Imágenes como estas no dejan de llamar la atención: que un todoterreno acceda a una playa, a plena luz del día, con bañistas disfrutando del día de verano y se ponga a descargar una embarcación semirrígida de grandes dimensiones para introducirla en el mar y emprender la navegación. Ha pasado
en la playa del Trampolín de Ceuta, cerca de Benítez. En un vídeo grabado por los presentes se observa cómo un vehículo todoterreno se encuentra en el interior de la playa, a donde ya de por sí tienen prohibida la entrada. Después varias personas se disponen para colaborar en la descarga de una embarcación de grandes dimensiones. La potencia de los motores y las medidas convierten a una embarcación en género prohibido o no, en lo que se etiqueta
como narcolancha y, por tanto, puede ser intervenida por la Guardia Civil levantando un acta de contrabando. Pero todo eso puede ser posible si la autoridad está presente y en el caso de marras no se alertó a las fuerzas de seguridad para que comprobaran de qué tipo de semirrígida se trataba. El hecho llamativo es que a plena luz del día, se accede con un vehículo a una playa con gente, se baja una lancha y se procede a introducirla en el agua para echar a navegar sin reparar en la presencia de personas nadando en la orilla o de buceadores que podían haber sufrido algún percance. Los presentes siguen con su rutina de baño mientras tiene lugar una escena encuadrada en lo típico cuando no lo es. En situaciones de este tipo, de haber estado presente la vigilancia debida, se habría comprobado las múltiples características que rodean a este episodio que ha generado revuelo e indignado a muchas personas. La playa del Trampolín se convirtió así en un lugar improvisado, una especie de puerto deportivo virtual para echar al agua, de esta manera, una semirrígida de estas dimensiones.