Fueron 3.000 kilos de hachís ocultos entre animales muertos y restos cárnicos. Una operación asociada al tráfico de drogas entre Ceuta y la Península que habría reportado buenas ganancias a los narcos de no ser por la actuación de la Guardia Civil.
Ahora, mientras la Policía Judicial sigue con la investigación abierta sin que haya habido detenciones pero sí cuantiosas tomas de declaración a personas en calidad de investigadas, la asociación Jucil denuncia las amenazas contra un miembro de la Benemérita en redes sociales.
Los servicios jurídicos de la asociación profesional Justicia para la Guardia Civil ya han presentado una denuncia en los juzgados por esas amenazas dirigidas con un miembro del Instituto Armado.
Comentarios y amenazas en redes sociales
Según la asociación, tras la difusión de esa noticia, que fue adelantada por El Faro de Ceuta, comenzaron a incluirse en Facebook comentarios por parte de un usuario en los que se señalaba directamente a un guardia civil.
Se le acusaba de haber sido el autor de una información que facilitó esa operación antidroga lo que viene a evidenciar que saben del trabajo del agente al que no dudan en identificarlo plenamente.
Para Jucil es evidente que quien hizo esas amenazas conoce al guardia civil por lo que existe un temor a que puedan producirse ataques contra él o sus bienes.
Petición de investigación sobre la autoría
Alude por ejemplo, aunque nada tiene que ver con este asunto, que también en diciembre se prendió fuego al coche de un agente de la Benemérita en Alcalá del Valle.
Los servicios jurídicos de Jucil han solicitado al juzgado que se ordene a la Policía Nacional, y en concreto a su Unidad Tecnológica y a la misma unidad de la Guardia Civil, que se dé con el autor de esos comentarios. La víctima es un asociado de esta entidad.
Y quién le ha dado a los narcos los datos del funcionario.....
Cortina de humo, los agentes de la policía judicial que han tenido que hacer este caso son muy profesionales y seguro que caerán cabezas que más de uno en Ceuta se quedará con la boca abierta , y el tarajal sigue sin control canino