A fin de que el lector pueda tomar conciencia de los motivos que aconsejaron la creación de una organización militar indígena en nuestro Protectorado, parece conveniente indicar, en forma de síntesis, algunos acontecimientos político-militares ocurridos en los primeros años del siglo pasado, época en que prácticamente se inicia la existencia del mencionado Protectorado como medio político y militar de dirigir y velar por el normal desarrollo de esa zona de influencia española.
El imperio marroquí se encontraba en franca descomposición desde la muerte del Sultán Muley Hassan el 7 de julio de 1894, produciéndose múltiples incidentes. Los tres grandes imperios coloniales del momento, el francés, el británico y el alemán, entran en colisión a propósito del asunto de Marruecos.
En 1904, en virtud del acuerdo franco-ingles conocido como “Entente Cordiale”, Inglaterra se desentiende de Marruecos, a condición de que Francia haga lo propio con respecto a Egipto. Alemania recibía de Francia compensaciones coloniales en la región del Congo.
Dos años más tarde, entre los distintos acuerdos que por entonces se tomaron en el Protocolo de la Conferencia Internacional de Algeciras (15 de enero al 31 de marzo de 1906) Marruecos quedó dividido en dos zonas de influencia. Francia abarcaría la práctica totalidad del Marruecos útil y España la zona norte, montañosa y difícil, poblada en su mayor parte por bereberes celosos de su independencia y con una sola ciudad importante, Tetuán. Pero antes de que llegara a firmarse el acuerdo definitivo, ya se había iniciado, tanto por parte francesa como por parte española, la ocupación efectiva del territorio.
Se organiza la Policía Xerifiana con misión exclusiva de cuidar el mantenimiento del orden dentro de las ciudades y sus afueras y sin mezclarse para nada en la política interior del imperio. Esta Policía estaba organizada en Tabores (unidad tipo batallón), los cuales tenían mando español en Tetuán y Larache, franco-español en Tánger y Casablanca y personal militar francés en Rabat.
En 1907 tiene lugar la primera intervención militar española del siglo en el país vecino. Ocho trabajadores europeos de las obras del puerto de Casablanca son asesinados. Con motivo de las sangrientas revueltas ocurridas en dicha ciudad, una compañía de las Milicias Voluntarias de Ceuta prestó servicios de Policía desde agosto de 1907 hasta julio de 1908.
El 9 de julio de 1909, varios trabajadores españoles de las minas del Rif son atacados por los marroquíes, resultando seis de ellos muertos y un herido. Destacar también que una multitud de manifestantes intentaron impedir el embarque de nuestras tropas desde el puerto de Barcelona con graves incidentes que se saldaron con más de cien muertos y cerca de quinientos heridos a lo largo de la última semana de julio, conocida como “la Semana Trágica”. La opinión pública en España estaba en contra del envío de tropas a África. Hubo movimientos y huelgas para impedir el traslado de soldados al otro lado del estrecho entre los años 1909 y 1911.
En noviembre de 1912 se firma el tratado por el que se establece el Protectorado Franco-español en el que se fijan los derechos y obligaciones de cada país frente a Marruecos. Para la parte española, la consecuencia más inmediata del tratado, es la creación, por R.D. de 27 de febrero de 1913, de la figura del Alto Comisario (el general Alfau ostentaría el primer cargo) con el encargo especial de orientar y desarrollar nuestro papel sobre las distintas zonas puestas a su cargo. Asimismo, el territorio se divide en tres Comandancias Militares Generales: Ceuta, Melilla y Larache. De Ceuta se hace cargo el general Larrea. En la zona adjudicada a España la administración y el gobierno corresponde al Jalifa (representante supremo), como delegado del Sultán. Es nombrado Jalifa en nuestra zona, con la aceptación del Sultán Muley Yusuf, su pariente Muley El Mehdi Ben Ismael Ben Mohamed.
Este hecho contrarió mucho a El Raisuni, líder de las tribus de las cabilas de la Yebala que aspiraba al cargo, lo que provocó el inicio de las agresiones y una serie de operaciones militares. En 1914 y mediante la acción política, el nuevo Alto Comisario, el general Gómez Jordana (fallecería en 1918, siendo el general Dámaso Berenguer el que asumiría el más alto mando español en Marruecos al año siguiente, así como el de General en jefe de las Fuerzas Españolas en Marruecos en 1920) llega a un acuerdo con El Raisuni para que éste gobierne las cabilas sometidas a su autoridad, compromisos que durarían muy poco tiempo.
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