“El paciente se puso tan agresivo que tuve que encerrarme en la consulta con pestillo”. Este es el primer recuerdo que le viene a la mente a la doctora que este martes se vio envuelta en el enésimo episodio de violencia en el centro de salud del Tarajal. Aunque no le insultó directamente, el paciente adoptó una actitud que calificó de “muy agresiva” como denotaba la gesticulación excesiva ante su cara, además de proferir alguna amenaza velada sobre antecedentes.
Los hechos ocurrieron en la zona 3, donde estadísticamente en Atención Primaria más suelen ocurrir los atentados o tentativas contra el personal sanitario y no sanitario de servicio. El paciente, que llegó por Urgencias, pidió que le pusiera el tratamiento que tenía con anterioridad ya que le habían cambiado la medicación. A pesar de que insistió en que le renovaran el tratamiento antiguo, la doctora le solicitó el informe médico donde pudo comprobar que los fármacos eran distintos.
La afectada explicó que el usuario adoptó esa actitud porque quería otra medicación
La médica reclamó presencia policial porque observaba que, pese a la brillantez con la que siempre actúa la vigilante, no iba a poder con la situación porque, temía, “iba a agredirnos”. Según la versión del celador, que fue quien se encargó de telefonear, él realizó la llamada a la Policía Nacional, al 091. Siguiendo con su testimonio, que reprodujo la facultativa afectada, textualmente le dijeron que si ella no tenía intención de denunciar al paciente, que se apañaran los vigilantes de seguridad con la situación.
Sin embargo, la versión de la Policía Nacional difiere totalmente de la ofrecida por los trabajadores. Hasta tal extremo, que el propio Cuerpo Nacional negó la existencia de alguna llamada telefónica o comunicación de un hospital o centro de salud este martes. Una afirmación que realizó esta fuerza de seguridad tras revisar los partes de la Sala del 091, aunque aclaró que el protocolo contempla que, en cuanto llamen porque hay una persona que va a agredir o ha agredido, los vehículos policiales acuden de inmediato.
Por descarte, la única opción que quedaba para requerir telefónicamente presencia policial es el número 112. En contacto con este servicio de emergencias de la Ciudad Autónoma, este periódico pudo conocer que su red de comunicaciones tampoco registró ayer ningún aviso por una incidencia en un centro sanitario de Ceuta.
“Gracias a dios que no le ha ocurrido nada a ninguno de nosotros”, suspiró el personal aliviado, lo cual no quita el “gran susto” que se llevó y que augure que, “cualquier día, vamos a tener un disgusto”. En cualquier caso consideran que este hecho es intolerable porque para los profesionales quedó constatado que una persona estaba alterando el orden público en su lugar de trabajo.
Los sindicatos del sector siempre han condenado al unísono cualquier muestra de agresividad contra el personal. Y, en el caso del Sindicato Médico de Ceuta, han denunciado públicamente y en reiteradas ocasiones la falta de adopción de medidas definitivas así como el nombramiento pendiente de un coordinador en el centro de salud del Tarajal.
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