La antigua prisión de Ceuta es el escenario que servirá de campamento de pruebas a los ocho bomberos en prácticas del
Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), que a finales de esta semana tendrán que enfrentarse a un simulacro de
incendio en el interior de esta cárcel abandonada y en ruinas. En la jornada de este lunes, efectivos cualificados realizaron la primera preparación y testaron diferentes maniobras para apagar un fuego con las mangueras desde el exterior de un inmueble. La Ciudad cede así al SEIS este espacio de Los Rosales para las sesiones formativas de los nuevos bomberos ceutíes que llevan un mes de prácticas y todavía tienen que completar otros dos en los que abordarán diferentes ensayos. La cárcel se encuentra en la actualidad sin uso y en un estado muy precario al estar convertido en un vertedero por la presencia de gente que acampa en la zona. Es por ello, que se ha contratado a una empresa externa para que limpie este antiguo recinto carcelario de cara a estas prácticas. Unos trabajos que van en paralelo a la preparación del escenario que le toca hacerlo a bomberos experimentados, que son quienes plantean este ‘circuito’ para que la formación sea lo más realista posible.
De esta manera, los
bomberos arrancaron ayer ventanas y elementos de las celdas de la prisión, donde ubicarán una montaña de palés de madera a los que prenderán fuego para que los efectivos del SEIS sepan cómo responder a esta situación de fuego real en la que habrá quienes se meten en el interior para coordinar el trabajo desde dentro y quienes se encargan de echar el agua con las mangueras para introducirla por las ventanas. Los nuevos bomberos empezaron las prácticas hace algo menos de un mes, a mitad de agosto fue cuando se enfundaron por primera vez el uniforme para empezar a vivir la rutina de la profesión para la que han pugnado duramente por una plaza. Todavía restan algo más de dos meses de prácticas en las que seguirán enfrentándose a diversos contextos de emergencia.