Aróstegui: “El equipo de la Delegación ha demostrado su ineptitud en la frontera”

• Indica que el entendimiento a ambos lados es esencial, pero que tampoco hay mucho interés en Ceuta

La entrevista de los jueves en Cope Ceuta y Faro TV fue en esta ocasión para el diputado de Caballas, Juan Luis Aróstegui. Es de los políticos ceutíes que garantizan no un titular, sino veinte. No tiene desperdicio en ese sentido. Se muestra muy preocupado por la situación de la frontera y culpa de ello a Madrid porque no entiende el daño que se le está haciendo a nuestra ciudad. Su parte de responsabilidad la reparte igualmente con Vivas y Cucurull al señalar que o no saben transmitir la situación o que son demasiado sumisos. Entiende que hay soluciones de andar por casa, pero que también es esencial el entendimiento entre autoridades ceutíes y tetuaníes, pero ratifica que a este lado no hay interlocutores y que ese equipo de gestión de la Delegación debería ser cesado.

Pero no solamente se habló de frontera, sino de comedores escolares, a los que le gusta calificar de sociales, de la falta de viviendas, de lo que considera una radicalización del Partido Popular en estos momentos...

-¿No se cansa usted de pelearse en cada pleno con los miembros del Partido Popular?

-Creo que no hay motivo para el cansancio. En el pleno defiendo un proyecto político y eso significa apoyar lo que consideramos bueno para la ciudad y fiscalizar todo lo que nos parece negativo.

-Dijo el otro día que el PP se estaba radicalizando en Ceuta.

-El PP tiene distintas corrientes de opinión que se llaman, en lenguaje coloquial, halcones y palomas. En esta ciudad, en la que se debe tener mucho cuidado con las cosas que se hacen y con las cosas que se dicen, es muy importante que en el PP, que tiene hegemonía política, todas las decisiones tienen mucha influencia. ¿Qué está sucediendo? En otros momentos, el PP que es un partido de derechas, que lo es, en otras circunstancias ha tenido cierta comprensión ante determinados problemas que hacen que no estuviera radicalizado. Ha entrado en un estado de nervios, llevan una legislatura muy mala, no hacen nada bien y ven que quedan veinte meses para las elecciones. No tienen nada que ofrecer porque son muchos los errores cometidos. Deprisa y corriendo quieren recuperar el terreno perdido. Ven que en el ambiente en el país hay predicamentos para las políticas más antisociales, las políticas más duras hacia todos los problemas sociales y esa va a ser su estrategia. En esta ciudad me parece muy peligrosa esa estrategia. Siempre intento explicar que la paciencia de las personas no es ilimitada. Que no haya contestación social, que no haya conflictividad, no significa que no haya un descontento y que una parte de la población no vaya asumiendo cierta conflictividad que se traduzca en algo serio.

-¿Piensa que el presidente y el delegado dan por perdido el conflicto de la frontera?

-Los dos han asumido que no tiene solución. Entendamos como solución algo definitivo. Me gusta ser lo más riguroso posible. Si vamos a la crítica fácil, contribuiríamos a un ambiente de poca seriedad. Es verdad que el problema de la frontera, tal y como está ahora mismo, es imposible soluconarlo de manera definitiva. Donde hay un campo amplio de discrepancias es en que existen cosas mejorables. Y no se ponen en marcha porque en Madrid no terminan de entender las repercusiones que tiene en la ciudad. Madrid lo analiza desde unas perspectivas de Estado que poco tienen que ver con los intereses de los ceutíes. De ahí que nosotros le recriminemos al delegado del Gobierno y a Juan Vivas, como su mentor, que o no saben transmitir la situación o que son demasiado sumisos. Se puede abrir un segundo paso, reforzar las plantillas, implicarse más en mejoras para el funcionamiento y tránsito en los polígonos. No solucionan la situación, pero sí mejoran. Se ven mediatizados por la visión que tienen desde Madrid. El Gobierno central tiene en sus relaciones con Marruecos unas líneas prioritarias que son la inmigración y la lucha contra el yihadismo. Cualquier otra cosa queda oscurecida, pero no entienden que para esta ciudad está suponiendo un trauma muy considerable.

-¿Han existido momentos en que ha existido nivel de interlocución entre ambos lados de la frontera?

-El equipo de la Delegación del Gobierno ha demostrado su ineptitud para gestionar el problema de la frontera. No es discutible. Atrincherarse siempre en que no hay solución lo tapa todo. Se ha fracasado en la gestión de la política de fronteras y los responsables deberían ser renovados. Si mañana hay un nuevo equipo, ello no va a significar que de pronto se solucionaran los problemas de las colas, pero darían un cambio sustancial. Sabiendo cómo se funciona en Marruecos y que su Gobierno, en estos temas, delega en sus mandos intermedios o determinadas autoridades, ese nivel de entendimiento es fundamental. Pero tampoco existe mucho interés al entendimiento por parte de la Delegación del Gobierno.

-Hace un par de semanas se celebró una reunión en la Delegación del Gobierno, donde usted acudió en su calidad de secretario general de Comisiones Obreras. Acordaron una serie de medidas que serán chequeadas en un mes. ¿Tiene noticias de que alguna de estas medidas se han visto?

-El viernes pasado se abrieron los tres carriles, en el último pleno fue la modificación del IPSI para luchar contra el fraude fiscal, el protocolo del carril ciudadano parece que está funcionando…Al menos se ha logrado cambiar algo la actitud y que las dos administraciones tiendan la mano y abandonen la soberbia.

-¿Por qué el otro día cuando la consejera anunció una serie de medidas usted se enfadó?

-Cuando se está intentando hacer una causa común, uno no debe aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid. Una causa común es que vamos a luchar contra el fraude fiscal y ahí estamos todos, pero luego resulta que se meten algunas más y eso necesita de otras discusiones independientes.

-¿Es triste que un Gobierno nada más vaya a iniciar una pastilla de 90 viviendas en esta legislatura?

-No es triste, es una irresponsabilidad. No solamente hablamos de vivienda pública, pero es que hoy cualquier matrimonio joven es imposible que se pueda independizar en Ceuta. Sabemos que las construcciones son lentas, pero cuanto más se tarde, peor. Si empiezan a construir alguna vivienda en el año 2019 no se terminarán hasta el 2023. Intentamos paliarlo llevando una propuesta en una doble dirección. Ceuta tiene menos vivienda por habitante que cualquier otro lugar de España, pero ello no es una razón natural, sino consecuencia de una política. Hay un déficit que se debe saldar, pero la Ciudad tiene un órgano como Emvicesa que debe construir vivienda y no lo hace. Hay un solar como el Brull, que nos costó un dinero curioso para abonárselo al Ministerio de Defensa y allí está muerto de risa. Pero sucede que el PP está como bloqueado, tienen un modelo de Ciudad de hace veinte años y se han quedado atrasados.

-¿Entiende la desesperación de los okupas de Huerta Téllez?

-Yo sí, entiendo perfectamente la desesperación de las personas, pero los procedimientos no pueden violentar la propiedad privada de nadie. Además, se da la circunstancia de que Huerta Téllez tiene unos potenciales propietarios. Había unos legítimos propietarios, al menos moralmente, que dejaron allí los ahorros de su vida y que se vieron estafados. Llegó un momento en que se enfrentaban personas que necesitaban viviendas. Fue un tremendo error por parte de los okupas. No es justo que haya personas que lleven en Ceuta quince años esperando una vivienda, porque Ceuta tiene posibilidades para ofrecerles una alternativa.

-¿Tan difícil es montar un operativo para que los niños que han quedado fuera de la beca del Ministerio puedan ser llevados al José Acosta y que almuercen?

-Es una cuestión de voluntad política. La política social tiene un hilo conductor y piensan que si se nos va la mano en ayudas sociales atraemos a todo Marruecos. Es la mentalidad. Entran en una contradicción. Tenemos un millón de euros que el Gobierno manda a Ceuta para la pobreza infantil. Cuando Vivas lo explica en Madrid está reconociendo el problema en Ceuta, pero cuando lo debe aplicar dice que la situación difícil está al otro lado de la frontera. En Ceuta no deberían existir comedores escolares, sino comedores sociales. La filosofía de los comedores escolares nacieron cuando existían las jornadas partidas y nacen para que los niños no tengan que ir a sus casas y regresar. En Ceuta se mantienen porque tienen un papel social y esos niños o comen allí o no comen.

-¿Pero qué hacemos entonces con los niños de otros colegios que no tienen comedores?

-Le hemos propuesto a la Ciudad que se extendieran los comedores escolares a otros establecimientos. Las alternativas serían las asociaciones de vecinos o de ONG y con un sistema de catering. O bolsas de comida a la puerta del colegio. Cuando hay interés existen medios suficientes para garantizar este servicio mínimo.

-El otro día hablaban de asentamientos ilegales. ¿De qué zonas hablamos?

-Por ejemplo, Arcos Quebrados, Benzú, Arroyo del Lavadero, Recinto Sur, parte de Benítez. Zonas donde viven doscientas personas, trescientas, ciento cincuenta, que sumándolas son una cifra importante. No es que lleven viviendo allí quince días, sino decenios. Es verdad que hay zonas de Ceuta donde urbanísticamente no se puede construir, pero ello es así porque nuestro Plan General tiene 20 años y no hemos sabido acompasar el desarrollo urbano al crecimiento demográfico. La Ciudad no crece, pero las personas sí. No hemos ganado ni un metro de terreno al Ministerio de Defensa. Es duro, de una manera delirante.