Angelo Guerrero García. Este nombre se une a los cientos de ceutíes que están ayudando de manera desinteresada a los valencianos afectados por la DANA. Un vecino de Ceuta que está dejándose el alma para que todo vuelva a una nueva normalidad lo antes posible.
Este ceutí reside ahora en el Puerto de Santa María, ya que por motivos de trabajo se tuvo que trasladar. Es militar y estaba destinado en Rota en un barco de guerra, en la fragata Navarra. “Soy una persona muy solidaria y siempre ayudo a las personas que tengo al lado”, ha admitido en una entrevista a El Faro.
Desde el pasado 29 de octubre, Angelo no podía “dormir tranquilo” y se despertaba hasta con pesadillas. “De vez en cuando soltaba alguna lágrima debido a todo lo que estaba pasando en Valencia, en donde hay mucha gente con mucha necesidad”.
Debido a esa situación, este vecino de Ceuta, con unos amigos de Jerez de la Frontera, empezaron a trabajar para recaudar tanto productos como dinero. “Conseguimos alimentos, medicinas, enseres personales de higiene, pienso para animales, arena para gatos, vacunas y más de 1.000 euros en medicamentos e incluso 40 kilos de pan de telera que nos hizo el padre de un amigo”.
“Con suerte llenamos 3 furgones enormes y una ranchera y la mayoría que son autónomos cerraron su negocio. Yo me he pedido mis vacaciones personales para venir aquí a ayudar”, ha añadido.
Una vez recaudado todo eso, el miércoles, 30 de octubre, sobre las 02:00 horas, salieron rumbo a Valencia. “Nada más terminar la jornada laboral, salimos para allá. 36 horas sin dormir y 13 horas de trabajo nada más llegar sin pararnos un solo momento”.
Esta gran ayuda la repartieron a los vecinos de Paiporta y Masanasa. “El trabajo duro lo hemos hecho en Masanasa ya que ahí aún no habían llegado máquinas pesadas ni equipo cualificado. Hemos estado en locales comerciales sacando basura, fango de una altura aproximada de medio metro, hemos achicado a cubos garajes, casas de personas mayores…”.
“Además, mujeres que venían con nosotros, a parte de hacer la misma labor que nosotros, también han estado ayudando a personas mayores brindándoles su mano para hacerles la compra y llevarles alimentos, limpieza del hogar y un sinfín de cosas”, ha añadido.
A pesar del esfuerzo de todos, Angelo reconoce que este pasado sábado fue uno de los días más importantes. Detalla que hay muchos voluntarios, pero poco control. “Ganas de trabajar no faltan, todo lo contrario, pero no hay ningún tipo de coordinación”.
Debido a eso, su grupo de amigos con otros malagueños decidieron organizar toda una calle en línea completa con más de 70 voluntarios. “Fue alucinante cómo sacamos más de 35 metros cúbicos en cuestión de horas… Los propios técnicos de la empresa alucinaban. Los técnicos y mi amigo José Arriaza trabajaban con la manguera y yo coordinaba y daba palazos de barro, incluso un bombero que estaba a mi lado alucinó por cómo controlaba personalmente toda una masa de 70 mujeres y hombres, obedecían de una manera increíble y es preciosa la labor de todos”, señala emocionado.
Dentro de esas historias de trabajo incansable, existen también esas personas que se están volcando con los voluntarios agradeciéndoles todo su esfuerzo.
Vecinas de Masanasa y Catarroja están sirviendo cafés y comida caliente a los voluntarios por su loable esfuerzo. Un ejemplo es el de una vecina llamada Isabel.
“Después del café que me lo bebí en cuestión de segundos me abrazó llorando desgarrada, dándome las gracias, no pude contener una lágrima, me daba las gracias una y otra vez y recalcaba que si no fuese por la ayuda nuestra y de todos los voluntarios no podrían ni siquiera salir de sus casas”.
“No ha sido solo Isabel también muchas vecinas más nos acercaban comida, refrescos, agua, bocadillos y todo un sin fin de materiales y comida para los voluntarios”, prosigue.
Angelo deja claro que por mucho que quiera expresar lo que se siente: “Hay que vivirlo”. “Hay personas que han pedido vacaciones en sus empresas y están aquí dándolo todo. Quiero que se sepa que aquí no hay colores, ni banderas solo se intenta ayudar al pueblo. Hay personas de todas las nacionalidades y todos vamos a una”.
“Quiero recalcar que toda ayuda solidaria de comida, enseres… está llegando a todos los vecinos de Valencia. Los voluntarios de Cruz Roja, jefe de pabellones, ya que estamos durmiendo en un pabellón deportivo, están muy atentos con nosotros brindándonos de todo e incluso me atrevo a decir que hay más comida que en un hotel.. La variedad es muy grande. Agradecer a todas las empresas que están cocinándonos juntos a los residentes para que no nos falte un plato de comida caliente”.
Por último, Angelo ha querido hacer un llamamiento a la ciudadanía para que “no decaiga” la ayuda y para que no olviden a Valencia. “Aquí la ayuda se va a necesitar durante mucho tiempo. Hay gente que solo tiene lo puesto y lo ha perdido todo. La necesidad principal es maquinaria pesada y mucha organización”.
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