14 de febrero de 2017. Esa fecha marcó no solo un antes y un después en la vida de
Antonio López sino que también dio pie a la explotación mediática de una operación policial de la que se derivó la mayor
causa judicial juzgada en Ceuta encuadrada en el famoso
‘caso Emvicesa’. El exgerente de la sociedad municipal de la vivienda
ha rememorado su detención calificando ese momento como uno de los peores días de su vida. “El 14 de febrero de 2017 yo salía de la casa de mi pareja de entonces para ir a trabajar. Salí del garaje en una de las avenidas más importantes de Marbella aproximadamente a las 10.30 horas. De repente se me cruzó un coche por delante y otro por detrás y aparecieron
cinco o seis policías armados: 'Está usted detenido, bájese del coche'. Me subieron a un coche policial camuflado y se llevaron el mío, al que le perdí la pista tres o cuatro años”, ha detallado.
“Me llevaron a la Comisaría de Marbella, me pasaron a una sala y estaba el inspector [que dirigió la instrucción]... Me leen los derechos, me quitan la mochila, me quitan una serie de cosas que yo llevaba y antes de ejercer la llamada a mi abogado me hizo un comentario con el que empecé a preocuparme: Venga, Antonio, sabemos que tienes información y documentación contra la
financiación ilegal del PP de Ceuta,
Juan Vivas, otro político más y un importante empresario de la construcción cuyos nombres no voy a repetir porque nada tienen que ver aquí... Es el momento de colaborar. Dime y dame todo lo que tengo que sé que hoy tienes una cena con tu pareja para celebrar San Valentín”, ha destacado que le dijeron.
“Que sepas que al menos un delito te va a caer”
Esa detención sorpresiva daría pie a posteriores acciones. Y es que a la misma le siguió el registro de su vivienda y la velada advertencia policial que, ha confesado, le hicieron tras enseñar las facturas de los bienes que guardaba en su hogar. “Le enseño la factura”, ha dicho en alusión al instructor del caso. “Salió, llamó a la jueza de instrucción y le dijo 'La hemos cagado, aquí no hay nada'. A continuación me cogió de la solapa, me sacó y me dijo: 'Que sepas que al menos un delito de los que te vamos a meter te va a caer'. Fueron palabras textuales. Hay cosas que se graban en la memoria hasta el fin de tus días”.
Tras hacer noche en los calabozos lo trasladaron a Ceuta pasando antes por Jefatura Superior en donde le tomaron las huellas para ser conducido al juzgado. López cree y mantiene que había un interés por ir a por él con la difusión de informaciones de las que no sabía cómo defenderse. “Había un interés en machacar mi imagen pública, se publicó que tenía una cuenta en la Caixa de mas de 1,4 millones con tres socios… cuando la única cuenta era la de fianzas de
Emvicesa de la que no me habían dado de baja. Es la única cuenta que tengo por ese importe”, ha recordado para denunciar que vio sus derechos humanos pisoteados de manera continua viendo cómo le atribuían un dinero que no tenía.
En prisión con los “derechos humanos pisados”
“Nunca he visto pisados más los derechos humanos, estuve 13 meses en prisión, con una indefensión brutal. Un mes y medio se tardó en decir quién era el titular de esa cuenta y ese fue uno de los motivos por los que se denegó mi libertad”. “Recuerdo la recusación de la jueza, una de las veces que mi pareja vino a verme a la cárcel me dijo que se había armado un revuelo por la filtración de una fotografía. Nadie de mi círculo cercano filtró esa foto”, ha destacado en relación a una imagen publicada en un medio de la instructora con el agente que llevó la investigación. “Filtraciones ha habido todas: de joyas, de la cuenta, de un ático… de la foto, imagine yo en prisión incomunicado… todo era vomitar información para aclarar” las cosas.
La llegada de López a Emvicesa
Con 27 años López llegó a la gerencia de Emvicesa porque le ofrecieron de forma directa ese cargo. Allí ha confesado que le tocó trabajar con personas complicadas y tuvo que coger experiencia sobre aspectos que desconocía. Ha insistido en que todo lo que hizo fue con el visto bueno del departamento jurídico. Orgulloso de haber puesto en marcha el servicio de demandantes de vivienda, desarrollado en 2011, ha destacado que aquello fue un antes y un después en la transparencia y seguridad de la sociedad. Ha negado enchufes, colocaciones o acciones irregulares. “Yo recibía llamadas para ayudar, para recibir y asesorar a muchísima gente. Desde
Presidencia de la Ciudad todos los días, atendía a personas con dramas muy importantes pero siempre era petición de ayuda por una necesidad absoluta. Lo único que he hecho ha sido asesorar, más allá de eso nada más”. López ha colocado en el origen del desaguisado en materia de vivienda la promoción de las 225, que nació ya desbordada por las necesidades de vivienda con necesidad de dar casas por ejemplo a las personas que vivían en las caracolas. Había que luchar contra la infravivienda. La promoción de las 170, financiadas al 100% por el Estado, nacieron ya mal porque 120 eran viviendas tipo estudio. “No eran prácticas para Ceuta y de ahí deviene de las 225 recolocar el excedente y de ahí vienen los compromisos para las 317”. Sobre los famosos compromisos ha asegurado que vienen haciéndose desde el año 97 y que están comprobados a través del registro de demandante.
¿Quién filtró la lista fantasma?
En la sesión de hoy ha llegado la pregunta esperada, de prime time como ha dicho el abogado de López. ¿Filtró él la lista fantasma a un medio de comunicación? Esa lista era un fake, no estaba completa, era falsa, pero aún así se le dio publicidad. “Yo no mandé ningún listado de nombres, creo que si alguien ha salido perjudicado de ese listado incompleto de nombres sin anagrama ni firma y sin fecha soy yo. En ningún momento voy a hacerme cargo yo de algo que no he hecho, no mandé en ningún momento ese listado de nombres sin valor”, ha insistido. Todos en cambio le señalan a él hasta el punto de que de la noche a la mañana ni la gente de su partido le saludaba quedando defenestrado.
“Nunca he pedido dinero o estafado a nadie”
El supuesto cabecilla de una organización criminal dedicada a la adjudicación irregular de VPO en Ceuta a cambio de dinero o por influencias, Antonio López, ha declarado este jueves por la tarde ante la Audiencia Provincial que nunca se le ha exigido dinero por viviendas, como creyó ver la Policía Nacional, sino por una compra de relojes de lujo que iba a dejar ganancias del 100% y acabó originando un pufo de decenas de miles de euros. “Nunca he pedido directa o indirectamente dinero a nadie, nunca he estafado a nadie y durante los ocho años que pasé en política creo que ayudé a muchas personas, por lo que me da pena que de esa etapa quede esta imagen”, ha lamentado al terminar el interrogatorio de su abogado. El exgerente de Emvicesa ha asegurado que su relación con las exconsejeras Mohamed y Román fue exclusivamente política y laboral, como con Mohamed Ali. Con los trabajadores de la sociedad municipal procesados ha dicho que tenía un trato “de jefe-empleados”. Sobre sus supuestos 'intermediarios' ha asegurado que 'Frugui', ya fallecido, fue “un gran conseguidor de votos para el PP”; que con el huido no tuvo “ninguna” relación; y que el policía portuario que ha declarado que manejó dinero de 'clientes' directamente con López era alguien a quien veía “con frecuencia” en Emvicesa y con quien trabó amistad tras la Semana Santa de 2013. “Creo que es una bellísima persona, que ha ido a ayudar a mucha gente a Emvicesa de forma desinteresada, que es muy respetado y querido en la comunidad islámica y que también ha conseguido bastantes votos para el PP”, ha añadido antes de negar que hablase por teléfono 'en clave' aludiendo a “pañales” como si en realidad fueran billetes, como interpretó la Policía. También ha negado que cuando regresaba a Ceuta usase gorra para ocultarse, sino porque la humedad de levante es terrible para el pelo largo que se estaba dejando. En relación con los seguimientos policiales que le ubicaron en un garaje supuestamente devolviendo dinero a 'clientes' de VPO ha dicho que en realidad estaba ejerciendo de agente inmobiliario y que lo que se le reclamó fue por una compra “arriesgada” de relojes de lujo que no salió bien.