Once personas, todas mujeres, han tenido que ser asistidas este jueves en Ceuta por episodios relacionados con las avalanchas acontecidas en el entorno del Tarajal, en la frontera que separa la ciudad de Marruecos. Todas han recibido ya el alta, según ha corroborado el Ingesa, después de ser trasladadas en ambulancias al HUCE. Ha sido una jornada caótica en la que ha podido suceder una desgracia cuando unas 2.000 personas se han llegado a concentrar en la frontera. Entre la mayoría, porteadoras, había también vecinos y vecinas de Ceuta que solo querían cruzar al otro lado, bien por motivos profesionales o personales. Es el caso de un grupo de cinco mujeres. Iban a la boda de un familiar en Marruecos. Son de Ceuta, quisieron cruzar la frontera pero en ese momento la Guardia Civil la había cerrado ante el riesgo de avalancha. Y ese riesgo llegó a producirse. De hecho se vieron atrapadas entre una masa de gente que las iba desplazando sin control. Después, tal y como han explicado a El Faro, llegarían los incidentes: empujones y porrazos. Tuvieron que ser trasladadas al Hospital. Después, solo algunas de ellas, pudieron acudir ya, de noche, a la boda. La Guardia Civil tuvo que intervenir ante la acumulación de personas porque podía ocurrir una auténtica desgracia. Hubo mujeres que se pisotearon entre ellas, movidas por la propia avalancha. Si los agentes no llegan a actuar hubiera pasado algo de mayor gravedad, confirma la Benemérita. Fue todo un caos, derivado de la querencia por sacar la mercancía por la propia frontera. El caos llevó a que los agentes de la Compañía actuaran hasta ser completados por los GRS. Es el resultado de una jornada de tensión y caos. El embolsamiento duró desde la mañana hasta bien entrada la noche Embolsamiento: hasta diez horas de espera Y en la explanada de Loma Colmenar la situación fue también crítica. Hasta diez horas de espera, personas que no aguantaban másy que se quejaban de su retención. Oficialmente se indica que, de no ser así, se habría colapsado la N352. De hecho si estuvieron retenidos fue porque la frontera era un caos y porque después de que fuera despejada la carretera, entre 200 y 400 personas se quedaron en el espacio entre las dos rotondas, la de la frontera y la del HUCE. No querían marcharse ni dejar sus bultos y esperaban a que Marruecos aceptara sacarlos.