La semana pasada escribía sobre la agresividad y la violencia de los narcotraficantes, del peligro que estos delincuentes entrañan para la gente decente de este país, no solo para los guardias civiles y policías que tratan de detener a estos malhechores. Puede parecer un error escribir de lo mismo, pero no lo es, porque dejar de informar de este chapapote nacional sería darle normalidad y admitir este tipo de violencia. Ese sería el error.
Las asociaciones y sindicatos de policías hemos denunciado mil veces la falta de medios y el grave problema que el narcotráfico representa para la sociedad en general. Los ciudadanos no lo percibían así, aunque los coches que utilizan son robados y de los muchos fallecidos en accidentes provocados por los narcos. Los medios de comunicación nos informaban de una y otra fuga; de los múltiples intentos de atropellos, pero no tomábamos buena nota del peligro. Ahora el Gobierno, los gobiernos y los ciudadanos comienzan a percibir que acabamos con ellos o acaban con nosotros.
Este mismo jueves un coche de narcotraficantes cargado de hachís colisionó contra un turismo hiriendo de gravedad a la conductora que llevaba a su hija al colegio. Un nuevo episodio que pone en evidencia que estos hechos ocurren prácticamente todas las semanas y, por tanto, cualquiera de nosotros puede estar en peligro simplemente por salir a pasear cuando un asesino cargado de droga decide conducir como un loco para huir de la Guardia Civil. No les importa matar por lograr su objetivo.
Este mismo lunes ingresó en prisión Antonio Tejón, uno de los cabecillas del Clan de los Castañas, detenido en el marco de la operación Dismantle, donde han sido detenidas más de cincuenta personas. Puede parecer una noticia más sobre la detención de un narcotraficante, pero este mismo individuo fue detenido el pasado día 2 de julio, nada más salir de prisión, siendo puesto en libertad unos pocos días después.
No era la primera vez que las Fuerzas de Seguridad del Estado detenían a este delincuente y no existía la menor duda de que continuaría con su misma actividad delictiva. Estamos en septiembre, tres meses después vuelve a ser detenido en una operación contra narcotráfico de gran envergadura donde han participado 400 guardias civiles de las comandancias de Algeciras, Málaga, Cádiz, Huelva, Sevilla y Ciudad Real, así como del CCON-SUR, OCON-SUR, GAR, Servicios Aéreo y Servicio Marítimo.
Estas últimas detenciones ponen de manifiesto que las Fuerzas de Seguridad del Estado están preparadas para neutralizar estas organizaciones criminales y que si nos dotan de más medios y efectivos seguirán siendo detenidos una y otra vez, pero no tiene mucha lógica que delincuentes reincidentes en delitos de esta gravedad tengan las mismas ventajas penitenciarias que otros delincuentes no reincidentes. No se entiende que un delincuente con múltiples detenciones por tráfico de drogas y pertenencia a organizaciones criminales salga de prisión porque no existen leyes que impidan esta sin razón.
Desde AEGC llevamos reclamando desde hace mucho tiempo más guardias civiles y medios para combatir a estas organizaciones, pero solo con estas medidas no lograremos acabar con estas organizaciones criminales. No es suficiente, porque además necesitamos leyes que penalicen duramente estos delitos para que estos delincuentes peligrosos tengan condenas severas, necesitamos que sean juzgados a la mayor brevedad para evitar sus salidas y entradas en prisión. Necesitamos jueces y fiscales. Necesitamos leyes. No promesas y palabras.
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