El titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta dejó visto para sentencia un
juicio por un delito de atentado y otro leve de lesiones. M.E.A.A., acusado de estos delitos, se enfrenta a la pena de 2 años de prisión por el delito de atentado, y una multa de 2 meses a razón de 12 euros diarios por el delito leve de lesiones. Además, la Fiscalía que siguió con su escrito inicial, solicitó la responsabilidad civil y que se adjudicara en ejecución de sentencia. Fiscalía y Acusación Particular después de escuchar a los diferentes testigos siguieron con su escrito acusatorio, mientras que la Defensa pidió la libre absolución de su representado al no quedar acreditado a su juicio que su defendido fuera el autor de la acción delictiva.
Los hechos a los que se hizo referencia en este juicio ocurrieron el 27 de mayo de 2019. Según explicaron los agentes de la
Policía Nacional, sobre las 19:30 horas, recibieron un aviso en los aledaños de la playa de la Almadraba ya que una persona denunciaba que estaba intentando ser agredido por otro individuo por recriminarle que llevaba un
perro de “raza peligrosa” suelto y sin bozal. Al llegar un zeta de la Policía Nacional, dos agentes intentaron detener al dueño del animal, cuando el acusado con ánimo de menoscabar el principio de autoridad, comenzó a llamar a la multitud en torno a los agentes para impedir la actuación policial y que pudieran llevarse al can de la zona. El agente indicó que el acusado se le puso “cara a cara” y empezó a pegarle un “puñetazo en el pecho y agarró la correa del animal para impedir que lo metiera en el zeta”. Además, añadió, que el can al principio estaba tranquilo pero al ver que el acusado lo azuzaba contra él “se revolvió y me mordió en el brazo”.
En toda esta arenga, el acusado, según los agentes, empezó a insultarlo con expresiones como: “Son unos policías racistas. Vienen solo a jodernos. Racistas. No os vais a llevar al perro, no os lo vais a llevar”.
El agente sufrió lesiones
Como consecuencia de la agresión sufrida, el agente tuvo lesiones consistentes en tres erosiones en antebrazo derecho. Requirieron para su sanidad una única asistencia facultativa y 7 días no impeditivos para su curación, sin residuar secuelas. Hecho el oportuno ofrecimiento de acciones al perjudicado manifiestó que reclama por las lesiones sufridas.
El acusado, por su parte, niega haber sido partícipe de los hechos y solo admite que estaba en el lugar, que se quedó a presenciar lo que estaba ocurriendo pero que en ningún momento azuzó al perro para que mordiese a los agentes. Además añadió que los policías que llegaron lo único que le pidieron fueron el DNI, “por un control rutinario”, pero luego le dejaron marchar del lugar “sin problema alguno”.
Es más, el acusado dejó entrever que el delito lo cometió el dueño del perro, pero que en ningún momento él tenía algo que ver en este suceso.