Hay pocas farolas y, por si fuera poco, no funcionan. “En el último tiroteo del viernes dispararon y rompieron esa de ahí”, comentan los vecinos del
Príncipe, en Ceuta. A escasos metros del cañaveral, en cuyo interior había una chabola que ahora ha quedado en cenizas, que ardió este jueves por la noche viven familias que ante sus ojos ven cómo, día sí y día también, ocurren todo tipo de sucesos.
Y ayer fueron testigos directos de cómo las llamas se extendían mientras los bomberos, que llegaron rápidos al lugar acompañados por la Policía Nacional, trataban de posicionarse como buenamente podían.
No había luz, en cuanto anocheció todo estaba oscuro, y mientras unos empuñaban la manguera otros tenían que apoyar con labores de visibilidad. “No solo tuvieron que apagar el fuego, también tuvieron que echar abajo una puerta, y todo eso sin ver, sin luz, con las linternas de sus cascos”, comentan los
vecinos.
Desde el SEIS de
Bomberos también se ha informado de que, efectivamente, todos los efectivos que estaban de turno tuvieron que acudir a esta emergencia y se gastó una gran cantidad de agua, 15.000 litros.
“Ahí donde se quemó siempre se reúnen muchachos a hacer lo que no deben y bueno, ayer debieron discutir o algo, imaginamos que el incendio empezó de ahí”, explican en el lugar, “por suerte fue en una zona que no está habitada, ¿pero y si se llega a dar un incendio dentro de una casa?, ¿cómo acceden rápido los bomberos aquí? ¿cómo ven?”. Cuentan que se han pedido más farolas, requerimiento que nunca ha sido escuchado, aunque también reconocen que algunas no funcionan, están rotas por culpa de los tiroteos que se suelen dar ya que quienes portan armas suelen disparar directamente contra los puntos de luz haciendo que la oscuridad se apodere de los callejones.
Una situación que, como ocurre casi siempre, hunde sus raíces en la delincuencia y situación del barrio pero que, como siempre también, podría causar víctimas indefensas el día en que ocurra una desgracia mayor.