Arden 3 vehículos tras un incendio “que ha podido ser provocado”

La Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía ha abierto una investigación para conocer las causas del incendio ocurrido ayer en los garajes del edificio Atrium, ubicado en la calle Pepe Remigio.

Según fuentes oficiales, el incendio “parece intencionado” y su origen puede ser “posiblemente provocado”, extremos éstos que deberán concretarse una vez terminan las investigaciones.
La alarma saltó pasadas las diez y media de la mañana, cuando el 112 recibió el aviso de unos vecinos del bloque que alertaban de un foco de incendio en los garajes. Efectivos del Cuerpo de Bomberos, Policía Local y Nacional acudieron hasta el lugar, movilizando tres vehículos del Servicio de Extinción (SEIS) con 12 agentes, dotados todos ellos con equipos autónomos, cámaras térmicas y dos extractores de humo.
El origen de las llamas se encontraba en una de las plantas del garaje, y en concreto en una motocicleta modelo BMW propiedad de un policía local adscrito a la UIR que quedó completamente calcinada. Dos turismos también quedaron seriamente dañados en sus interiores, dándose la casualidad de que uno de ellos también pertenecía a otro agente de la UIR.
La Policía mantiene sus reservas aunque in situ pudo recabar datos de vecinos del bloque que apuntaban al hecho de que en ocasiones las puertas del garaje se quedan abiertas sin que el último que haya salido compruebe que alguien ajeno al bloque se introduzca. El hecho, además, de que el incendio se produjera en la motocicleta sin que nadie la estuviera manipulando, ayuda a sustentar la opinión de que fuera una acción provocada. La profesión de los dueños también se tuvo en cuenta.
La labor de los bomberos, que se extendió hasta las 12.30 horas, se centró no sólo en apagar las llamas sino también en la extracción de humos. Esto último alarmó a los vecinos del bloque que tuvieron que sufrir la entrada del humo en sus viviendas. “Hasta en el ascensor, cerrados, no se puede respirar”, explicaba una abuela, residente en el edificio Atrium.
Durante el tiempo que duraron las labores de los bomberos, en la calle había incertidumbre y temor. Sobre todo por parte de los vecinos que no podían acceder al garaje para comprobar si alguno de los vehículos afectados era el suyo. Fue cuando un agente de la Policía Nacional se acercó a los grupos de vecinos a informarles de las matrículas y modelos de vehículos afectados, cuando los ánimos se fueron tranquilizando.
Esa inquietud se extendía entre los residentes en el bloque ya que el humo negro se adentraba en sus viviendas. “No sabíamos bien lo que ocurría y tampoco podíamos abrir las ventanas para comprobarlo, ha sido un poco agónico todo”, apuntaba una de las vecinas. Los afectados por la quema de los vehículos se convertían en testigos de la situación, mostrando su impotencia por lo ocurrido. Una humareda negra tiñó la puerta principal del garaje. José Luis, uno de los vecinos de las viviendas ubicadas enfrente, correspondientes al bloque Duarte, contaba a ‘El Faro’ que había percibido el incendio “a través del mal olor, como a goma quemada”, al comprobar que se trataba de “algo más grave” telefoneó a su amigo Paco, titular de una vivienda en el inmueble afectado, para alertarle del incendio “y sobre todo para poner a salvo a sus hijos que a esa hora hora permanecían en el interior de la vivienda”.  Antes de que José Luis colgara el teléfono, ya escuchaba acceder por la esquina de la calle el sonido de las bocinas provenientes de los efectivos de bomberos. Situaciones de angustia como las de este vecino se repetían ayer en las vivienda cercanas.

Los vecinos no pudieron comprobar los daños hasta extraerse el humo

El cabo del SEIS encargado del operativo, Salvador Rodas, destacó que se había actuado “con rapidez y efectividad” para controlar el siniestro. Según el cabo, el interior del garaje se encontraba bastante afectado “chamuscado por las paredes, con cascotes despeñándose del techo y un cuadro eléctrico absolutamente perdido”. A pesar de que los bomberos tuvieron la situación controlada “en todo momento”, como aseguró el cabo, el número de vecinos y curiosos fue aumentando en la calzada, creándose diversos corrillos.
En uno de ellos, formado por vecinos del edificio, se decidió entrar al garaje para comprobar el estado en el que habían quedado sus vehículos, decisión que tuvo que esperar media hora por expresa recomendación de la Policía Científica. Así, lo explicó  uno de sus miembros, quien aseguró que “hasta pasados treinta minutos no se debe entrar a un lugar incendiado, a menos que se tenga un equipamiento adecuado, pues los pulmones quedarían expuestos a un riesgo evidente de intoxicación”. Mientras la puerta de acceso al garaje permanecía abierta “algunas horas para que diera tiempo a que el humo saliera por completo”,  en el parque infantil de la calle Pepe Remigio se recobraba la normalidad y los niños retornaban a sus juegos de pelota.
El incendio ocurrido ayer, sea cual sea su origen, se produce en una semana en la que han sido varios los incendios de vehículos. Barriadas como el Príncipe o Loma Colmenar además de Sidi Embarek han sufrido la quema de coches, estuvieran o no abandonados. Ya los propios bomberos denunciaban en declaraciones a ‘El Faro’ el repunte en la quema de vehículos y la propia sección sindical de UGT apuntaba a la inseguridad que podía generarse de producirse varios incendios de coches mientras ocurre otro siniestro en la ciudad, debido a que las bajas en el Cuerpo alcanzan un déficit del 25%. Las estadísticas cifran en dos los vehículos que resultan afectados por incendio al día.
En el caso de marras, el SEIS movilizó a doce miembros del Servicio de Extinción que fueron suficientes para controlar la situación. Ya el lugar quedó después en manos de la Científica encargada de analizar los posibles focos de origen del siniestro. Al margen de los daños provocados en los propios vehículos afectados, el vecindario trataba ayer la forma en que se tendrán que acometer los trabajos para volver a adecentar este garaje, que resultó seriamente dañado. Las imágenes de la crónica muestran el estado en que quedó el interior.