El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha dictado sentencia absolutoria in voce para el llamado J.B.F.B., apodado ‘Pleita’, que se enfrentaba a una petición de 10 años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa, al ser señalado como la persona que el 22 de enero de 2019 habría agredido con arma blanca al exfutbolista de la AD Ceuta, Hamza ‘Maruja’. La inexistencia de prueba de cargo suficiente como para enervar el principio de presunción de inocencia del acusado, que lleva en prisión preventiva un año, ha llevado a que el tribunal, tras un breve receso, acordara no solo dictar sentencia de viva voz sino ordenar la inmediata puesta en libertad de ‘Pleita’. Así también ha acordado que se deduzca testimonio de la declaración prestada por Hamza ‘Maruja’ en el acto de juicio oral celebrado este martes, por si hubiera incurrido en una infracción penal atendiendo a la petición cursada por el Ministerio Fiscal. Al margen queda la impresión personal que haya podido tener el tribunal sobre la autoría, como así lo ha querido recalcar. Pero las sentencias se dictan en base a pruebas, no a impresiones.
El acusado solo ha respondido a las preguntas formuladas por su abogado, Javier Izquierdo, y lo ha hecho para negar haber tenido una pelea con Hamza ‘Maruja’, haberle clavado un cuchillo y provocarle unas lesiones que a punto estuvieron de costarle la vida. ¿Por qué lo detuvo la Policía? La base que llevó hasta la figura de ‘Pleita’ fue la manifestación que prestó la víctima en el clínico de Loma Colmenar ante la Policía solo 24 horas después de ser intervenido. Ese enero de 2019 señaló a ‘Pleita’ como su agresor, pero hoy lo ha negado. Ha dicho que no vio a quien le apuñaló ni tampoco había testigos. También ha dicho que no recuerda lo que declaró porque cuando lo hizo estaba sedado. Si señaló a ‘Pleita’ fue porque “gente” que le vino a ver al HUCE se lo dijo. Ante el tribunal no ha sabido decir qué gente era. Durante su declaración ha sido apercibido en varias ocasiones por el magistrado Fernando Tesón para que dijera la verdad.
Como base acusatoria solo existía una declaración policial hecha en el Hospital, en la que la víctima manifestaba cómo había sido apuñalado. Pero hoy, en la fase estelar de este procedimiento, en el momento en que hay que encontrar la base probatoria suficiente como para condenar o no a una persona, todo se ha desmoronado porque la víctima ha mantenido que nunca vio a su agresor y que lo que declaró lo hizo sin estar en condiciones. De hecho, aunque ha reconocido la firma de su declaración, hoy ha dicho no recordar ni que la hubiera firmado. “Estaba sedado, no pude ver nada. No recuerdo haber firmado esa declaración”, ha insistido.
El magistrado Fernando Tesón ha ordenado un careo entre la víctima y el agente que tomó esa declaración en el Hospital. Lo ha hecho después de que Hamza ‘Maruja’ insistiera a preguntas del Ministerio Fiscal que no le han pagado dinero para cambiar de versión ni ha sido amenazado. “No hay soborno para pagar, ni amenazas”, ha insistido, enrocándose en la excusa de que estaba sedado para justificar su versión de los hechos: la de hoy, la que ha dicho que era verdadera, es decir que no vio a su atacante.
El vecino que le trasladó en su coche al Hospital ha manifestado que en el camino solo le dijo que le habían apuñalado pero no quién. El policía que firmó la declaración ha corroborado que la misma fue ofrecida de manera “consciente”, “lo contó todo bien”. Ha recordado cómo le marcó perfectamente a quien le agredió, reconociéndolo en una fotografía. Sin titubear dio su nombre y apodo. “No lo vi dudar, estaba seguro”, ha narrado el agente. Se le mostraron varios folios con fotografías de posibles implicados entre las que estaba la de ‘Pleita’ y la señaló. La Policía no pidió orden de registro para entrar en el domicilio de este ni buscó el arma del crimen, teniendo como única base de su investigación esa manifestación. Dos meses después se detuvo al acusado cuando cruzaba la frontera para entrar en Ceuta desde Marruecos.
Cuando hay importantes dudas un tribunal puede recurrir a la figura del careo, una manera de enfrentar las testificales de dos personas que son consideradas claves para ver si dejan algún resquicio que pueda aflorar claridad a la vista. Es por ello que se ha ordenado uno entre Hamza ‘Maruja’ y el policía que le tomó declaración. Básicamente ha servido para que el agente se haya ratificado en su versión de que la víctima estaba bien físicamente y para que, por el contrario, esta lo negara, insistiendo en que solo contó al policía lo que a él le habían dicho.
“Me dijiste que había sido ‘Pleita”, ha insistido el agente. “Yo no recuerdo eso”, ha replicado la víctima. “Eso ha sido mi fallo, no decirle que le estaba declarando lo que me habían contado”, se ha defendido. No se ha podido avanzar más en un esclarecimiento de los hechos al haber dos partes enfrentados totalmente y una clave entre ellas: ¿esa declaración era fiable o no?
El representante del Ministerio Fiscal había pedido sentencia condenatoria recordando que el procedimiento comenzó porque la víctima dijo quién le había apuñalado. Y lo dijo un día después de ser operado, sin efectos de anestesia y siendo interrogado de manera “libre y voluntaria”. “Esta lúcido, orientado y se expresaba perfectamente”, ha insistido.
Fiscalía se ha visto sorprendido con la declaración de Hamza ‘Maruja’ ofrecida este martes y ha defendido la labor de la Policía que no puso en boca de la víctima nada, sino que este “lo dijo todo voluntariamente”. “O le han amenazado o le han pagado”, ha sostenido visiblemente molesto el Ministerio Público, viendo cómo se desmoronaba su acusación. “Esa declaración fue espontánea y la hizo diez horas después”, ha sostenido, calificando de “relevante” lo que la víctima señaló en su día y “suficiente” como para sostener una sentencia condenatoria.
El abogado Javier Izquierdo se ha aferrado a una máxima en derecho: el principio de la presunción de inocencia se mantiene si no hay pruebas capaces de enervarlo. Y en la vista de este martes ese principio ha cobrado mayor valor ante la inexistencia de prueba de cargo contra su patrocinado. “No es que sea insuficiente, es que no la hay”, ha insistido.
El valor probatorio de una declaración de un testigo ante la Policía no alcanza el nivel requerido cuando no se hizo ninguna otra ante un juez y además se llevó a cabo sin respetar el principio de contradicción. “Lo que declaró Hamza no tiene valor probatorio”, ha defendido Izquierdo sosteniendo el criterio de un Tribunal Supremo en jurisprudencia suficiente.
No hubo otras pruebas, ni mayor investigación policial que se orientara a la búsqueda de datos que incriminaran al acusado. Esa ausencia de prueba de cargo ha sido determinante para sostener una sentencia absolutoria como finalmente ha ocurrido. Así en cuestión de horas se ha dado carpetazo judicial a un suceso que fue más mediático que otros porque la víctima pertenecía a las filas de la AD Ceuta.
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