La Asociación Unificada de Guardias Civiles -AUGC- ha denunciado, sin rubor alguno, la preocupante problemática que en materia de narcotráfico está sacudiendo a Ceuta y Algeciras. Lo hace denunciando la inexistencia de coordinación entre las fuerzas de seguridad y criticando las trabas que la propia administración pone para que se luche adecuadamente contra el narcotráfico. Hablando en plata: la asociación insta a poner medios suficientes para que, sencillamente, los narcotraficantes no ‘campen a sus anchas’ aprovechando la actual crisis económica para engordar el negocio derivado del tráfico de hachís.
De momento esa es la situación. Los ‘reyes del mambo’ son los narcos. Mientras las fuerzas de seguridad tienen cada vez menos efectivos, lo que no impide que muestren su celo decomisando grandes cantidades de hachís. ¿Pero y las que pasan?, ¿los cargamentos que consiguen superar los filtros existentes en el puerto?, ¿el trasiego de narcóticos que pasa por una frontera del Tarajal en la que hay días en que sólo tres guardias civiles prestan servicio? Harta de denunciar esta situación por las vías internas, de incluso acudir a la prensa para que los que mandan tomen medidas, la AUGC ha optado por enviar un informe al Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo. En su poder obra ya el informe que hoy, en parte, les ofrece ‘El Faro’. Un informe en el que hay críticas, pero que también incluye propuestas de solución. Entre ellas, por ejemplo, la de ampliar las investigaciones entre Ceuta y Algeciras sobre las tramas que se dedican al narcotráfico y que están detrás del traslado -cada vez más numeroso- de culeros y vagineras. “Hasta ahora”, dice AUGC, “sólo se están limitando a detener a los portadores de dichas drogas, pero no a los capos que hay detrás”, aclara. Y así poco daño se hace. Las estadísticas aumentan, la ristra de detenidos es notoria... pero ¿y la de los capos?, ¿y la de las organizaciones que introducen la droga por el Tarajal, la esconden en zulos y cargan a las ‘mulas’ para mantener activo este negocio? De esto nada se dice porque nada se ha resuelto.
Aumentar el número de perros detectores de droga y la plantilla de guardias es clave para la asociación. Curiosamente los ‘guías de perros’ han disminuido y ‘El Faro’ ha podido saber que en los últimos días de julio ha habido jornadas -al menos dos- en las que no había guía en el puerto. Las mismas peticiones hace AUGC para el Tarajal, frontera convertida en el ‘cachondeo’ de Europa porque nadie es capaz -sin mentir- de garantizar una vigilancia como se debe en este paso. “En el control de vehículos y de personas de la aduana del Tarajal tendría que haber, cuando menos, los mismos perros detectores que en el puerto. Allí no hay ni canes ni personal dedicado a la localización de la droga”, denuncian.
El Defensor estudia ya el informa trasladado por la asociación, que espera que su presión sirva para obtener esos medios y mejoras que se reclaman. El aumento del narcotráfico en la ruta Ceuta-Algeciras es evidente. Pero no porque lo diga AUGC, lo indican los datos, las estadísticas y el movimiento de narcóticos continuado. “Ha crecido de manera alarmante. Sólo con mirar la tabla de aprehensiones de drogas y detenidos se puede comprobar”, asevera. En seis meses se ha intervenido una tonelada más de droga que en todo 2011. ¿Quieren cifras? Ya se han superado las 14 toneladas. Y todavía queda medio año por delante y buena parte de la OPE. Los detenidos con menos de dos kilos aumentan. Son el chollo para los narcotraficantes, ellos les aleccionan con los beneficios que les da la ley: si es detenido con menos de esa cantidad y carecen de antecedentes no entrarán en prisión. “Los pasadores saben esto, el riesgo que tienen es que si son detenidos pasarán unas noches en los calabozos, nada más”, sentencia AUGC. El resultado lo apuntan esas estadísticas. Jóvenes y no tan jóvenes, extranjeros o nacionales, se apuntan al carro de los pases en pequeñas cantidades. Constituyen el tráfico de las hormigas. Uno detrás de otro dan forma a un sendero diario de salida de hachís en pequeñas cantidades. ¿Qué cuánta cantidad pueden trasladar? Ni las cúpulas de mandos lo saben. Pero háganse una idea. Hay jornadas en las que se producen hasta 25 detenciones, los calabozos se llenan... y se desconoce cuántos son los culeros y vagineras que han burlado los controles o sencillamente han pasado porque los guardias no pueden dar más de sí. El resultado matemático siempre da un positivo a los narcotraficantes: pocos guardias, mucha droga que pasar, crisis, gente dispuesta a arriesgar, una ley demasiado suave... La situación alarma. “Los guardias civiles realizan sus tareas en condiciones precarias tanto en medios materiales como humanos. Aún así intervienen mucha droga y su tarea no es reconocida por los mandos”, denuncia la asociación.
Mientras el negocio ilícito crece y los narcos ganan en poder, las administraciones se dedican a jugar al gato y al ratón y a poner trabas para combatir esta lacra. Desde hace muchos años se ha denunciado el coladero del Tarajal. Pues bien, se sigue sin actuar en la zona. “La droga entra por la frontera, en un punto en el que ni hay medios ni personal capaz de detectar y combatir esta lacra con un mínimo de efectividad. Una vez en Ceuta las mafias sólo tienen que buscar y distribuir la droga a los porteadores que lo harán bien en el interior de sus organismos o en vehículos. Esta falta de control quebranta a los jóvenes ceutíes y sus familias más gravemente que al resto de ciudadanos españoles, que sí disfrutan de controles más eficaces para erradicar esta lacra social, disponiendo de controles en el puerto de Ceuta y Algeciras”, denuncia. ¿Y cuántas investigaciones se han hecho en los últimos años para desmantelar estas organizaciones apuntando a la cabeza? Muy pocas. La UDYCO se ha dedicado a asestar golpes al narcotráfico en la península. Algo que reporta medallas y logros en boca de los jefes. ¿Pero y la droga que se mueve en Ceuta, los pisos de culeros, los zulos, los artífices de la introducción de esta mercancía? Los resultados son muy vagos. La Benemérita también se ve salpicada: se interviene droga, pero faltan investigaciones y seguimientos a los pisos y locales en donde se carga la mercancía. AUGC reclama más trabajo en este campo, así como investigaciones del capital de los detenidos y la disposición de una Fiscalía especial Antidroga para Ceuta y Algeciras que coordine todo el trabajo que se haga en este ámbito. “Las mafias conocen perfectamente las deficiencias que hay y estudian los fallos y las fórmulas más accesibles para lograr sus objetivos”.
En detalle: Radiografía de la situación
Problemas en la identificación: En los pasajeros que embarcan a pie
En la estación marítima solo un guardia civil presta servicio para la vigilancia de maletas en el escaner y la identificación de estas personas. Cuando sospecha que alguien lleva droga debe llamar al ATS para hacer la placa. Este puede estar fuera del puerto, así que tendrá que esperarle. El agente es increpado por la persona que tiene que ser sometido a la placa y que no está detenida ya que hay que esperar a saber si tiene droga. Además tiene que seguir realizando controles. Una vulnerabilidad que aprovechan los narcos.
La plantilla, sin personal en el puerto: No se atienden las denuncias
Son muchas las ocasiones en las que se ha denunciado la falta de personal en el puerto, sin que haya habido aumento. AUGC dice que faltan en el embarque de vehículos y en el de pasajeros. En el primero tan solo presta servicio un guía de perros y un mecánico. Una situación idéntica la que se da en la zona de personas en la que un guardia tiene que controlar todo. En Algeciras se repite la historia, se encuentran con las mismas dificultades para controlar a los que han conseguido burlar el paso ceutí.
Las fugas y las represalias: Correctivos a los agentes
Las fugas e intentos de fugas han aumentado. Los detenidos no pueden ser engrilletados hasta que no se les encuentra la droga una vez se les haya reconocido el coche o se les haya hecho la placa. La falta de guardias es evidente así que la inferioridad numérica es clara. Solo con salir corriendo se hace imposible el arresto. La responsabilidad penal por escapar se reduce a una multa, mientras que el guardia es sancionado duramente.
Los calabozos y los derechos humanos: Problemas de masificación
En ocasiones hasta cuatro detenidos comparten un solo calabozo, dando pie a una situación de hacinamiento que puede provocar motines o lesiones. Algunos culeros expulsan la droga en la misma celda al estar ocupado el único váter químico que hay. La visión al interior de los calabozos es inexistente en el caso de Ceuta e inadecuada en el de Algeciras. Esa falta de vigilancia hace que los culeros escondan las bolas que expulsan en las tuberías del váter o incluso entre mantas y colchones. Si hay un motín, el guardia pierde.
Sin coordinación entre Cuerpos: A pesar de las denuncias
Dice AUGC que solo en un país tercermundista se entiende que haya trabas para luchar contra los narcos. Y eso pasa en Ceuta ya que los policías nacionales cuando detienen a un culero tienen que trasladarlo hasta el Hospital para que se le haga la placa ya que no pueden recurrir al ATS que solo está al servicio de Guardia Civil. “Resulta indignante que a dos metros se les pueda hacer las placas y no se les permita porque Aduana no da servicio a la Policía”. Lo denunciaron en su día y Delegación no ha actuado.{galerias local="20120819_02_03" titulo="AUGC denuncia que la administración pone trabas para combatir el narcotráfico"/}