Jornada de votos es cuando mis pensamientos están más tensos. La temperatura acompaña para que el censo electoral pueda ir a sus distintos colegios o lugares donde deban depositar su voto.
Ese gesto de persona libre y que cumple una parte de nuestra obligación de afrontar un nuevo día en el futuro en la zona donde nuestros representantes darán a luz las ideas que nos han plasmado en todos los formatos publicitarios. Es decir dentro del Senado y el Congreso. No me importa la verdad los resultados de las mismas pero sí que me viene a la memoria todas las críticas vertidas a los medios. Tanto escritos, como de las redes nuevas sociales. También vinculo a esta última los comentarios a petit comité entre amigos o simpatizantes en directo o a través de nuestro inseparable teléfono móvil. Y es de recibo que cuando voy a hacer mi deporte favorito que es la carrera larga y continúa, cuando voy sólo, o la de andar por nuestros parajes caballas, si voy acompañado, siempre observo a todos que están hablando. Muchas veces antes de hacer la comprobación si lleva un auricular o las manos libres he caído en la crítica de que esa persona está un poco fuera de su sitio. La posterior comprobación ha dado al traste la crítica innecesaria. Pero esta reflexión era la que yo quería que vierais. Si ante unas promesas distribuidas a bombo y platillo por todos los partidos políticos queda como siempre en eso: “promesas, sólo promesas”. Esto es lo que debemos de combatir. Hace unos días dije en este medio que lo primero que deben de hacer nuestros representantes políticos es buscar ideas afines a cada programa electoral, para que las futuras alianzas para formar un gobierno fuerte y unido y que no haya fracturas para poder ser su periodo de mandato todo lo mas pacífico posible.
Es decir a los datos que han facilitado a la ciudadanía para ser votados por esta masa, que es el pueblo.
Recuerdo una frase de la madre de todas las leyes, nuestra Constitución española: “La soberanía nacional recide en el pueblo”. Y por recibo somos los que debemos exigir que no nos sigan engañando, cachondeándose en nuestra cara. Si no que lo que dicen que van a hacer lo hagan. Para todo esto expuesto existe una forma muy innovadora que es colocar a una máquina de nueva generación con el discurso político en su placa base del disco duro y que legisle está máquina. Ya que la siguiente maquinaria son hombres de carrera que saben cumplir lo que le dictan las leyes. Es decir el poder burocrático. El brazo ejecutor del legislador. Y quien no cumpla pues tenemos otro poder independiente pero que es afín a los mencionados, poner orden el judicial. Recuerdo los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. No me olvido del cuarto poder que es la prensa. Se acabaría las fortunas fáciles y la ley del ayudo a quien me ha ayudado. Creo que esta solución aunque es difícil de hacer por los inconvenientes de la perdida de los dineros correspondientes. Es lo más viable que hay para eliminar a todos los sinvergüenzas que están arruinando a nuestro país. También debo de recordar que existen otros poderes que están ahora mismo metidos en una caja bien guardada y que la hemos sufrido durante muchas épocas de nuestra historia. No la intenten sacar y abrirlas. Ya sabéis las graves consecuencias.