Opinión

El avance imparable del coronavirus nos invita a leer la vida con nuevos ojos

La amenaza generalizada del coronavirus e, incluso, la proximidad -siempre inmediata- de la muerte nos invitan a deleitarnos con una simple bocanada de aire puro, con la lectura reposada de un libro interesante o con la escucha relajada de una melodía. Contemplar el paso del tiempo desde esta inesperada situación es una llamada para que leamos la vida con nuevos ojos y para que comprobemos cómo, simplemente, respirar con libertad puede ser un ansia suprema y un placer intenso. Lo malo es cuando, sin apenas advertirlo, despilfarramos su enorme caudal y dejamos que se fugue el misterioso regalo que nos proporcionan las heterogéneas experiencias cotidianas y los múltiples quehaceres habituales.

En nuestra sociedad agitada y bulliciosa, el tiempo excesivamente repleto de ruidos y la vida demasiado vacía de melodías se han convertido en herramientas de uso y de lucro y, además, en amenazas aniquiladoras. Expropiados de la vida, es decir, del tiempo, de los días y de los ocios, el uso previsible de un tiempo languidecido entre horas muertas nos puede ahogar en un vacío. Cuando, por haber sufrido la pérdida de un ser querido, advertimos que también nuestra muerte se aproxima, en vez de dejarnos arrastrar por el temor o por la tristeza ante el final, podríamos animarnos mutuamente para palpar y exprimir con detenimiento cada uno de los insondables instantes que nos restan por vivir.

Para valorar adecuadamente nuestros objetos más útiles y, sobre todo, para apreciar la importancia que poseen algunas personas en nuestras vidas, es necesario que hayamos experimentado, respectivamente, su carencia o su ausencia. Paradójicamente, el conocimiento de los confines de los objetos y la percepción de los finales de las acciones le proporcionan unos atractivos singulares, y a nosotros nos estimulan para que aprovechemos sus valores y para que disfrutemos de las ocasiones de bienestar que, aunque sean esencialmente efímeras, podemos plenificarlas.

Tú me has comentado más de una vez -querida Carmen- cómo disfrutas de aquellos momentos que, previamente, sabes que son cortos. Sí; las despedidas y las separaciones aumentan las perspectivas y, paradójicamente, mejoran nuestra visión de las cosas. Es lamentable que no comprendamos plenamente la importancia de un ser querido hasta que -siempre demasiado tarde- calibramos las enormes dimensiones del irrellenable hueco que nos ha dejado.

Entradas recientes

Buscan a tres amigos tetuaníes desaparecidos en el mar

La cuenta de desaparecidos no hace más que aumentar. Coinciden en lo mismo: son jóvenes…

15/08/2024

El Pablo Escobar de Marruecos sale de prisión

Munir Rramash, conocido barón de la droga y conocido como el Pablo Escobar del norte…

15/08/2024

El 7 de septiembre será la "igualá" de la Cofradía de San Daniel

La Venerable Cofradía de San Daniel y Compañeros Mártires, Patrón de Ceuta se encuentra inmersa…

15/08/2024

El CD Puerto, campeón del torneo de verano en Tetuán

El CD Puerto de Ceuta ha concluido este jueves en Tetuán un torneo de fútbol…

15/08/2024

Un "infierno" para cruzar la frontera

Un "infierno". "Hemos estado horas al sol sin poder entrar en Ceuta andando”. Quienes dejan…

15/08/2024

Sufian se despide del Ceutí: "Ha sido una etapa especial en mi vida"

Sufian Chaib, un mítico de la Unión África Ceutí se ha despedido del club que…

15/08/2024