El cierre de
la frontera del Tarajal, hace más de un año, provocó la más brutal separación entre dos puntos: Ceuta y Castillejos, que venían a depender uno de otro para muchos asuntos. Uno de ellos era el trabajo aportado por hombres y mujeres en áreas como las labores de casa u oficios básicos. Aquello se truncó de forma radical, dejando al otro lado de la frontera a muchos
marroquíes que han perdido sus contratos o que estos son mantenidos por empleadores que confían en la apertura más pronto que tarde del Tarajal. A la inversa, en Ceuta quedaron otros que han pasado a ser etiquetados como los atrapados. Lo que se presentaba como un cierre de meses supera ya el año y aumenta la desesperación de los que, a pesar de tener trabajo, intentan huir para estar con sus familias. Las imágenes han sido captadas muchas veces: hombres, pero también mujeres, que han corrido y nadado para bordear el espigón del Tarajal o de Benzú para, así, regresar a su hogar. Algunos se han dejado la vida en el camino. A esa vía de escape se suma ahora otra: la huida en moto de agua. Este periódico ha tenido constancia de al menos dos casos, correspondientes con dos trabajadoras regularizadas en Ceuta que han terminado por escapar a su país siendo trasladadas en motos de agua. Es la decisión final a semanas de espera para que el llamamiento a apuntarse en la famosa lista de repatriación tuviera un resultado positivo. A finales de abril, la propia Delegación reconocía que
Marruecos ni siquiera había respondido al listado de 200 personas apuntadas que querían protagonizar ese pasillo humanitario que se activaría en Ramadán. El país vecino ni siquiera respondió y la frontera siguió cerrada para un grueso de personas que no aguanta más en nuestra ciudad y que es capaz de dejar un trabajo por volver a su hogar, aunque allí se encuentren con nada. Con la llegada del verano y el empleo de las motos de agua para el tráfico de inmigrantes, se prevé que incremente ese flujo de escapadas de atrapados en Ceuta pero también de marroquíes que, al contrario, pretendan volver de esta manera a nuestra ciudad. No es una apreciación, a marroquíes de Castillejos ya se les está ofreciendo este tipo de pase, garantizando su desembarco en alguna playa de nuestra ciudad para regresar a sus empleos sin tener que abrirse la frontera. Las ofertas se están haciendo ya.