El joven dúo Harkan trae a Ceuta dos instrumentos de cuerda pulsada emparentados entre sí. La francesa Maia Darmé y el tunecino Mohamed-Amine Kalaï esta tarde la arpa y el qanon (o kanon) en el Teatro del Revellín de Ceuta a las 19.30 horas. Las invitaciones se pueden retirar en la página web de Fundación Premio Convivencia o en la taquilla del teatro. Los músicos tratarán de embarcar al público en “un viaje alrededor del Mediterráneo” con piezas de Túnez, Líbano, Turquía, Grecia, Italia, Francia y España, según explicaron a El Faro.
El dúo lleva actuando junto desde 2018. El nombre ‘Harkan’ se compone de arpa (‘harp’, en inglés) y kanon. “Por casualidad, suena parecido a ‘harakan’, que en árabe significa ‘estar en movimiento’. Expresa acción, energía”, indicó Mohamed-Amine Kalaï. Con ese ímpetu el dúo retomó a principios de semana su agenda de conciertos, expone Maia Darmé —de 32 años—, después de un año y tres meses a la espera de poder seguir trabajando: “Se suponía que empezábamos una gira europea, pero en todos los países menos en España los conciertos se cancelaron. Antes de Madrid íbamos a ir a Francia, pero volvieron al confinamiento”. La vuelta al escenario era algo que ansiaban.
A la actuación en la capital española acudieron muchos músicos y expertos en música de Oriente Próximo, cuenta Darmé, y en Córdoba hubo más gente que no conocía el qanon. Pero ellos disfrutan “por igual” de los dos tipos de público y al terminar de tocar mostraron sus instrumentos a los curiosos.
La arpa y el qanon tienen mucho en común. En su origen, explica Darmé, eran casi el mismo instrumento. El diálogo entre ambos permite a los músicos “explorar las posibilidades técnicas” de cada uno, refiere Mohamed-Amine, de 29 años: “Por ejemplo, yo imito al arpa tocando arpegios y Maia improvisa en un estilo oriental con microtonos”. De este modo consiguen aunar tradición y un sonido más experimental.
El qanon es un instrumento de cuerda pulsada popular en Oriente Medio, pero Kalaï no lo conocía hasta que entró en una escuela de música a los 13 años. De hecho, lo hizo para buscar un profesor de arpa; a cambio, se encontró con este instrumento. “En cierto modo logré mi sueño de tocar la arpa porque son primos”, ríe el tunecino.
Maia Dormé empezó su educación musical con 4 años. Ya que no tenía la posibilidad de tocar la batería y sus hermanos pequeños la copiaban en todo, dos años más tarde optó por el arpa. Y le gustó tanto que a la edad de 9 ganó su primer premio, en el concurso de la Unión Francesa de Artistas Músicos.
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