Estamos de enhorabuena. El ciclo de tratamiento de aguas residuales ya se ha cerrado. Ceuta, que hace unos años, era la campeona de Europa en el incumplimiento de las directivas europeas en materia medioambientales y como se encargó el presidente Vivas de recordar ayer, se vertía al mar directamente y sin tratamiento, ahora puede presumir de unas instalaciones modernas y de una inversión de 30 millones de euros, donde se encuadra la Estación Depuradora de Aguas Residuales, la planta de secado térmico y también la estación de impulsión de San Amaro. Ha sido un esfuerzo conjunto tanto del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y de la Ciudad Autónoma de Ceuta. Un ir de la mano para que una ciudad como la nuestra que tiene unas características muy especiales haya podido solucionar esos problemas que nos traían de cabeza. Además, con la planta de secado térmico se producirá también un ahorro de unos cuatrocientos mil euros anuales en el traslado de los fangos a la Península, casi el cincuenta por ciento del montante que ahora mismo cuesta a las arcas de la Ciudad Autónoma. Es una buena noticia. Porque, en definitiva, se ha tratado de un esfuerzo por modernizar Ceuta, que hace unos años, había perdido muchos trenes y las oportunidades tampoco pasan mil veces por delante. El equipo de Gobierno presidido por Juan Vivas ha sabido, a la perfección, convencer a las autoridades nacionales de cuáles eran las necesidades de Ceuta y la respuesta ha sido clara y contundente, situando a nuestra ciudad en el eje de las prioridades a la hora de las inversiones en materia medioambiental.