Una vez más la oferta pública de plazas para la Guardia Civil roza el ridículo: tan sólo 2.100 plazas para la fuerza policial con mayor concentración de territorio al que dar servicio, con la población más dispersa y con mayor falta de efectivos.
Un 20% menos que para el Cuerpo Nacional de Policía por lo que se sigue ampliando la brecha entre los dos cuerpos y la discriminación que se viene haciendo desde el Ministerio del Interior hacia la Guardia Civil.
En AEGC no conseguimos entender cómo es posible que los responsables de la Dirección General sigan sin defender nuestra Institución y acepten año tras año las migajas que desde Interior les dan a la Guardia Civil.
Esta actitud es imposible que se dé en el Cuerpo Nacional de Policía donde en cada oferta de empleo salen reforzados mientras los guardias civiles apenas cubrimos las bajas que cada año se producen y que tenemos que suplir con el sobreesfuerzo de todos los que formamos parte de la Institución, trabajando más horas, con menos días libres, mientras seguimos siendo los peor pagados.
Solo desde 2017 la Guardia Civil ha recibido 4.280 menos efectivos que Policía Nacional, cuando nuestra Institución sufrió también la congelación de empleo público.
"Resulta incomprensible que siendo nuestras necesidades de personal mayores que en Policía Nacional seamos los que menos oferta de empleo público tenemos en cada convocatoria"
Llevamos muchos años reclamando más efectivos en todas las demarcaciones de Guardia Civil y la realidad cada año se esfuerza en darnos la razón ya que es precisamente en nuestra demarcación donde más está creciendo la criminalidad mientras el número de efectivos encargado de la seguridad ciudadana, vigilancia de costas y fronteras y unidades fiscales sigue bajando alarmantemente con la colaboración de la propia Dirección General.
Resulta incomprensible que siendo nuestras necesidades de personal mayores que en Policía Nacional seamos los que menos oferta de empleo público tenemos en cada convocatoria. Unas necesidades propiciadas por puestos de 7 u 8 agentes que se hacen cargo de muchos kilómetros de demarcación unidos por malas carreteras, unas vigilancias de costas y frontera precaria por la escasez de efectivos.
Una situación que propicia una merma en la efectividad del servicio al ciudadano y la falta de conciliación de la vida laboral y familiar de los guardias civiles que carecen de la ansiada turnicidad que tienen todos los funcionarios de Policías y funcionarios públicos que realizan servicio a turnos.
Este trato DISCRIMINATORIO solo se entiende por la falta de implicación con la Guardia Civil de nuestros directores generales, más preocupados de medrar en política, haciéndose con un sillón de parlamentario que en dar al ciudadano un servicio público de calidad.
¿Quién levanta la voz para reclamar más efectivos y medios para tu Institución si aspiran a alcanzar un sillón de diputado? Está claro por la realidad que nos golpea que en la Benemérita ni se atreven a susurrar esta clara discriminación, por eso sus directores terminan medrando en una lista electoral y, por esta razón, a los guardias civiles solo nos cabe esperar tener más suerte en la próxima ocasión. Una persona que tenga claro que apostar por la Guardia Civil implica incrementar considerablemente su plantilla porque hacer lo contrario es condenarnos a la desaparición.