Juan José Contreras refiere en su libro
‘Historia del cañonazo de las 12.00 en Ceuta’ que “hablar de salvas en nuestra ciudad es sinónimo de tradición y de
historia”. Ceuta ha sido “de las pocas plazas fuertes en las que se han podido rendir honores, efectuar saludos y marcar el horario con el cañón”. En ocasiones “efectuando las salvas de ordenanza, en otras alertando a la población, en otras marcando las actividades de la ciudad y en otras contestando al saludo de los buques extranjeros”.
Hasta hace algo más de una década, el ‘cañonazo de las 12’ era disparado por el Grupo de Artillería de Campaña (GACA I/30), cuyos artilleros se desplazaban a diario desde el acuartelamiento Fuentes Pila hasta las instalaciones del
Hacho con el objetivo de realizarlo con una pieza de artillería OTO Melara 105/14. “En plena crisis se decidió ahorrar en combustible y otros gastos suprimiendo, entre otros, esos desplazamientos”, de los artilleros explican fuentes militares.
“Cualquier mínimo error puede ser nefasto y acarrear problemas judiciales”
La tarea se delegó en los miembros del Grupo de Artillería Antiaérea (GAAA II/30) de la Fortaleza, “pero esos especialistas lo son en artillería antiaérea y de costa, no de campaña por lo que concierne al servicio, ni están instruidos en ese tipo de pieza, ni es una labor de ellos”.
De acuerdo con esas mismas fuentes, “cualquier mínimo error puede ser nefasto y podría acarrear serios problemas judiciales al estar efectuando estos artilleros una labor fuera de sus funciones y para lo que realmente no han sido instruidos”, han lamentado sobre un relevo que se suponía que sería circunstancial, pero que se ha consolidado en el tiempo sin que las autoridades competentes hayan aceptado volver a dejar la salva de mediodía en las manos originales.