De la algarabía y la euforia a la nostalgia. Este lunes por la mañana en el Real de la
Feria de Ceuta solo se dejaban ver los restos de ocho días festivos en los que los ceutíes y todos los que han llegado de fuera han compartido grandes momentos con amigos y familiares. Desde primera hora de la mañana, los operarios de la empresa Iluminaciones Ximénez han empezado a trabajar en el desmontaje de la portada y la luminarias que han llenado de color las calles del Real de los bajos de
la Marina. Para ello, con grúas y toda la maquinaria necesaria, poco a poco el Palacio de la Asamblea recreado para la portada ha empezado a perder su forma conforme que se van quitando las estructuras. También ya se han empezado a ver “los esqueletos” de las casetas al recorrer las diferentes calles. En la mayoría de ellas ya no quedaba nada del mobiliario interior. Solamente quedaban por quitar los hierros que les daban forma y algún que otro elemento más. En cuanto a las atracciones y los puestos, cabe destacar que la mayoría se fueron a lo largo del domingo, aunque todavía quedaban algunas por aquí y ultimaban su desmontaje. Es el caso del puesto Turrones ‘El Artesano’, que ha estado ubicado en el paseo de la Marina Española. El dueño, Rafael Ramírez, ha hecho un balance de estos días y ha sostenido que “no ha estado mal, aunque no es lo que esperábamos. Ha habido dos días, el Día del Niño y el último sábado, que se ha volcado más el público, los demás días
han estado muy flojitos”, ha lamentado.
Ramírez lleva 59 años viniendo a esta feria con su
puesto de turrones. Empezó con su padre y luego ha continuado con el legado, asegurando que son “los tíos más dulces del mundo”, ha bromeado. Ahora les toca continuar con su tour de ferias y en unas horas pondrán rumbo a un pueblo de Málaga. Similar es el caso de Gonzalo López, del Salón de juegos G&M que ha ofrecido durante los días de feria juegos de azar y de globos a los ceutíes. En su valoración sobre la feria, ha manifestado que se ha notado el día de más, “aunque se ha notado bastante el hecho de que no vengan tantos marroquíes como antes”. Él también lleva prácticamente toda una vida haciendo disfrutar a los ceutíes, más de 30 años, y su atracción sigue siendo tan demandada como al principio por el público. Su próxima parada será un pueblo de Sevilla. Poco a poco, el Parque Urbano Juan Carlos I recuperará de la mano de servicios municipales liderados por Obimace su formato habitual, dejando en la memoria los ochos días de feria para dar paso, de nuevo, durante los próximos días a las pistas deportivas tan demandadas durante todo el año.