La asociación de apoyo a los refugiados Arena 365 se va con un sabor agridulce de Ceuta. Esta organización, con base en Madrid, se dedica a entregar ropa, abrigo, alimentos y artículos de higiene personas, entre otros suministros, a los migrantes que se encuentran en desamparo cerca de las fronteras. Durante semanas hacen acopio y cada mes eligen un destino para hacer su reparto. En esta ocasión lo tuvieron claro: el destino era la frontera sur.
“La frontera sur la teníamos pendiente”, explica Teresa Vázquez, presidenta de la asociación Arena 365, que además encabezó este viaje que les llevó por las ciudades de Ceuta, Melilla y Nador. Junto a ella un equipo en dos furgonetas cargadas de mantas, zapatos, ropa, alimentos y productos de higiene para todos aquellos migrantes que viven en vulnerabilidad en las calles.
Pese a haber visitado muchas ciudades fronterizas que replican el problema de la migración ilegal, Teresa quedó sorprendida con lo que vieron en Ceuta. “Hemos estado muy vigilados. Nos han cortado las alas”, lamenta la mujer que detalla como tuvieron que hacer la entrega de manera rápida, sin poder profundizar en los problemas de la gente a la que ayudaron y con una constante sensación de peligro.
“Hay mucha necesidad, mucho abandono y sobre todo mucho niño en desamparo”. De todo lo que vieron en Ceuta, sin lugar a duda, lo que más les impactó fue la situación de los menores en la calle. Teresa no concibe cómo se están “incumpliendo” todas las cartas internacionales que abarcan los derechos de los niños y cómo la sociedad no hace nada al respecto. “Cómo se pueden tener niños sin escolarizar porque no se pueden empadrona. Cómo Ceuta lo permite”, continúa lamentando.
Por su experiencia, comenta que en las ciudades fronterizas de Italia, el pueblo está volcado con los migrantes y en Grecia igual, contrarrestando así el abandono gubernamental. Sin embargo, les sorprendía que en Ceuta no existiera esa acción social teniendo en cuenta la grave problemática.
La sensación se repitió en Melilla y en el caso de Nador, ni siquiera pudieron hacer la entrega del apoyo. “Nos tuvimos que ir, no nos dejaron hacer nada”.
En Ceuta lograron hacer parte de la entrega a Digmun, que la distribuirán entre niños y mujeres de escasos recursos y otra parte en el puerto, a los migrantes que viven en la calle.
Sin embargo, admiten que falta mucha ayuda, por lo que ya tienen previsto regresar a Ceuta para una nueva entrega y tratar el tema de los menores. “Bajo ningún concepto se puede permitir tanto menor suelto, desamparado”, asevera la presidenta de Arena 365.
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