El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha condenado a un ceutí a una pena de 1 año de prisión por un delito de incitación al odio. Es el primer procesado por esta causa que llega al máximo órgano judicial en la ciudad. El llamado I.Ch. ha reconocido los hechos asumiendo por conformidad la pena sin necesidad de celebrar juicio.
El Ministerio Fiscal ha aplicado una atenuante analógica muy cualificada por el reconocimiento tardío de los hechos a presencia judicial, lo que ha permitido rebajar la pena impuesta ya que en la calificación inicial la petición superaba los dos años. El condenado acepta la pena de prisión a la que se suma una multa de 360 euros, inhabilitación durante tres años para ejercer determinados oficios vinculados al ámbito educativo, docente o deportivo además de la obligación de retirar todos los contenidos que publicó durante al menos año y medio, desde julio de 2017, en redes sociales, eliminando las cuentas. La Sala le ha impuesto el deber de no usar redes sociales ni directa ni indirectamente durante el plazo de suspensión de la condena, aplicada al carecer el acusado de antecedentes penales.
Esta persona ha llegado a ser procesada después de una investigación de la Guardia Civil, enmarcada en la denominada Operación Tingitana, cuando se detectó en perfiles de redes sociales como Twitter y Facebook, en los que contaba con miles de seguidores, comentarios hostiles hacia Israel y las comunidades hebreas, con el fin de animar al odio, la hostilidad y la discriminación contra los judíos, además de menospreciar a las personas de dicha religión.
La Guardia Civil localizó en su investigación hasta 30 comentarios en los que el procesado maldijo el “vertedero genocida de Israel” o “abogó por la extinción de este Estado”, reconociendo en esas redes que no era antisemita pero que sabía distinguir entre “hebreo y sionista, no como la mayoría de las ratas de cloaca que no saben diferenciar entre musulmán y yihadista”.
Fruto de la investigación llevada a cabo por la Benemérita, el Ministerio Fiscal tuvo clara la acusación por un delito de incitación al odio. Llegar hasta este procedimiento judicial ha sido gracias a una investigación de los Grupos de Información de la Guardia Civil de Navarra y de Ceuta, así como de la Unidad Central Especial número 3 que fueron los que advirtieron de los comentarios considerando que dichas publicaciones eran una incitación de modo “clara y directa” al odio así como a ejercer la violencia contra el “colectivo judío y el Estado de Israel”.
Algunos de sus comentarios fueron los de “Israel, ojalá llegue el día en el que desaparezcas del mapa, estado de tierras robadas sois unas ratas…” o “mereces la extinción”, además de “Dios escucha mis plegarias”, “estado asesino” o “malditos hijos de ratas”.
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