús el pasado 29 de junio por la Agrupación Musical Muchachos de Consolación de Utrera. También es de agradecer que contaran con la Agrupación Musical Ntro. Padre Jesús Caído y Virgen de la Amargura de Ceuta, con la que tan buena relación de amistad y fraternidad tienen.

Quisiera hacer una mención especial a Eusebio Belmonte Gómez, fiscal de la Hermandad y pregonero en su centenario. Como alguien que ha compuesto para todas las Hermandades de Ceuta, puedo afirmar sin dudarlo que Eusebio es la persona más agradecida, noble y cercana que he tenido el placer de tratar. Su dedicación y aprecio por la música son ejemplares, y su apoyo constante ha sido muy importante para mí.

Un sueño hecho música

La primera marcha que dediqué a esta querida Hermandad fue Madre del Dulce Nombre, en 2015. Recuerdo que estaba aterrado, sabiendo que antes que yo, habían dejado su impronta compositores como Escrivá o Ismael Jiménez (músico de la banda Maestro Tejera en ese momento). Pero mi ilusión por contribuir a engrandecer, al menos en términos numéricos, el patrimonio de la Hermandad, prevaleció sobre mis miedos. Hoy, puedo decir que he dedicado 7 composiciones a Nuestra Señora de la Palma, 3 para el Dulce Nombre, 2 para San Juan Evangelista, 2 para la Hermandad como tal y 1 para el Corpus, como Hermandad Sacramental que son. Cada una tiene su razón de ser, pensadas para diferentes momentos y contextos, desde calles abiertas hasta estrechas, desde la salida hasta la recogida, de más lucimiento, para una carrera oficial, para una revirá, para interpretarse de día, de noche, al entrar o al salir de la Catedral... Aunque reconozco que no es común que una Hermandad tenga tantas composiciones del mismo autor, lo hice con todo el amor del mundo, con el único objetivo de enriquecer el patrimonio musical de estas devociones tan queridas para mí.

Y algo que me parece especialmente hermoso es que haya composiciones para diferentes formaciones musicales dedicadas a la misma advocación. En mi caso, hay marchas de San Juan y el Dulce para banda de música (de sonar, sería tras el palio). Un ejemplo reciente a la inversa, lo tenemos en la composición dedicada por Manuel Jesús González Hernández, Palma, Reina y Madre (2024). Una composición dedicada a la Palma, pero para agrupación musical (sonaría tras el Dulce). ¡Eso es precioso! Este es un ejemplo de la riqueza y diversidad que se está cultivando en nuestra Semana Santa, y me llena de felicidad saber que he podido contribuir a ello.

En este sentido, soy muy consciente de que puede ser difícil de entender el que haya compuesto este número de piezas en estos años para la Hermandad de la Pollinica, en total 15 (de 2015 a 2024). Comprendo que es difícil incluso de procesar en lo musical tantas obras seguidas, pero lo hice con la mejor intención: quería que la Hermandad tuviera más patrimonio musical. Además, me siento muy querido y a gusto allí, y la devoción que siento por las imágenes de la Hermandad me ha impulsado a seguir componiendo. Una noche soñé con Ella caminando por la Gran Vía y, en el sueño, una marcha procesional la acompañaba. Al despertar, esa música seguía en mi mente, y la transcribí íntegramente de inmediato. Así nació Nuestra Señora de la Palma (2021). Comprenderán que, después de soñar con Ella y verla caminar en su palio bajo los sones de esa composición, no podía hacer otra cosa que dedicársela. Es algo que surge de lo más profundo, y cuando Ella lo dicta, no hay manera de resistirse... Ella es quien manda.


En cada composición he intentado siempre que todo suene de acuerdo a lo que representa. No es lo mismo crear una marcha alegre con cornetas que reflejar la solemnidad de una figura como San Juan Evangelista, que requiere un tono mucho más profundo. Del mismo modo, Dejad que se acerquen a mí (2024), por ejemplo, es de estilo eucarístico, pensada específicamente para el Corpus, ya que se busca captar la esencia de aquello que se busca representar.

La creación de tantas composiciones se ha convertido en un «reto» al querer impregnarlas de personalidad, pero no ha dejado de ser motivador a título personal por poder descubrir tanto de la esencia de cada uno de los Titulares. Créanme cuando les digo que, en ese proceso de abstracción y espiritualidad, estando a solas con ellos, siempre se descubren nuevas cosas.

A ese respecto, guardo un grato recuerdo del momento en que compuse Bajo tu verde mirada (2017), al intentar ponerme en el lugar de los vestidores. Cada composición tiene su propia historia, y podría contar muchas sobre cada una de ellas.

Cuando oí el pregón de Eusebio en 2017 y le escuché hablar de Los hombres fuertes de María, me sentí profundamente inspirado para componer una marcha con ese mismo título. Quise capturar en ella el sentimiento de los costaleros mientras afrontaban la exigente subida de la cuesta de Otero, ya en el camino de vuelta.

También cuentan con una marcha propia para el paso por el Santuario de Nuestra Señora de África; Creo en ti (2017). Esta composición guarda un lugar muy especial en mi corazón, ya que la relaciono con el recuerdo de ver a mi querida Palma frente a la Virgen de África durante la Magna de 2018. A lo largo del tiempo, he recibido comentarios muy bonitos sobre esta obra, y los agradezco profundamente.

Es probable que muchos en la Hermandad no me conozcan, ya que prefiero mantener un perfil discreto y evitar cualquier tipo de protagonismo siempre que sea posible. Sin embargo, en esta ocasión, por el trato dispensado, no puedo dejar de agradecer y reconocer todo el esfuerzo dedicado por la Venerable Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos del Dulce Nombre en su Entrada Triunfal en Jerusalén, Nuestro Padre y Señor de la Sangre Orando en el Huerto, Madre de Dios de la Palma y San Juan Evangelista.

 

La música a los pies de la imagen

La música tiene el poder de conmover, de elevar el alma, de transportarnos a lugares donde las palabras se quedan cortas. Pero incluso en su máxima expresión, cuando cada nota y cada acorde están impregnados de devoción, su propósito es claro: enaltecer la belleza, la gracia y la santidad de la Virgen María. Es Ella, la Madre de todos, quien irradia luz y esperanza, quien se erige como faro en la oscuridad y, ante su presencia, la música se inclina reverente, consciente de su papel secundario.

Cada composición que he tenido el honor de escribir, cada melodía que ha brotado de mi interior, no es más que un humilde intento de reflejar una pequeñísima parte de la grandeza que María representa. No hay música lo suficientemente sublime que pueda igualar su pureza y su amor incondicional. Por eso, para mí, cada nota es una ofrenda, un tributo que se deposita a sus pies con la esperanza de que, en su infinita misericordia, Ella lo reciba con la misma ternura con la que acoge a sus hijos.

Centenario Pollinico y El refugio de María

En cuanto a las marchas citadas, es importante aclarar algunas erratas que se han difundido en redes y periódicos. Se ha mencionado que El refugio de María era la marcha dedicada al centenario, cuando en realidad es Centenario Pollinico la que cumple ese rol. Ambas composiciones, aunque diferentes, se estrenan hoy y tienen propósitos muy distintos.

Centenario Pollinico es una marcha para conmemorar el 100 aniversario de la fundación de la Hermandad de la Pollinica. Lo que se busca con ella es recoger el sentimiento hacia los Titulares y, de una forma especial en el trío, hacer un rezo en forma de coral a Nuestra Señora de la Palma. Cabría resaltar que, en el fuerte de bajos, hay un guiño a la marcha que compuse para el Dulce Nombre de Jesús titulada Y entró en Jerusalén... (2018). Para mí esto es importante, pues se busca que, aun siendo Ella lo que prevalece en la composición, la Hermandad esté representada.

No puedo dejar de mencionar a Arturo Fuentes Cabrera y agradecerle profundamente su extraordinaria contribución en la creación de esta Salve. Su capacidad para plasmar la devoción y el simbolismo en cada palabra es verdaderamente encomiable. Su letra, no solo está llena de belleza, sino que también está impregnada de una profundidad espiritual que la convierten, siempre desde mi modesto parecer, en una Salve preciosa.

Esta colaboración, como tantas otras en las que hemos trabajado juntos, ha sido un reflejo de no solo de su gran conocimiento, sino también de su generosidad. Y siempre está dispuesto a ayudar y a disposición (por no decir la calidad que aporta). A lo largo de los años, ha demostrado una gran sensibilidad para captar la esencia de todo lo que le he solicitado y no puedo estar más agradecido por su inmensa labor.


A pesar de que no se lo puse nada fácil en esta ocasión, su paciencia y su talento lograron superar este reto que le propuse, añadiéndole un valor muy importante al resultado final, que dota de más sentido esa parte final de Centenario Pollinico. Estoy profundamente agradecido por su apoyo constante, por su dedicación incansable y por compartir su buen hacer una vez más. Sin duda, su colaboración ha sido muy importante para considerar la obra completa.

El refugio de María es más personal. No es ningún secreto que tengo debilidad por las marchas de un corte más solemne. Evidentemente, si ves las imágenes, lo que representan, si conoces cómo son en la calle, cómo es su idiosincrasia... no hay mucho margen para ello. Pero sí en algún punto concreto del recorrido. Y uno de esos instantes lo tendríamos en los momentos previos a la recogida. Ahí suene sonar La Madrugá. Lo fácil, habría sido intentar emular algo de esa extensión y con un corte lo más similar posible, pero para mí, eso no tendría ningún sentido. Lo que se busca es personalizar lo máximo posible la obra y que esté concebida a partir de cómo es ese momento. Es por ello que me surge la necesidad de componer una pieza que contenga en ella parte del sentimiento y gusto de la Hermandad y que describa de una forma personalizada y significativa el acto de cierre de su estación penitencial. En ese sentido, para resaltar el folclore, los temas están basados en cadencias andaluzas (exceptuando el tema del trío) siendo nuevamente visible en la coda, utilizando el modo frigio, tan característico del flamenco.

Por qué la marcha del centenario está compuesta a finales de 2023

Las dos marchas se componen a finales de 2023 porque fue en ese momento cuando surgió la inspiración. Nunca compongo sentado frente al piano, sino que lo hago de cabeza, es decir; cuando una idea me viene, simplemente la transcribo. Todo lo que hayan escuchado mío, ha sido creado de esta forma. Personalmente, siento que es un proceso más auténtico, permitiendo que la música fluya en su forma más pura, en lugar de buscarla a través de probaturas en el piano. Así fue como, al escuchar esa melodía brotar, supe de inmediato que era la marcha del centenario.

Reminiscencia Romana

En algunas de estas composiciones, se percibe una pequeña reminiscencia romana, una evocación sutil que conecta con la majestuosidad de un momento histórico: la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Esa entrada no fue solo un acontecimiento de su tiempo, sino un símbolo de victoria espiritual, de la llegada del Rey de Reyes, un Rey que no necesita tronos de oro ni ejércitos, sino que conquista corazones con su humildad y su amor infinito. Esa reminiscencia romana en la música no es una casualidad; es un guiño a esa grandeza discreta, a esa majestuosidad que no necesita proclamarse en voz alta, ya que su poder reside en lo más profundo del espíritu.

El folclore, con sus ritmos y cadencias, trae consigo la alegría, la devoción sencilla pero sincera de un pueblo que celebra su fe con la misma pasión con la que vive su día a día. Y cuando se une a la reminiscencia romana, a esa evocación de la gloria eterna, se crea una simbiosis única, una mezcla que enriquece y da profundidad a la composición. Es un diálogo entre lo terrenal y lo celestial, entre la tradición que nos arraiga a nuestra tierra y la espiritualidad que nos eleva hacia el cielo.

Cada nota, cada acorde, busca capturar esa dualidad, esa esencia que es tanto nuestra como universal. Es un intento de plasmar en música la idiosincrasia de una Hermandad que vive su fe con intensidad, donde también se resalta el mensaje de Cristo, que, entrando triunfante en Jerusalén, nos muestra el camino hacia una victoria que no es de este mundo.

Así, las composiciones que nacen de este encuentro entre el folclore y, en momentos muy puntuales, la reminiscencia romana, son expresiones de un sentir profundo, de una devoción que se vive con todo el ser, que se celebra con alegría pero que también medita en la grandeza del misterio divino. Buscar esa mezcla y hacerlo de un modo equilibrado (la unión de lo terrenal y lo sagrado) es lo que siempre he buscado. Eso, y lo expuesto con anterioridad: que tenga un sello propio y característico para la Hermandad.

Ha sido un honor, un placer y un gran privilegio, así como una grandísima responsabilidad. Espero haber podido captar un ápice de la esencia de los Sagrados Titulares, así como de los momentos más trascendentes en la calle.

En ese sentido, quisiera expresar mi gratitud más sincera a la Hermandad por haber confiado en mí para componer la marcha del centenario. Gracias por hacerme partícipe de este momento tan especial.

Invito a todos aquellos que sientan devoción e inquietud por la composición a que sigan creando obras dedicadas a nuestras imágenes y devociones, tomando así el testigo que hoy les entrego.

El folclore

La finalidad que siempre he buscado es que, aunque pueda haber composiciones diferentes entre sí, todas tengan cabida dentro del sentir de la Hermandad, así como buscar un sello propio. Un punto fundamental sería ese toque de folclore, el cual es inherente a nuestra cultura, parte de esa esencia que se funde con las raíces de nuestra tierra. Es un reflejo del sentir popular, de la devoción que se vive en cada rincón, en cada calle, en cada hogar donde el fervor se convierte en música. Este toque de folclore no es un simple adorno, es la voz del pueblo, la melodía que narra la historia de una fe que se ha transmitido de generación en generación, que se ha vivido y sentido en los corazones de aquellos que han crecido bajo la mirada de la Virgen y de Cristo. Si hablamos de la Hermandad de la Pollinica, siendo una Hermandad de barrio, todo esto cobra todavía más sentido.

Banda municipal de Coria del Río

Mención aparte merece el expresar mi gratitud hacia la Banda Municipal de Coria del Río, quienes, desde el primer día, me consta que mostraron una ilusión inmensa por participar en esta procesión extraordinaria y en Ceuta, acompañando con sus sones tras el palio de nuestra querida Madre. Su entusiasmo ha sido tan contagioso que ha hecho que los sintiéramos muy cercanos. A veces, la distancia y las dificultades logísticas, como tener que viajar en barco, pueden suponer un reto, pero ellos han querido estar presentes con más ganas que nadie. Es de recibo poner en relieve la alegría y el anhelo que han manifestado de querer tocar en nuestra ciudad y tras Nuestra Señora de la Palma. Por todo ello, muchas gracias, nos sentimos enormemente privilegiados de poder contar con ellos en este día histórico para nuestra ciudad y para la Hermandad de la Pollinica.

Para finalizar

En tertulias, escucho a menudo la frase «No tenemos nada que envidiar a otras ciudades». Aunque no contamos con obras de los grandes compositores del género, el patrimonio musical cofrade de nuestra ciudad está creciendo constantemente. No obstante, es fundamental que este crecimiento sea acompañado de un trato cariñoso hacia nuestras composiciones, especialmente por parte de las formaciones musicales locales, que son las que mejor pueden engrandecer y dar a conocer nuestro patrimonio.

Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a la Hermandad por haberme permitido dedicar tantas marchas procesionales a sus Sagrados Titulares a lo largo de estos años. Con estas composiciones he logrado plasmar todo lo que deseaba ofrecerles desde el corazón. Sin embargo, aunque pienso que el trabajo está más que hecho (porque tienen composiciones dedicadas para todo, que es lo que yo quería) sin duda estaré dispuesto a colaborar con vosotros en el futuro, si así lo necesitarais. Siempre que esté en mi mano, contribuiré con lo poco que pueda a esta Hermandad tan querida para mí.

Espero de corazón que todos los que puedan asistir a la procesión extraordinaria disfruten de nuestra Madre de ojos verdes por las calles de Ceuta y que, bajo su verde mirada, se sientan bendecidos con su presencia del mismo modo en que yo me he sentido todas y cada una de las veces en que en las que le he transmitido mis oraciones en forma de música.

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