Una vez más, desde el otro lado de la frontera del Tarajal que separa Ceuta y Marruecos, llega un grito de auxilio. Esta vez quien se contacta con este periódico es Kamal, uno de los hermanos de quien, se presume, intentó cruzar a la ciudad autónoma nadando el pasado martes por la noche, unas horas después del partido entre Marruecos y España.
Al parecer, su decisión poco o nada tiene que ver con ese choque. Un enfrentamiento futbolístico que no estaría entre sus prioridades pero que quizás influyó al momento de decidir cuándo intentar llegar sin ser visto por las autoridades de uno y otro país.
Jamal Senhjia tiene “33 o 34” años y, antes de la pandemia, transitaba entre Fnideq (Castillejos) y Ceuta. Así se buscaba la vida como pintor. Ahora, casi tres años después, estaría tan desesperado por no encontrar trabajo ni ayuda que habría decidido enfundarse unas simples aletas de buceo y aventurarse al mar.
“Ahora no sé dónde está mi hermano. Se lanzó al mar sobre la una o las dos de la madrugada, el día del partido. Él me dijo que no llevaba nada más que unas aletas”, explica su hermano Kamal, quien transmite la misma negatividad sobre el futuro en suelo alauí. Afirma que ese mismo día, cuando determinó marcharse, “estaba llorando, decía que nadie aquí en Marruecos ayuda, que no hay dónde ni de qué trabajar”.
"Aquí no hay trabajo"
Repite varias veces que “aquí no hay trabajo”. Con la desesperanza por bandera advierte, incluso, que él también se plantea pasar de forma ilegal ante la imposibilidad de lograr un visado que le permita buscar trabajo en suelo español.
Pero primero su prioridad es comunicarse con Jamal porque “no se llevó el teléfono móvil, está sin teléfono ni documentación” para saber si se encuentra bien. Por eso facilita su foto para que, si alguien le ve, le transmita su preocupación.
Aunque afirma que ambos son solteros, afirma que su hermano sí tiene una hija, aunque está separado de la madre de esta.
Kamal sigue esperando la llamada de su hermano con la confianza en que todo haya salido bien, mientras sus palabras transmiten la desilusión y hartazgo de esa juventud que mira hacia Europa buscando una vida mejor.
Estoy seguro que las autoridades marroquíes están encantadas de ayudar que acuda mejor a ellos
Hay es dnd se tendrían que poner con las banderas de Marruecos y exigir al Dictador que de una salida de sustento a sus vidas. Vergüenza.