El templo hindú vuelve a abrir sus puertas el próximo 1 de junio y lo hará preparado para que todos los integrantes de su comunidad lo hagan con garantías y para disminuir el riesgo de contagios de coronavirus al mínimo. Si bien desde la entrada en la Fase 1 de desescalada se permite la reapertura de lugares de culto, y algunos de ellos ya han abierto o están a punto como iglesias, mezquitas o sinagogas, el templo hindú ultima los detalles de cara a abrir sus puertas.
"Hemos seguido las indicaciones que nos han mandado o han indicado Sanidad. Hemos mantenido el templo cerrado, y desde que ya se nos permite la apertura del templo a partir del pasado día 11 estamos preparándolo y adecuándolo con las nuevas directrices de Sanidad para tener cuidado del covid-19", explica el presidente de la comunidad hindú de Ceuta, Ramesh Chandiramani.
Una medida, la de abrir tres semanas más tarde aun pudiéndolo hacer desde este lunes, que tiene que ver con lo delicado del colectivo que lo compone. "Se decidió en junta abrirlo el día 1 de junio para que todo fuera ordenado y no rápidamente y entre otras cosas por precaución. Tenemos un grupo de personas vulnerables, personas mayores, a las que evidentemente todos tenemos miedo de que pueda afectarles algún tipo de contagio. En este sentido hemos tomado todas las medidas de seguridad que nos ha indicado la Ciudad Autónoma de Ceuta", continúa Chandiramani.
Los productos de "moda" durante esta pandemia no faltan en el templo: geles, guantes y mascarillas para impedir contagios en un espacio limitado a menos de la mitad de su capacidad. "Hemos limitado el aforo del templo a un tercio. Ahora mismo quedaría en unas 25 plazas. Esperemos que pueda ir mejorando e ir abriendo el templo a un mayor número de asistentes", desea el secretario de la comunidad hindú, Dilip Arjandas que, descalzo y sobre la moqueta del salón del templo, muestra con su mano las filas de sillas vacías sobre las que cuelga un cartel en algunas que indica: "Por favor, no sentar por tu seguridad. Covid-19".
Arjandas explica que se han seguido las instrucciones y recomendaciones de las autoridades sanitarias de la Ciudad, a la cual se agradece su "magnífico apoyo". A la entrada del templo, se puede ver en el suelo un felpudo "rociado con gel hidroalcohólico" para limpiar los zapatos, por lo que se ha instalado un "zapatero provisional", porque en el hinduismo, cuenta Arjandas, los ritos nos obligan a que los rezos se practiquen descalzo.
Unas celebraciones que variarán ligeramente su manera de desarrollarse. El presidente de la comunidad hindú de Ceuta desvela cómo se celebrará uno de los ritos diarios para los hindúes: el Aarti. "Diariamente en el templo hindú se celebra el Aarti. Encendemos una vela que le enseñamos a las deidades, actividad en la cual participan todas las personas que acuden al templo. Se celebra diariamente en el horario de mañana, aunque en estos dos meses no lo hemos podido hacer", explica Chandiramani. El presidente de la comunidad hindú añade que a partir del 1 de junio este rito sufrirá una variación: la vela no entrará en contacto con las manos de los fieles, sino que se pondrá en una mesa para evitar contactos.
Mientras las celebraciones masificadas del hinduismo están en el aire, desde el Holi hasta el Diwali, a causa de la pandemia, la comunidad hindú también lleva como el resto de la sociedad con filosofía este confinamiento. "Nosotros tenemos nuestros pequeños templos en nuestras casas y cada uno reza y tiene su fe y sus dioses. Lo que pasa es que nos gusta juntarnos en el templo con la comunidad más la gente que quiera visitarnos", confiesa Jyoti Lalwani, vocal de la comunidad hindú.
Mientras tanto, la comunidad hindú potencia los actos solidarios como el que ha tenido lugar en el propio templo. Hasta allí, cientos de mascarillas solidarias han llegado para ser repartidas entre distintas organizaciones. Chandiramani explica el fin de este encargo: "Mascarillas solidarias nos acaba de entregar un pedido que le hicimos hace un par de semanas con motivo del comité que había decidido hacer varias donaciones: leche a Luna Blanca; azúcar al Banco de Alimentos; pues las mascarillas solidarias vamos a entregar la mayoría a centros de menores para que ellos puedan salir y disfrutar del aire libre".
Desde el movimiento que surgió a raíz del estado de alarma y la expansión del virus, el trabajo no cesa. Alejandro Berlanga Moreno es uno de los integrantes de este movimiento nacido desde el inicio del estado de alarma. Estima que superan el centenar los pedidos hechos por parte de los voluntarios de este colectivo. "Hay pedidos de una mascarilla, de 13, de 14, desde el Príncipe hasta el Centro. Hay pedidos en todo Ceuta". La realidad es que la demanda es muy alta: Berlanga calcula que ya se han podido entregar cerca de 13.000 mascarillas a empresas, organizaciones y asociaciones de todo tipo.
Tras la entrega realizada este jueves en el templo, los voluntarios se despidieron de los miembros de la comunidad hindú con el gesto típico de esta cultura: se juntan las dos palmas de las manos, se ponen a la altura del pecho y se hace una pequeña reverencia. Una manera de saludarse que respeta las normas de distanciamiento social y que la comunidad hindú propone como saludo local en tiempos de coronavirus.
"Para un hindú el templo más grande que hay es el espíritu de la persona que nosotros saludamos. Con lo cual cuando hacemos este saludo, namasté, saludamos al espíritu de la otra personas que consideramos el mayor templo de una persona. Por eso creemos que el saludo que se debe hacer a nivel local ahora mismo es el saludo hindú, que es namasté", concluye Chandiramani.
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