La posteriormente llamada Alita (nombres más raros pasan por el registro) despierta sin memoria, con cerebro humano y cuerpo de ciborg (sí, de ambientación ciberpunk va la cosa, no se extrañen con el dato), acompañada por un doctor que la ha salvado de convertirse en basura futurista y que le acopla un nuevo cuerpo. Poco a poco la protagonista va despertando su maltrecha memoria y se destapa como una guerrera definitiva con aspecto de adolescente. Por supuesto, nada tendría sentido si no hubiese un montón de cibermamarrachos malísimos con cara y aspecto de malísimos que pretenden acabar con su poderosa existencia de una vez por todas, como bien mandan los cánones del género.
La cinta, obra y milagro de Robert Rodriguez, es un remake de la homónima de 1993 que se manufacturó en modo de cine de animación. Los tiempos y la tecnología han permitido ahora que esta película luzca con todo lo que permite el 3D y la infografía, que es mucho y bueno si se sabe hacer y hay presupuesto. Ambas cosas se unen en esta gozada de los sentidos absolutamente recomendada para todo fan del cómic japonés (que son verdadera legión).
La trama se antoja algo trillada y un tanto fría, pero adrenalínica y muy ágil de mente y de ritmo. Rodríguez no es un cualquiera para la puesta en escena, el cine divertimento en estado puro y en la mejor de las acepciones del término, y detrás del presupuesto anda como productor (y también guionista) el dispar James Cameron, de Titanic a esto, pasando por Avatar, y con este ejemplar nunca se sabe, excepto que las cosas van a ser a lo grande, eso garantizado.
Y la historia finaliza abierta, asegurando que seguirá dando que hablar, con la aparición estelar de un anecdótico cameo de Edward Norton que deja más que evidente que será futura pieza clave de posteriores entregas. En lo referente al reparto, ya que hablamos de rostros conocidos, añadimos que no anda precisamente desnutrido el reparto con nombres como el de Christoph Waltz (sin duda contacto común con el socio de siempre Tarantino), Jennifer Connelly o Mahershala Ali, además de la menos conocida Rosa Salazar en el papel protagonista.
Grandes coreografías de lucha, escenas completas a lo carreras de cuádrigas de Ben-Hur, efectos casi mágicos que mezclan la acción real con la aportación creada por ordenador y un buen montón de clichés de blockbuster que no por esperables hacen que den menos sensación de ya visitado. Esto y un poquito más que dejaremos para la sorpresa del fan podrán encontrarse como un soplo de aire (no fresco, pero aire a fin de cuentas) que disfrutar en una sala de cine. Vivan Robert Rodriguez, Quentin Tarantino y todos los que abogan sin rubor por pasar un buen rato ante una gran pantalla…
Sirve con delicadeza la leche. Presto y sigiloso, deja en la barra dos cafés acompañados…
La autoridad judicial ha ordenado el ingreso en prisión a la espera de juicio de…
Edith Rivas, fundadora y directora de Centro Global2, ha publicado recientemente su segundo libro, ‘El…
Vox ha terminado por estallar. Y eso que la crónica ni siquiera ha atravesado el…
Las características especiales del Tercio de Extranjeros, su forma peculiar de nutrir sus filas, admitiendo…
Tal día como hoy hace 90 años, el Faro de Ceuta, diario decano de la…