El remedio ha sido peor que la enfermedad. Al menos eso es lo que piensan los vecinos del Pasaje de las Balsas, en Ceuta, quienes no están para nada contentos con lo que consideran “adaptaciones ilógicas” que se han colocado a la altura de la calle Juan I de Portugal. Han explicado lo que esto significa para las personas que tienen
alguna discapacidad y por qué debe hacerse algo al respecto lo más pronto posible. Para ser más específicos, han señalado que la rampa que había sido dispuesta para las personas con movilidad reducida, “cuyo objetivo precisamente era favorecer la inclusión de un colectivo”, ahora se ha visto afectada por lo que consideran un "apaño antimotocicletas”, señalando lo que creen es el objetivo que cumplen ahora estos metales que han colocado. El problema es que lo que se ha hecho ahora está obstaculizando el paso, pero no solo de las
propias motocicletas que sin ningún tipo de control hacían uso de la bajada, sino también de aquellas personas que por necesidad tienen que hacer uso de esta rampa: personas con alguna discapacidad, con muletas,
personas mayores y quienes pasan por el lugar con carritos para bebés. Ante este nuevo obstáculo, ahora todos los que deben transitar por el lugar, se ven en la obligación de rodear todo el antiguo
hospital de la Cruz Roja para acceder a la calle principal. Si bien han querido resolver un problema, evitando que las motocicletas usen la bajada, lo cierto es que los hierros que han colocado se han convertido quizás en un inconveniente mayor para aquellos que por alguna razón no pueden usar las escaleras que se encuentran al otro lado.
Los vecinos tildan lo ocurrido de “decisión totalmente excluyente”, además de incoherente, teniendo en cuenta cuál es el propósito que debe cumplir la rampa.