Atrapados en un callejón sin salida

Atrapados en un callejón sin salida. Ni pueden ir hacia adelante ni hacia atrás. Ni cobran, ni se pueden poner en huelga, ni abandonar sus puestos de trabajo.

Lo cierto es que llevan ya cien días sin cobrar sus salarios por parte de la empresa Novasoft, que es la encargada de la responsabilidad de los teleoperadores del 061. La desesperación, tal y como se reflejaba en la carta que publicamos en nuestra edición de ayer, está haciendo mella en estos profesionales que no entienden, desde luego, que nadie sea capaz de darles una solución.
Como decíamos antes no cobra: les deben ya las nóminas de mayo, junio y julio. No se pueden poner en huelga: porque los servicios mínimos son del cien por cien, es decir, trabajan los siete teleoperadores y el coordinador. No pueden abandonar sus puestos de trabajo: ya que al ser considerado un servicio vital como es el 061, les podría suceder como a los controladores en su momento cuando decidieron en aquel famoso puente de diciembre presionar abandonando sus lugares de trabajo.
En el contacto que mantuvieron con el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, la única posibilidad que se les abría era, tal y como les manifestaron, que la empresa Novasoft decidiera de manera unilateral abandonar el servicio y con ello les caería una sanción, pero al menos se les permitiría encontrar una solución, más bien al Ingesa contratando a otra empresa o bien a ellos mismos constituyéndose en una cooperativa.
La administración sanitaria comunicó que a estas alturas del contrato, cumple en el mes de enero del año que viene, ya no se podía rescindir el mismo, salvo ese abandono unilateral por parte de la empresa, pero con las sanciones correspondientes. Pues bien, como era lógico, Novasoft no le respondió al Ingesa y además está como empresa prácticamente ilocalizable.

Pagos puntuales
Pero todos los meses, de manera puntual, el Ingesa le paga su contrato, pero Novasoft no paga a los trabajadores, porque por lo visto gran parte de ese dinero está embargado por distintos débitos que mantiene la citada empresa. Los propios trabajadores creen que lo que que se está buscando desde el punto de vista empresarial es que Novasoft caiga, porque la misma no interesa a sus gestores, la cual pertenece a una multinacional importante.
¿Cuál es la solución que de momento han adoptado? Pues denunciar en el Juzgado la situación que están padeciendo, pero saben que es una situación que se dilatará en el tiempo unos meses, pero mientras tanto necesitan que alguien se preocupe de verdad por su problema. Porque podemos tener en la mano todas las leyes, pero no es lógico que unas personas no puedan ponerse en huelga o abandonar sus puestos de trabajo, pero sí puedan dejar de cobrar. Son esas incongruencias que nadie comprende.
Mientras  tanto, la desesperación sigue cubriendo las horas de trabajo de estos profesionales, que aunque la procesión vaya por dentro demuestran en cada ocasión que se les necesita que están ahí y que atienden de la mejor manera posible a cualquier ciudadano que necesite marcar el 061. Son como decimos, profesionales, por encima de todo, pero también personas, unos con mas cargas que otras, pero que como es lógico quieren cobrar sus honorarios por las horas diarias de trabajo que tienen y además no un trabajo cualquiera, para el que han tenido que recibir una especialización adecuada.
Lo único que esperan que alguna autoridad decida tomar cartas en el asunto y que este conflicto encuentre pronta solución, porque no se quieren imaginar el futuro con una espera hasta el mes de enero del año que viene, que es cuando se cumple el contrato que Novasoft tiene con el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria.

La situación personal de cada uno

Por supuesto, como decíamos en este reportaje, ninguno de los ocho trabajadores cobran, aunque luego la situación personal de cada uno de ellos varía, pero ello no es óbice para que por esta razón no se les intente desde alguna instancia administrativa intentar desbloquear la situación. Quizás, quien lo está pasando peor es una de las trabajadoras, madres de dos hijas, la cual tiene el pago mensual de una hipoteca y ya lleva tres meses sin poder hacer frente a la misma, con el miedo en el cuerpo de que en cualquier momento el banco con el que tiene suscrita la hipoteca se le venga encima. Otro de los teleoperadores, soltero, no ha tenido más remedio que dejar la casa que se había alquilado y volverse a casa de los padres. Otro está casado y van viviendo con el dinero que cobra su esposa. Otro de ellos ya tiene una situación difícil porque es imposible hacer frente al pago del alquiler de la vivienda. Son ocho trabajadores con más de cien días trabajados sin cobrar y donde cada caso es un mundo para cada uno de ellos como es lógico. Y con esos pensamientos en la cabeza deben estar prestos para cuando suena el teléfono, porque al otro lado existe un caso que normalmente es una emergencia, ya que al 061 no se llama salvo para circunstancias graves. Ellos, sin embargo, esperan la llamada que les de la solución a su problema.