Desde que comenzó la pandemia hemos estado realizado predicciones sobre la evolución del desempleo en España, que hemos ido publicando mes a mes. Pero, como dijimos, lo que ocurrió en junio de 2021 era lo que realmente estábamos esperando desde el principio, pues el paro descendió hasta cifras desconocidas. Evidentemente, dicha bajada histórica del desempleo no fue debida al modelo de relaciones laborales impuesto por el anterior gobierno, sino a las medidas extraordinarias adoptadas por el actual, acordadas con los agentes sociales desde el inicio de la pandemia, que han frenado el daño al tejido productivo que se hubiera producido si no se aplica el mecanismo de los ERTE, que ha ayudado a salvar 3 millones de empleos.
Como nos decía el gabinete económico de CCOO en su informe de coyuntura laboral de junio de 2021, “…Frente al modelo de inestabilidad laboral anterior y un ajuste del mercado de trabajo centrado en los despidos y en el abuso de la contratación temporal, la respuesta durante la pandemia ha tratado de minimizar ese ajuste externo basado en expulsar del mercado laboral a los más precarios y sostener con fondos públicos el máximo posible de empleo y tejido productivo a través del recurso masivo a los ERTE. Esto ha permitido que en medio de una profunda recesión económica provocada por la pandemia, la caída del empleo haya sido limitada y en todo caso mucho menor que la registrada por el PIB.”.
Los datos conocidos en julio de 2021 nos muestran una bajada del paro de 197.841 personas (-5,5%), que es el mayor descenso en un mes de julio de la serie histórica, situando el total de desempleados en 3.416.498 personas, que supone un descenso interanual del 9,4% (356.536). Lo anterior significa que nos hemos situado a solo 170.000 personas paradas de lo que ocurría en el mes previo al confinamiento por la pandemia, de febrero de 2020. Una “bajada histórica del paro registrado, prolongando los buenos datos de junio”, en palabras del último informe de coyuntura laboral de julio de 2021, del sindicato CCOO.
Pero también, acudiendo a los datos de afiliados a la Seguridad Social, con los datos de julio de 2021, se observa que se ha alcanzado un máximo histórico de afiliación a la Seguridad Social, situando el total en 19.591.728 personas, que supone superar en 341 mil cotizantes la población afiliada en febrero de 2020, justo antes de la pandemia. Por tanto, si se logra que los 331 mil trabajadores que aún quedan en expedientes temporales de regulación de empleo recuperen sus trabajos, en poco tiempo nos habremos situados en niveles pre pandémicos.
Cuando analizábamos las predicciones que hicimos con los datos de junio de 2021 incorporados, decíamos que la situación no aparecía claramente como un cambio estructural permanente. No solo porque los datos de contagios entre la población más joven no estaban siendo nada buenos, sino porque era el propio modelo estadístico el que así lo detecta. Por tanto, era de esperar que conforme avanzara la vacunación y, por tanto, la contención de la pandemia, la economía volvería a situarse en la senda en la que se encontraba en el mes de febrero de 2020. De hecho, en varios meses las predicciones nos situaban en valores de desempleo anteriores a la pandemia.
Con los datos del mes de julio de 2021 se confirma que nuestras predicciones eran correctas, pues la cifra total de parados se sitúa dentro de los intervalos de confianza de nuestro modelo, y también que nos estamos situando a niveles pre pandémicos, pues la cifra de desempleados registrados se queda a tan solo 170.000 personas del total de parados registrados en el mes de febrero de 2020. Situación que ha sido superada por el total de afiliados a la Seguridad Social, que en este mes supera ya en 331 mil afiliados a la cifra de afiliados de febrero de 2020.
Evidentemente, como ya hemos manifestado en otras ocasiones, aunque hasta el momento nuestros modelos han hecho predicciones que se han ido cumpliendo en la realidad, los mismos podían fallar. Sin embargo, han acertado totalmente en cifras globales, y la realidad ha mejorado notablemente lo que se predecía por sectores, sin duda, a consecuencia de que la quinta ola del coronavirus está siendo bien controlada en general.
De cualquier forma, como ya decíamos en el artículo anterior, y ahora repetimos, consideramos que sigue habiendo razones para la esperanza y para creer, ahora sí, que la situación de bajada del desempleo, hasta situarnos en niveles anteriores a la pandemia, parece que lleva camino de convertirse en una situación permanente y estructural.
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