Los subsaharianos que intentan alcanzar Europa a través de Marruecos se encuentran con numerosos obstáculos. Los incendios que se han producido esta semana en los campamentos que tienen instalados tanto en Casablanca como en Fez ha supuesto un nuevo y fatídico episodio para estas personas. Se trata de rudimentarios e improvisados emplazamientos en los que los subsaharianos subsisten a la espera de nuevas oportunidades, una vez son interceptados por las autoridades marroquíes cuando están a punto de alcanzar o los perímetros fronterizos de Ceuta o Melilla o las costas del país. El país vecino los traslada a Casablanca o Fez donde la tramitación de la burocracia correspondiente hacen que se sucedan jornadas interminables una tras otra. Algunos medios de Marruecos, como el digital Yabiladi, se han entrevistado con algunos de los afectados por los incendios en ambos campamentos. Y es que las imágenes son desoladoras. A cámara, una de las víctimas del fuego, que en ninguno de los dos casos han dejado daños personales (solo materiales), lamenta que lo ha perdido todo. El dinero y la documentación con la que intentaban alcanzar una prometida vida mejor. El propio
Yabiladi da cuenta de que el incendio de Casablanca tuvo lugar el domingo a mediodía en los alrededores de una estación de carretera en Oulad Ziane.
El suceso de Fez tuvo lugar el mismo día, domingo, pero por la mañana, en los aledaños de una estación de ferrocarriles, justo en el momento en el que las autoridades marroquíes procedían a iniciar la deportación de varios de estos subsaharianos a sus países de origen.