Un año del asesinato de Ibrahim, habla su hermana: “Lo recordamos a diario”

El 18 de abril de 2022 la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Ceuta difundía un mensaje directo a la ciudadanía: se daba “prioridad absoluta” a la búsqueda de los asesinos del adolescente Ibrahim Bufelham, muerto de un disparo en la cabeza cuando circulaba en una moto a la altura del Puente del Quemadero.

Hoy, cuando se cumple casi un año de ese crimen, el único dato objetivo que se tiene es el carpetazo judicial que se dio al caso, archivado y sin detenidos en prisión esperando juicio.

Dina, una de las hermanas de Ibrahim, no olvida. Aquella noche del 15 de abril marcó un antes y un después en una familia que ha permanecido siempre unida como una piña y que hoy simplemente va tachando los días del calendario asumiendo lo sucedido.

“Vamos aceptándolo en la medida de lo posible”. Ibrahim “nos hace mucha falta, lo recordamos a diario”, detalla en una entrevista con El Faro de Ceuta.

Los sentimientos, la rabia e incluso el dolor no son como los de los primeros días pero persisten en unos padres a los que arrebataron de un disparo a su hijo, en unos hermanos que perdieron para siempre a Ibrahim, un chico que tenía 16 años, estudiaba cocina en el IES Almina y no agotaba nunca su pasión por las motos.

Fue en Viernes Santo, un día 15, cuando se produjo este asesinato

“Ahora no es como esos primeros días. La palabra exacta” que define lo que sienten los Bufelham “es aceptación poco a poco” de lo ocurrido “aunque el dolor sigue siendo el mismo”.

“Era mi hermano, no un pajarito. Si ya a un pajarito se le pilla cariño imagínate a un hermano que te has criado con él. Era un niño muy bueno que no le hacía nada malo a nadie”, recuerda emocionada Dina.

Aquel Viernes Santo los pasos de las distintas hermandades todavía procesionaban por las calles de Ceuta y la comunidad musulmana celebraba el mes de Ramadán. El asesinato de este joven provocó una gran consternación en la ciudad generándose una reacción sin igual en las calles. 24 horas después del crimen la familia de Ibrahim reclamaba justicia, que este caso no se olvidara. Hoy es desconcertante que se siga pidiendo lo mismo.

La propia Dina lamenta que no haya habido resultados. “Es algo que se debería mirar ya que no se sabe nada ni nos dicen nada. No hay detenidos. Me parece muy fuerte, ilógico que maten a personas y no haya detenidos ni pase nada. Mientras que tú pegas a alguien y ya se sabe donde uno vive... Los que matan salen bajo fianza, entran y salen los supuestamente sospechosos... claro, como tienen dinero para pagar pues le dan esa opción”.

La familia de Ibrahim no solo tiene que ir asimilando la vida sin él, también soportan la falta absoluta de información. Aseguran que nadie les da datos, que a estas alturas no saben cómo está el caso ni si se sigue investigando, tampoco qué teorías se barajan de lo ocurrido aquella noche... Ha pasado casi un año y de las primeras llamadas y constantes preocupaciones se ha llegado a un olvido que duele.

“Queremos saber si al menos están trabajando o están teniendo algo, porque por lo que se ve es que no hay nada”, detalla Dina.

“Vamos aceptándolo en la medida de lo posible. Nos hace mucha falta”

Al principio se manejó una serie de nombres de sospechosos y se presentaron denuncias que después fueron retiradas. Judicialmente el caso quedó archivado por el Juzgado de Instrucción número 1. Una situación rocambolesca que disgusta a una familia que exige resultados.

“La Policía debería ponerse las pilas ya que para algo son policías, para algo sirven y nos protegen supuestamente. Deberían estar para proteger y servir a la ciudadanía. No me entra en la cabeza cómo un par de niñatos sí que pueden manejar la situación, con sus disparos, armas... mientras que España tiene grandes ejércitos... Me parece vergonzoso que haya gente que pueda matar, robar y no les pillan... es vergonzoso”, lamenta la joven.

Dina reclama datos reales de lo que sucedió aquella noche, de nada les sirven tampoco las habladurías de calle o los comentarios si no se llevan al ámbito que se debe, el de la justicia.

“No me sirve de nada que vengan a decirme que si yo creo” una cosa u otra... “ya que la Policía ya sabe ese tipo de comentarios. No me vale un creo, yo quiero hechos de la Policía, que debería ser la que maneja la información, así como la situación. Pero en esta ciudad es al revés, la ciudadanía tiene más información que la Policía o eso parece”.

“Al menos que la Policía nos diga lo que hace, sin hacen algo” un año después

Ibrahim era el mediano de cinco hermanos. Habría cumplido 17 años. Una sombra domina lo ocurrido esa noche, una laguna, una falta de claridad absoluta que no deja descansar a esta familia.

El duelo es importante en ese intento por asimilar lo ocurrido; el duelo y saber quiénes fueron los partícipes de este crimen o quiénes disponen de información para aclarar qué es lo que ocurrió pero callan.

“Al menos que” la Policía “nos diga lo que hace, si hacen algo, ya que cuando pasó eso nos llamaron de todos los lados: que si el jefe de Policía de Ceuta... Nos decían que nos iban a tener en cuenta. Todo esto para que no fuéramos al periódico diciendo que no hacen las cosas bien o parece ser que no. Ellos tenían mucho miedo al periódico. Pero yo no tengo miedo a nada, te lo repito es mi hermano, a mí me lo han quitado, me han quitado a mi hermano y no me voy a callar ni tener miedo frente a nadie”.

“Él no hizo nada. Si ellos”, los que lo mataron, “se han confundido, eso es problema de ellos ya que no tenemos nada que ver. Yo solo sé que me han quitado a mi hermano y no me importa nada más, ni si hay perjudicados”.

“Él no hizo nada, si ellos se han confundido es su problema, no tenemos nada que ver. Solo sé que han matado a mi hermano”

Dina insta a que cualquiera se ponga en el lugar de la familia para asimilar el dolor vivido y el que siguen arrastrando desde esa fecha. “Ellos no lo entienden porque no se ponen en el lugar de los demás y porque no han perdido a un hermano así, sino sentirían ese dolor”, lamenta.

A la familia Bufelham les da igual las bandas y todo lo que se hable de enfrentamientos o de guerras. Solo quieren que se aclare qué pasó esa noche y quién o quiénes cometieron este crimen para hacer justicia.

“Somos una familia humilde y no pertenecemos a bandas. Mi padre es un trabajador y mi madre una ama de casa que nos ha llevado al colegio y nos ha educado. Por eso tengo mis estudios. No nos deben meter con bandas”, relata molesta.

La investigación sobre este crimen se ha quedado parada en un callejón sin retorno.