En los periódicos de medio mundo el coronavirus copa las portadas. ¿Cuándo podremos salir a la calle de nuevo? ¿Cómo afectará a la economía la crisis del coronavirus? ¿Cuándo podría salir la vacuna que acabe con este bicho? ¿Podría volver el próximo invierno?
El nuevo COVID-19 nos ha cogido a todos en bragas. Muchos españoles se encontraban de vacaciones en el país vecino cuando Marruecos decretó el cierre de fronteras. Pero la gran mayoría ha podido regresar. Sin embargo, Marruecos no se lo está poniendo nada fácil a sus propios compatriotas residentes desde hace años en España.
“Todo por no haber nacido en España, sino en Marruecos”. Así de tajante resumió todo este follón Afrae Mimoun Ibn Yessef, de 31 años que lleva unos veinte viviendo en la capital española, donde trabajaba como camarera en un restaurante y donde ahora le espera su marido. “Vine a Marruecos con mi hija de tres años el día 6 de marzo en avión hasta Tánger y de allí me fui a Larache por un evento que tenía mi hermana. Estuve en Larache hasta el día 10 y luego nos fuimos a la casa de mis padres en Tetuán para visitar a la familia”, contó Afrae.
Su idea era volver a Madrid el 14 de marzo pues tenía el vuelo de vuelta desde Tánger comprado para ese día. “Pero el jueves me mandó un email la aerolínea avisándome de que tenía que presentarme en el aeropuerto cuatro horas antes de la salida del vuelo y a las dos horas me mandaron otro correo en el cual me decían que el vuelo estaba cancelado y que si quería podía cambiarlo o pedir el reembolso”.
Dicho y hecho, la joven con nacionalidad española pero de origen marroquí, cambió el vuelo para el día 18. Pero, “puse las noticias y me enteré de que España y Marruecos habían acordado el cierre de las fronteras, aeropuertos y de todo”, continuó. Esa misma noche le anularon el segundo vuelo de vuelta.
Afrae no quería quedarse de brazos cruzados. “Vi en Facebook que la gente decía que la frontera estaría abierta hasta las doce de la noche pero yo, estando en Marruecos, no puedo salir con mi hija de 3 años a la calle porque es un gran peligro. Entonces, llamé al día siguiente al Consulado español de Tetuán y me dijeron que estaba cerrada la frontera”, recordó.
No obstante, la protagonista de historia continuó “pendiente de las noticias” y “cuando vi que abrieron por dos días llamé a la Delegación del Gobierno y al Consulado que me dijeron que estaba abierta la frontera”. Fue entonces cuando decidió coger a su hija e irse a toda prisa para Ceuta. “Era cierto, estaba abierta, pero pregunté si había barcos o helicópteros para ir hasta Málaga y me dijeron que podía pasar, pero que no había ningún transporte”, prosiguió.
A Afrae le pudo el miedo, no por su seguridad, sino por la de su hija. “Con una niña no me arriesgo a quedarme atrapada en Ceuta en la calle. Aquí por lo menos estoy en casa de mis padres; así que nada, volví a Tetuán”, relató.
A pesar de todo, cuando se enteró de que iban a poner un vuelo para volver a España, llamó al Consulado... pero nada, no obtuvo respuesta. “He llamado a todos los consulados de Marruecos. Aquí nadie sabe nada, uno te habla mal, otro te cuelga o apaga el teléfono”. Finalmente logró contactar con el Consulado de Tetuán. “Se quedaron con los datos y me han dicho que ya me llamarían los de la aerolínea para que comprara el billete, pero a día de hoy nadie me ha llamado”, lamentó.
Además, el vuelo salió desde Casablanca. “Entonces, supongamos que tengo el billete y todo, ¿cómo voy yo de Tetuán a Casablanca? Aquí no hay transporte y nadie me va a dar la autorización para viajar porque está totalmente prohibido. Sinceramente una está agotada, entiendo la situación en la que estamos perfectamente, pero yo, y creo que toda la gente que está atrapada aquí, queremos volver a casa y el dinero se nos acaba por mucho que tengamos. Ya son muchos días fuera y la verdad es que esto nos está afectando y mucho. Si hay que pagar más para volver se paga, si quieren hacernos el test estoy dispuesta. La verdad es que aquí me siento como una extranjera”, comentó desesperada.
En el mismo sin vivir está Latifa, una marroquí de 33 años que trabajaba como ayudante de cocina en Almería y que está casada con un español, por lo que lleva en España nueve años como residente.
Viajó sola a Marruecos el pasado 9 de marzo en barco desde Almería a Nador para ver a su madre porque la operaron en enero y no había podido ir antes, por lo que cuando su país cerró la frontera estaba en casa de su progenitora.
“He llamado al Consulado de España en Casablanca y me dijeron que cuando el Rey de Marruecos permita abrir la frontera me llamarían. Llevo ahora un mes y 8 días y no me han ofrecido nada. Menos mal que estoy en casa de mi madre porque me he quedado sin dinero y soy yo quien mando a mi madre dinero para vivir”, contó.
Latifa se siente totalmente abandonada por su país, donde ni siquiera encuentra su tratamiento para la alergia que padece.
“Solo pido alguna solución, queremos volver a nuestras casas. Lo estoy pasando aquí fatal porque mi marido trabaja en el sistema sanitario español y cada día pienso si estará bien o si le pasa algo. Le pido al Rey de Marruecos que mire por nosotros”, concluyó.
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