La tragedia llega de nuevo al Príncipe Alfonso, una barriada que atravesaba unos meses tranquilos, sin que las disputas con arma de fuego volvieran a teñir de sangre sus calles.
Pero ayer fue el día en el que esa tónica se rompió. Y lo hizo en la persona del vecino de la barriada H.M.D., conocido por todos como 'Mape', de 28 años, que fue asesinado de un disparo en la cabeza en el callejón ubicado frente al Poblado Legionario, el mismo en el que años atrás asesinaron a otro vecino del barrio, Karim.
El joven recibió tres disparos y el último, el dirigido a la cabeza, fue el que terminó con su vida. El autor, un vecino de otra barriada que está plenamente identificado, actuó a cara descubierta. Llegó con su moto y disparó a 'Mape' hasta matarlo, sin usar guantes para sostener su arma, posiblemente un revólver. Después escapó del lugar en el mismo vehículo. Ambos, víctima y autor, se conocían.
'Mape', herido de muerte, tuvo que ser trasladado en un vehículo particular al Hospital, en donde se confirmó su fallecimiento. En el callejón en donde encontró su muerte quedaban los vecinos. Abuelas, mujeres, hombres, jóvenes pero también muchos niños. Porque en el momento en el que el asesino efectuó los disparos, en torno a las 13.30 horas, había gran cantidad de menores en la barriada. Las lágrimas de los presentes y la indignación por lo ocurrido iba cobrando fuerza en el barrio, en donde sus gentes se encuentran abandonados. Ayer más que nunca después de comprobar que la Policía no subió al escenario de los hechos hasta las 15.46 horas, dos después de que una vecina alertara sobre lo sucedido y casi una después de que este mismo medio efectuara una llamada telefónica a la Sala del 091 para informar del sentir en el barrio.
Fueron los propios vecinos los que tuvieron que calmar los ánimos de los más jóvenes, de los amigos que tenían que ver la sangre en el callejón o de los niños que lloraban por las escenas de pánico vividas. Fueron los propios vecinos los que protegieron el escenario para que otros no limpiaran la sangre, pero no porque quisieran quitar pruebas sino porque era indignante que la familia del fallecido tuviera que ver durante dos horas restos en el callejón, por pura señal de respeto.
Las llamadas a la Policía o al 112 se repitieron desde los móviles de más vecinos. Unos se miraban a otros con cara de sorpresa en una jornada de indignación más que justificada. "¡Qué pasa, que no suben porque han matado a un moro!", expresaba una vecina. "¿Qué es esto la guerra, que es como Siria?, ¡han matado a un chico y no viene nadie, qué es una persona, por qué no suben!", gritaban indignados. "¡Dónde está la Policía, vienen aquí para una tontería, para una pelea y ahora qué... que han matado a un joven... que no es un toro, que no es un animal... por qué no sube nadie!". "¡Que estén aquí los periodistas y la Policía no!, pero esto qué es", lamentaban.
"Nos tienen como perros, luego que no vengan aquí a por el voto... tenían que llevar el cadáver a las puertas de la casa de Vivas y del delegado", denunciaban. "Esto es peor que la guerra", gritaban. Pasaban los minutos y las horas y ante la no presencia policial los ánimos de los jóvenes se caldeaban más porque pedían justicia. Se llegaron a escuchar incluso dos detonaciones lo que no hizo sino aumentar el miedo entre los vecinos. A las 15.46 horas aparecía un zeta de la Local y otro de la Nacional. Sus agentes se toparon con decenas de vecinos que pedían explicaciones. "Yo acabo de entrar a las tres señora, no sabía nada, he subido en cuanto me han dicho", se excusaba uno de ellos. Los vecinos pedían explicaciones, querían saber por qué nadie había atendido la primera de las llamadas. "¿Han visto los casquillos?", preguntaba el agente dos horas después y cuando en el lugar no había ni rastro de ellos, aunque según barajaban podía ser al haberse empleado un revólver.
A los pocos minutos llegaría la Policía Científica, la UPR para dar protección y agentes de la UDYCO antidroga que han asumido este tipo de asuntos delincuenciales después de que todos los componentes de la UDYCO Delincuencia Organizada presentaran su dimisión. Diez minutos después abandonaban el lugar de los hechos. Una unidad de la UIP quedaba en el colegio Reina Sofía y patrullas reforzaban su vigilancia en la frontera ya que se tiene conocimiento de que el presunto autor tiene vivienda en Castillejos y pudiera haber huido o pretenderlo. En el Hospital, en cuyos alrededores se vivieron momentos de tensión, quedó otra patrulla.
La Policía ha informado oficialmente que se está investigando los hechos y que no se descarta que pudieran haberse desencadenado tras discusiones previas incluso de días atrás. En la noche de ayer la UDYCO buscaba en la zona centro a una persona.
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