Ayer, un día después de que ‘El Faro’ publicara el abandono de coches en la avenida Cañonero Dato, con historias escritas y fotos que ilustraban la decadencia y el peligro que supone esta situación, así como las numerosas quejas de los vecinos de la barriada, se pronunció la Autoridad Portuaria, que como propietario de los suelos, le corresponde la gestión y el control de dichas fincas. “¿Negar el problema, no reconocer que, en efecto, hay vehículos abandonados en esa calle, con el peligro que eso puede ocasionar?”, se pregunta César López, Director del Puerto de Ceuta, quien responde que “no, claro que no se puede mirar para otro lado de ahí que, como primera declaración, me gustaría dejar claro a la ciudadanía que no hay dejación y trabajamos para solucionar los problemas”.
En este sentido, López considera que “es necesario que los vecinos sepan que la solución a esta lacra de la ciudad no es sencilla de paliar y que, además de nosotros, que somos la autoridad propietaria de los suelos, es necesario que la Ciudad colabore aún más de lo que hace y eso a pesar de que trabaja mucho pero, como se ve, no lo suficiente para evitar que los coches estacionen en esta calle largo tiempo”.
Respecto a la labor que hace el Puerto, –que dirige–, López defiende que “nosotros tenemos un sistema de vigilancia que cuesta mucho dinero, que está bien organizado y que trabaja con intensidad, lo que ocurre que tener controlado cada metro de la calle y cada esquina del Puerto durante veinticuatro horas diarias es materialmente imposible puesto que no hay empresa que pueda soportar un presupuesto tan elevado en cámaras y en personal de seguridad, por eso pido que la Ciudad se implique más si cabe y la ciudadanía haga un esfuerzo por entender el panorama”.
Asimismo, el director del Puerto considera que la causa de abandono de coches, foco de suciedad, latrocinios y posibles incendios, se debe a tres problemas principales: “El primero, el que hemos dicho de la imposibilidad de vigilar cada metro del Puerto; el segundo, más efectivos policiales en la zona; el tercero, el procedimiento burocrático que se ha de llevar para apartar aquellos vehículos que hayamos comprobado que están abandonados; el cuarto la propia idiosincrasia de un enclave que está separado por mar de la península, situación que a veces provoca que una persona tenga que marchar a la península, dejar el vehículo en la calle y no poder regresar antes del mes de rigor, ese período que determina si un coche está o no en situación de abandono; y en quinto lugar, al hecho de que el depósito municipal de vehículos no da para más y está en más ocasiones de las deseadas llenas, sin hueco para acoplar un vehículo nuevo”.
A colación del tercer apartado, relativo a asuntos burocráticos, López recuerda a los vecinos que “una vez que se ha determinado que un vehículo está abandonado, porque presenta signos evidentes de inmundicia, como ratas, cristales rotos o una manta de mugre en capó y cristales, de inmediato tramitamos un expediente administrativo e intentamos localizar al propietario y en caso afirmativo se le notifica, se hace que el abandono se publique en el BOE de la Ciudad y si aún tras el transcurso de un mes, no hay respuesta de retirada de vehículo, entonces le damos tratamiento de residuo sólido”.
Por último, el director, en la búsqueda “de que entre todos mejoremos la situación”, recuerda que “no se deberían repetir algunas quejas vecinales precipitadas, que denunciaron abandono de un coche que estaba dentro del plazo estimado de un mes, provocando el lógico enfado del propietario ”.