Es el último de los antiguos soldados regulares que luchó con Franco que queda en Ceuta. 102 años de vida. 12 hijos, 26 nietos y 9 biznietos. Vive en su casa del Poblado Regulares, la barriada donde ha criado a su familia, la barriada en donde pasa los días quien es una auténtica leyenda histórica de nuestra ciudad. Ayad Ahmed Mohamed forma parte de aquella vieja guardia, de los soldados que lucharon con ‘el generalísimo’. De aquello han pasado muchos años, pero Ayad todavía recuerda algunas pinceladas de una época muy dura, muy complicada, en la que había que pelear mucho y trabajar duro para sacar adelante una familia tan numerosa como la suya.
“Doce hijos tengo”, expresa sonriendo en su hogar, rodeado de quienes ahora, adultos, le cuidan y miman repitiendo los mismos cariños que ellos recibieron siendo niños. “Mucho trabajo, pero Dios cría a todos”.
Esta reciente Pascua del Sacrificio ha sido muy especial para la familia de Ayad. Se han reunido todos a su alrededor, en la casa del Poblado Regulares que tantas historias encierra. Hasta ocho borregos han sacrificado, rodeado de sus hijos: los que residen en Ceuta y los llegados desde otros puntos del país como Barcelona. Todos unidos en torno a quien es una auténtica joya de la historia de los Regulares en Ceuta, de su formación y su arraigo.
Sus hijos guardan los recuerdos que les ha ido contando su padre, quien todavía salva algunos pasajes de aquella época, los que han conseguido superar la barrera del olvido. No deja atrás el duro trabajo a las órdenes de Franco o los lugares por los que tuvo que estar en plena guerra.
“Él se acuerda cuando era chico, lo desembarcaron en Zaragoza y en en Murcia”, explica uno de sus hijos. “Eran unos tiempos muy complicados. Hemos pasado tiempos con Franco malos, malos”, añade el padre a FaroTV.
Desde los años 50 la familia de Ayad Ahmed reside en el Poblado Regulares, su barrio, en el que se han criado y en el que han crecido todos los hijos. Solo uno de ellos ha seguido la saga militar de su padre, ingresando primero en La Legión para después permanecer en Regulares. Los demás han ido formando sus propias familias, pero todas ellas giran siempre en torno al patriarca. En esta fiesta del Sacrificio han venido quienes viven fuera a disfrutar de estos momentos con su padre, como su sexta hija Hakima, residente en Barcelona.
“He venido de Barcelona a pasar la fiesta del cordero, llevaba 33 años sin pasarla aquí”, explica orgullosa, rodeada de todos los hermanos que han crecido en torno al amor de un padre al que cuidan y veneran, a un padre que es historia viva de los Regulares.
La familia de Ayad muestra con orgullo lo que supone tener un padre como él, un auténtico veterano, una joya en vida que es reflejo de una parte de la historia que no se olvida. Que la representan él, como el único de los antiguos soldados regulares de la guardia de Franco con vida, y las pocas viudas que todavía residen en el Poblado.
“Estamos muy orgullosos de ser sus hijos. Mi padre siempre nos contó todo lo que ha pasado, el hambre que ha sufrido, tener 15 hijos porque éramos 15 hermanos y solo ha trabajado él. Nos ha criado muy bien, bien educados... la verdad que sí, es un buen padre. Nos hemos criado en la barriada, aquí hemos nacido en esta casa, que al principio era pequeñita”, narra Hakima. “Mi padre estuvo en Zaragoza y en Barcelona también, donde terminó”, añade.
El trabajo ha acompañado siempre a este veterano regular que tenía que emplearse duro para sacar adelante a todos sus hijos sin que nada les faltara. Además de en el ámbito castrense tenía que realizar varios trabajos para poder mantener con orgullo a todos sus hijos e hijas.
“Era soldado y trabajaba a la vez de obrero, él ha hecho medio Ceuta. Es lo que hay, al tener tantos niños”, añade su hijo.
A pesar de su avanzada edad, Ayad sigue disfrutando del lugar de su vida, de su barriada. Sus familiares le pasean por el entramado de calles que conforman este lugar histórico de Ceuta, pudiendo ver a las viudas que aún quedan; las que están mejor incluso se acercan a su vivienda para visitarle. La asociación de vecinos mantiene además vivo ese espíritu de respeto hacia la esencia del lugar en el que residen así como la lucha porque se haga justicia con todos.
La vida de Ayad, historia de Regulares, se mueve entre la tranquilidad de estar rodeado de su familia y las salidas de su hogar: “Me llevan con el carro, y andando”, explica mientras se escuchan las risas de sus familiares. Y entre esos momentos también hay algunos que le ilusionan, como cuando antes del verano vinieron los mandos de Regulares, con el coronel al frente, para visitarle.
Ayad Ahmed Mohamed. Un nombre con historia. Un nombre para no olvidar. El veterano de Regulares. El eslabón que, en vida, todavía enlaza aquellos tiempos pasados recogidos en los libros y esta modernidad cambiante, distinta, en la que todavía, si uno se empeña, quedan momentos para el recuerdo. El recuerdo enmarcado en letras de oro.
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